Nuestra historia

Lawan

El invierno se acercaba, era la época que me encantaba y que Danny la amaba. Los pétalos de las flores empezaban a caer y me hacían sonreír.

 

Ese día abrí la ventana y esperé a que un pétalo callera al menos en la barda de la ventana.

 

Luego de varios minutos de esperar, ví a una chica correr, tenía el cabello largo y blanco como la nieve y llevaba a un perrito, se detuvo frente al árbol de sakura, y extendió su mano, esperando a que le calleran los pétalos en ella, luego de unos segundos, los sopló y empezaron a volar, extendí mi mano y uno alcanzó caer en ella, y sonreí, la miré, y no sé porque rayos articule las siguientes cinco letras.

 

—¿Akali?— dije anonadada, pero, lo creí imposible, y las probabilidades de que nos volviéramos a ver eran nulas.

 

Cerré mi ventana y esperé a que el infierno llegara, y me hiciera sufrir, pero antes, entre al baño y me miré al espejo, la sangre todavía seguía saliendo de mi nariz y mi ojo estaba rojo de la sangre que había en el, me dolía todo el lado derecho del rostro, solo pude laverme el rostro con sumo cuidado y trate de sonreír.

 

Antes de comprometerte con una persona, descubre si de verdad te conviene y si de verdad lo amas y/o quieres. Ya que una vez comprometido de por vida, se te hace más difícil terminar con esa persona, y más si tienes el miedo de que te haga algo o de qué llegue a matarte.

 

Ese era mi caso, me había casado con alguien que me golpeaba, al principio amenazaba con irme, pero, el prometía cambiar y no entiendo el porque le creí, llevo dos años casada con el, y las cosas son las peores, ya no me puedo ir, por miedo a que me mate o que le haga algo a mi familia y a mis personas cercanas, aunque ya no sea nadie. Pero, enserio, un consejo, piensa muy bien, si te quieres comprometer en estas relaciones, tal vez a algunas personas les gusta que los golpeen, pero, para una chica que tiene la piel más delicada que otra persona, un solo golpe, te puede dejar con el peor moretón que alguna vez has visto.

 

Y si, tengo una piel muy delicada, un ligero golpe, me deja morada la piel, al final de los ensayos y las presentaciones, mis rodillas estaban moradas, y no es que tenga una enfermedad en la piel, solo es muy sensible y delicada. Pero, ahora que necesito ir al hospital a que me curen todo lo que tengo en rostro y algunas en los brazos, abdomen y en las piernas, no podía ir, por miedo a que me preguntaran que me había pasado, y no soy buena mintiendo y, bueno, decir que me lo hizo mi esposo, no sé, entro en pánico.

 

—¿A dónde vas?— dijo con enojo en su voz mientras sujetó mi muñeca con fuerza.

—Voy al trabajo— dije mientras trataba de que soltara mi muñeca.

—Más te vale que no huyas o ya sabes lo que te puede pasar— dijo en forma de amenaza.

—Si cariño... no te preocupes...— dije con temor en mi voz y deshizo el agarré en mi muñeca.

 

Las cosas no eran las mejores en mi vida, después de que creí que una de mis mejores amigas le gustaba el mismo chico que yo y que solo lo ocupaba, a luego saber, que la persona que me gustaba, en realidad no era él, sino, Danny. Lo que me hizo sentirme la peor persona del mundo por como la traté alguna vez, y por todo lo que le hice.

 

Pero, como dicen, "la vida sigue y debe continuar, en el pasado no encontrarás la puerta a la felicidad". Aunque, me gustaría mucho volverla a ver y decirle que lo siento mucho, que me arrepiento de todo lo que le hice y esperar a que me grite, que me diga todo lo que ella quiera, pero, al menos morir sabiendo que ya me pude disculpar.

 

Y lo peor, es que esté matrimonio empezó con rencor, solo le dije que si, y ni siquiera me gustaba, empecé a gustar de el, pero, la primera vez que me golpeó, sentí miedo, mucho miedo, y ahora, temo por mi vida.

 

Trabajó en una pequeña cafetería, desde que mi rostro está sangrando, llegó con una capucha negra y trato de que mi cabello me cubra más el rostro. Cuando me termino de cambiar, me empiezo a maquillar, para tratar de que no se vea ningún moretón y ningún rastro de sangre, ponía un poco de papel en la nariz para que ya no me saliera sangre, y hace poco compre un parche para el ojo, al menos, ya no me veía tan mal.

 

—¿Qué te pasó?— preguntó mi compañera de trabajo.

—No, nada, fui al doctor a revisar mi ojo y me dijo que ocupara el parche por dos semanas— dije tratando de sonreír, para que no se diera cuenta de la mentira.

—Bueno— dijo sonriendo.

 

Luego de las primeras horas, no había mucha gente, pero, estaba bien, la música era relajante, hasta que sonó una en particular, solo pude mirar a la bocina y recordar.

 

Lu, Danny y yo bailabamos está canción, solo las tres, y era agradable, bailar las tres y que al final ellas se terminaran riendo de todo y a mí me pegaban la risa. Sinceramente, las extraño mucho, a todas, no sé porque nos separamos. Pero, espero verlas algún día.



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En el texto hay: drogas, suicidio, homoseualidad

Editado: 17.02.2021

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