«¿Cuáles? ¿Te amo?»
«Te amo...»
«También te amo...»
Mierda, no podía sacarme esos fragmentos de mi cabeza, sentía la necesidad de estar con Emma. Es un sentimiento asfixiante porque siento que sin ella muero lentamente, pero igualmente no puedo sentirme completo porque le prometí no mostrarle mi amor hasta que ella se sintiera lista para ser algo más.
Es como estar dentro de un embase de cristal, tener a Emma del otro lado del cristal y yo sin poder salir, es horrible esta sensación. Espero se vaya según transcurra el día.
—Dylan, te noto perturbado, ¿tienes algo? —preguntó Gwen.
Levanté la mirada y me encontré con sus ojos azules, los cuales me expresaban una sincera preocupación, no pude evitar sonreír de ternura ante lo que mis ojos miraban.
—Me siento muy mal, el amor me está matando.
—¿Por? ¿Quién te gusta y te lastima? Le haré sufrir —dijo exaltada.
—No te preocupes, ella es un amor y ya la conoces —sonreí con la mirada en la mesa.
—¿Quien? —preguntó más intrigada.
—Emma... «joder ¡Hasta sólo mencionar su nombre hace que mi corazón enloquezca!», pensé.
Gwen abrió los ojos llena de sorpresa y selló sus labios para no gritar.
—Tampoco hagas tanto show —rodeé los ojos.
—Lo siento, ¡es que se ven lindos juntos! Además comparten gustos y pasiones por la música —sonrió—, pero... ¿por qué sufres?
—Verás, ya hemos tenido más de un hermoso encuentro que acaba en un beso inesperado, ambos sentimos ese sentimiento de amor mutuo; pero debido a su pasado lleno de malas experiencias; no quiere que avancemos hasta conocerme bien. Incluso ella también sufre por su decisión pero aun así cree que es lo mejor —suspiré.
—Así somos las mujeres —sonrió divertida.
—Son un caos —bromeé—. Pero, eso no es todo. Ayer soñé que pasaba de nuevo, pero esta vez fue más intenso; lo suficiente para que mi subconsciente recreara los momentos en mi mente, eso me tiene mal porque me recuerda que aún no puedo tenerla en mis brazos.
—Y ¿Por qué no mejor olvidas esas emociones y buscas a alguien más?
—Porque algo en mí, me dice que ella es la indicada. No quiero perderla, aprendí a amarla—sonrió convencida ante mis palabras.
—Eres leal a ella, la amas de verdad. A pesar de ser muy pronto; así lo sientes —se mantuvo sonriente.
—Sí... a veces me pregunto si soy de este mundo o simplemente soy un imbécil sin remedio —ambos reímos ante mi comentario y volvimos a mirarnos con serenidad.
—¿Te aconsejo algo?
—Eres mi consejera y mi confidente, dilo.
—Sé fuerte, tu perseverancia te recompensará, Emma te recompensará. Es una chica excepcional, me alegra que de todas las chicas de este instituto la hayas elegido a ella.
—Mi corazón eligió bien —sonreí—. A pesar de lo que sufro por ella.
—Valdrá la pena. Cuando algo es difícil de conseguir, significa que merece la pena —me abrazó—. Si me disculpas, debo irme; tengo clase de literatura —rodeó los ojos.
—Adiós —reí ante su gesto y se fue feliz tras haberme sacado una sonrisa.
Según el profesor de biología, hoy no podrá llegar por lo que tengo mi última hora de clase libre, al salón de música.
Cuando llegué, pude escuchar como sonaba la guitarra y el piano, deben ser Jade y Matt. Entré en el momento justo para ver como ambos compartían una melodía, muy juntos a mi parecer.
—¿Eh? Hola Dylan —dijo Jade un poco nerviosa ante mi aparición.
—Hola Dylan —dijo Matt, en un tono enfadado. Creo que interrumpí un hermoso momento, ¿qué clase de compañero soy?
—Hola chicos... disculpen si les interrumpí, no tenía idea de que estaban aquí —pasé lejos de ellos y me senté junto a la batería.
—No te preocupes —dijo Jade reacomodándose sus lentes, mientras Matt evitaba mi mirada.
No sé cuando pasó pero entre estos ya hay algo. El poder de la música no obró solamente en Emma y en mí, también en ellos dos. Bueno, mejoraré el ambiente tétrico que se siente en el salón. Estiré mi cuerpo y toqué los platillos en un compás que fue reconocible para Matt. Al percatarse, esbozó una sonrisa y agarró la guitarra eléctrica. De un momento a otro, estábamos tocando Helena – My Chemical Romance.
Jade comenzó a cantar Helena, haciéndolo con una afinación increíble. Matt quedó sorprendido ante lo que sus ojos presenciaban y sus oídos escuchaban. Si ya estaba flechado por cupido ahora la flecha se introdujo más en su corazón.
Las emociones frenéticas que transmite la percusión del beat no se hicieron esperar, logrando que tocara con mayor pasión sin perderme en el tempo. Una vez que había acabado la canción, nos miramos mutuamente, para ser más específico: Matt y yo mirábamos sorprendidos a Jade.