Me levanté temprano el 31 de diciembre con una sensación de paz que no había sentido en mucho tiempo. El sol aún no había salido del todo, pero el aire ya vibraba con una energía diferente. Ya no había rabia ni dolor; solo una calma, una especie de emoción silenciosa por el nuevo comienzo. La música ya se escuchaba en algunas casas, y el olor a comida empezaba a flotar por la vereda.
Después de desayunar, mi mamá me pidió ayudar en la tienda. La gente llegaba sin parar, buscando los últimos ingredientes para la cena de Nochevieja. Mientras acomodaba los productos, me di cuenta de que todos hablaban y se reían, llenando el lugar con un ambiente festivo. Justo en ese momento, Sullys entró con su mamá. Le sonreí, y ella me devolvió la sonrisa.
"¿Qué tal la mañana de fin de año?", me preguntó.
"Tranquila, por suerte. Y tú, ¿ya listos para esta noche?", le respondí.
"Sí, mi mamá ya está cocinando todo", dijo con los ojos brillantes. "Nos vemos más tarde, ¡feliz año!"
La vi salir con su madre, y un sentimiento de alegría me inundó. Años de vida, años de vivir a poca distancia, y fue solo al final de este que nos conocimos. Ese pensamiento me hizo sonreír.
El resto de la tarde pasó volando. Ayudé a mis padres a cerrar la tienda más temprano para que también pudieran descansar. Ya a eso de las 6 de la tarde, la música estaba a todo volumen en el caserío. Mi mamá había cocinado el sancocho tradicional de fin de año, y mi papá estaba sentado en el porche con sus amigos, hablando y riendo. Las primeras luces de colores empezaron a iluminar el cielo a medida que el sol se ponía, dejando un rastro anaranjado en el horizonte.
El aire se llenó del sonido de las primeras bombas de año viejo y los gritos de los niños jugando en la calle. Ya a eso de las 10 de la noche, el ritmo de la fiesta era imparable. Aún no llegaba la medianoche, pero la celebración ya se había apoderado de la vereda. Yo me senté en el porche de mi casa, viendo el espectáculo de luces y escuchando la música. La tristeza de la semana pasada había desaparecido. El año nuevo no podía llegar lo suficientemente rápido.
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Editado: 16.09.2025