Nuestra Hermosa Melodía

Cap. 10

Dylan

Un día más, un día menos para la batalla de bandas. Según la información, será en nuestro instituto. Para ser más específico, será en el estadio; por lo que será campal.

10 de Marzo. Un hermoso día y el invierno con el pasar de los días, deja que la hermosa primavera abrace con calidez el continente. El día pintaba positivamente, sin embargo al tiempo se le cayeron las pinturas negras sobre mi lienzo y oscurecieron mi día.

En la parada, estaba Emma; y Allen recién se había sentado cerca de ella. Mirarlos produjo una mezcla de tristeza y odio en mi corazón. Me acerqué a una distancia considerable para que no percibieran mi presencia en el acto.

—Do have to let it Linger...? —exclamó Emma.

—Siempre pensé que tu voz es hermosa.

Emma susurró algo que no fui capaz de escuchar.

—Oh vamos, no recibas así a tu ex.

—Y ¿Cómo debería recibir al infeliz que me hizo daño? —rodeó los ojos.

—Un poco sutil, ¿tal vez? —Es un infeliz.

Miré la calle y el bus ya comenzaba a acercarse. Regresé la mirada hacia ambos y pude percibir alivio en el rostro de Emma al ver la cercanía del bus. ¿Debería correr y subirme? ¿O quedarme y hablar con Allen? Quedé pensando en cual acción tomar y cuando reaccioné, Emma ya se encontraba en la entrada del bus.

Con un pie en el bus y el otro en el suelo, Allen la detuvo de su mano, apretándola con fuerza.

—Antes que te vayas. Quiero que sepas que volveré a conquistar tu corazón, ahora que alejaste a Dylan de ti.

Me quedé sorprendido ante sus palabras. ¡¿Cómo sabe de eso?! Este tipo puede ser peligroso o tiene un contacto en común conmigo o con Emma que le brindó dicha información, la pregunta sería: ¿Quién es?

Cuando el bus se fue, me levanté del asiento y me acerqué a él con mis manos empuñadas, deseando “acariciar” su mandíbula con ambas.

—Allen —fruncí el ceño.

—Dylan —imitó mi gesto.

—¿Cómo te enteraste de mi situación con Emma?

—Ese no es tu problema, idiota.

—Pues sí, lo es.

—Igual no me importa —se colocó el gorro de su chaqueta y caminó lejos de mí.

Aún pienso que este tipo es un problema.

—Infeliz —suspiré y comencé mi trayecto a pie hacia el instituto. Obviamente, llegué tarde.

—Miller, llegas tarde —dijo el maestro de matemáticas en un tono no muy amigable.

—Disculpe profesor, el transporte colectivo pasó más temprano de lo usual y tuve que venir a pie —mentí.

—Pase —me señaló que entrara.

Asentí y entré sin más.

—Hey, ambos sabemos que es falso. Algo diferente pasó, porque ese bus pasa tarde por tu casa y es casi imposible que pierdas el viaje —susurró Marcus atrás mío.

—Ok, me atrapaste pero no te contaré ahora.

—Les contaré, querrás decir —me interrumpió, Caro.

—Bueno, les contaré después. ¿Feliz? —bufé.

—Feliz —sonrió victoriosa y retorné mi atención a la clase.

Cuando por fin acabó la clase. Ambos se sentaron en frente mío, con la curiosidad impregnada en sus rostros.

—Bueno... Marcus, tú sabes quien es Allen —cuando mencioné su nombre, sus cejas se fruncieron expresando su enojo—. Y como influye en Emma... pues este tipo sigue molestándola, quiere quedarse con ella y "amarla". Aprovechando nuestra situación. Hoy lo encontré molestando a Emma, si no le destruí la mandíbula a golpes es porque no era el lugar ni el momento, además de que quise escuchar que le decía y de alguna forma... sabe de la misma situación y los únicos que saben son Zack, Gwen, supongo que Evelyn también y ustedes dos. Les pido que nadie más sepa de esto, no quiero ser parte del chisme semanal del instituto.

—Entendido... pero; ¿No has intentado hablar con Emma?

—Pienso hacerlo, ya logré superar eso que ella crea en mí… y además, me ha hecho falta su compañía —miré la foto que nos tomamos un día antes del suceso.

—Entonces hazlo, estúpido —sonrió Caro.

—Gracias por el ánimo, Caroline —sonreí.

—¡Sabes que odio que me llamen por mi nombre real! —regañó.

—¿Qué tiene de malo, Caroline? —dijo Marcus en un tono burlón.

—Púdranse —rodeó los ojos y cruzó sus brazos, enojada.

—Aaaw, ¿se enojó la niña? —preguntó, Marcus. Fingiendo preocupación.

—Cállate —sonrió al escuchar lo tonto que se escuchó él.

Sonreí ante la actitud de ambos. Me recordaron mi primer día aquí.

Buenos días jóvenes, tenemos un alumno de intercambio en el instituto. Entra por favor dijo el director.




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