Pov's Jade
«Las lágrimas corren por mis mejillas no pude hacer nada, la perdí. "Todo es tu maldita culpa" Escucho que alguien me susurra a mi lado. Me levanto rápidamente y trato de huir de las acusaciones, de los miedos y de aquellos horribles gritos que me calan hasta lo más profundo de mi ser. De un momento a otro me encuentro en un funeral, todos están vestidos de negro y serios, sin ningún tipo de expresión en sus rostros. Hasta que levantan sus miradas y la clavan en mí, perforando mi pequeño cuerpo. Empiezan a susurrar, pero los comentarios se vuelven cada vez más fuertes taladrando mis oídos. Me acerco a la caja y asomo mi rostro para poder ver a la persona que desfallece dentro. Y es ella… mis piernas tiemblan e intento aferrarme a ella por sobre todas las cosas, tratando de ignorar los balbuceos constantes de las personas que nos rodean.»
Me despierto toda empapado de sudor y con lágrimas resbalando por mis mejillas. «Otra pesadilla» Miro el reloj de mi mesita 2:35 de la madrugada, es la segunda vez que me sucede en este mes. Me levanto de mi cama y me dirijo al baño, me hecho agua en el rostro para espabilarme. Bajo silenciosamente a la cocina, tomo un vaso lo llevo al grifo, lo lleno un poco de agua y la ingiero.
«No puede estar regresando, talvez solo sea estrés por empezar nuevamente la escuela»
—¿Qué haces despierto Jade? Mañana tienes clases. —Me reprende mi padre desde mis espaldas.
—Si, solo baje para beber un poco de agua.
Me doy la vuelta y se me queda observando tan fijamente que me aterra, es como si me escudriñara hasta lo más profundo de mi persona —. ¿Cómo vas en la escuela?
«De puta madre.» —Bien, padre.
—Lo único que tratamos tu madre y yo es que tengas los mejor…
—Tratar en ocasiones no es suficiente. ¿Y lo mejor? Lo mejor nunca se los exigí y para que sepas eso no siempre llena. Buenas noches.
—Jade, sabes muy bien…
—¿Se muy bien que, padre? Mira no quiero discutir ahora, da igual, no importa. Nunca ha importado. Que tengas buenas noches.
«Descansa» es lo único que escucho antes de encaminarme a mi habitación y cierro la puerta con pestillo. Viene a mi mente todas las veces que mi madre me reprendía por dicha acción, pero por hoy no importa. Camino a mi armario y busco abajo del cajón de mis calcetines «¡bingo!», agarro mi encendedor que está en mi mesita y salgo al pequeño balcón de mi habitación y enciendo el cigarrillo. «Si Melissa me viera me mataría» Pero no lo hago siempre, solo cuando estoy muy estresado o jodido. Le doy una calada. Y simplemente me quedo ahí, pensando.
Mi alarma ya ha sonado más de dos veces. «Töte mich» Me levanto rápidamente, apago la tercera alarma y las demás que iban a sonar. Me arreglo rápidamente para poder desayunar algo y llegar a una hora decente al colegio. Alrededor de veinte minutos más tarde y ya estoy listo subiéndome en mi auto. Manejo a una velocidad moderada y llego a tiempo a la escuela y veo a Melissa bajándose del auto de Sebastián. Apresuro a bajarme del auto y me les acerco.
— Guten Morgen.
—Alguien se comió a un alemán y despertó con ganas de hablar su idioma.
—Buenos días, joven Prats.
—Buenos días, Sebastián.
—Señorita Rawson paso por usted a la hora de la salida, no hada ningún desmadre. Fue un gusto volver a verlo joven Prats, nos vemos.
Se sube nuevamente a auto y lo veo irse.
—Por lo visto alguien se desveló.
—¿Perdón?
—Que te quedaste despierto hasta tarde, se ve en tus ojeras —habla ofreciéndome un espejo pequeño. Me veo y si se notan unas pequeñas medias lunas debajo de estos.
—Soy una persona con tendencia a tener ojeras me desvele o no y sea como sea me veo 'außergewöhnlich' —menciono en alemán —. ¿Qué tal tu finde semana?
—Deja de hablar en alemán. Y nada fuera de lo normal, ¿el tuyo?
—¿Por? Me gusta hablar así. Y normal, común.
—Recuerdas que cuando tus padres te obligaron a practicarlo ni querías y ahora de la nada te da por hablar así.
—Aja, es para practicar.
—Claro.
—Buenos días —saludamos al unisonó al conserje del colegio.
—¡Chicos! Espérenme, por favor. —Nos pide alguien a nuestra espalda, volteamos y vemos a Aiko llegando a nuestro lado un poco agitada —. Gracias por esperar —vuelve a hablar conmocionada —. Me hace falta ejercicio, ¿vamos?
Por el costado veo a Melissa reírse por lo bajo, Aiko la ignora y solo nos encaminamos juntos al salón. Llegamos al salón y minutos después ingresa el profesor.
—De todo lo expuesto anteriormente, ¿Por qué creen ustedes que era necesario que los países mencionados anteriormente se separaran de España? —pregunta nuestra profesora de Historia, después de haber estado hablando por más de 25 minutos.
—Porque ya no era justo para aquellos países debido a que España y sus reyes se saciaban con lo que saqueaban y obtenían de dichos territorios—empieza exponiendo Violeta
—España eran los únicos que salían beneficiados de esa relación.
Y así varios empezaban a justificar lo que habían entendido, mientras otros simplemente se quedaban como espectadores; entre ellos yo. Odiaba participar en clase y más cuando de eso dependiera alguna de mis notas.
—Escuchemos que tiene que decir el joven Prats —menciona mi nombre la profesora.
—España era egoísta, mejor dicho, sus reyes. Ellos solo se saciaban a ellos mismo porque ni siquiera ayudaban a su pueblo, entre ellos podíamos ver como mucho de ellos perecían. Y si los países que se independizaron estaban pensando como quedarían ellos a futuros si las cosas simplemente seguían así, fue lo mejor que pudieron hacer desde mi perspectiva claro —termino de hablar y observo como todos me miran fijamente.
—Buena conclusión, Prats. —Me felicita la profesora y vuelvo simplemente a perderme en mis pensamientos. Volteo a ver a Melissa y le veo apuntando cosas en su cuaderno, ojeo un poco y está anotando fechas, lugares, nombres y lo más importante. Alza su mirada y la misma choca con la mía. Le sonrió a medias y me mira seria.