Nuestra Historia

CAPITULO 31: El reencuentro en la Semana Cultural

Esos tres meses sin ella fueron una tortura. Cada día, en la escuela, sentía su presencia, pero era un fantasma que me perseguía. El microfútbol era solo un ruido que me ayudaba a no escuchar el vacío en mi pecho. Pero la esperanza, esa pequeña chispa que no pude apagar, se encendió de golpe.

​Era el día de la Semana Cultural, y la escuela era un caos vibrante. Yo estaba cerca de un salón, observando a la gente, sintiéndome ajeno a toda la algarabía. De repente, mi mundo se detuvo.

​Se me acercó. Lenta, decidida, rompiendo el pacto de silencio que nos había estado asfixiando. Se veía más delgada, con una expresión de dolor que conocía bien, pero también con una nueva firmeza.

​"Kevin," dijo, y mi nombre sonó en medio de todo ese ruido como si fuera un secreto susurrado solo para mí. Me quedé inmóvil, mi corazón latiendo con una fuerza que no creí posible.

​"Quiero hablar contigo", continuó, con la voz un poco temblorosa, pero firme. "Necesito que hablemos, aquí y ahora."

​Logré articular una palabra: "¿Qué pasó, Sullys? ¿Tus padres...?"

​Negó con la cabeza, sus ojos reflejaban una desesperación profunda. "No. No hay nada nuevo con ellos. Pero yo no puedo más." Se acerco otro paso, el espacio entre nosotros se hizo más pequeño, y sentí el calor de tu presencia. "Creí que el silencio nos salvaría, que era la única forma. Pero este vacío... este silencio es peor que cualquier castigo, Kevin. Me estoy muriendo de no tenerte."

​Su confesión me golpeó con la fuerza de un puñetazo, pero a la vez me trajo el alivio más grande que había sentido en meses. "¿Qué quieres decir, Sullys?"

​"Quiero que arreglemos las cosas," dijo con convicción. "Quiero que volvamos a hablar, a ser lo que éramos. Quiero que recuperemos nuestra relación. No voy a permitir que el miedo nos gane. Prefiero arriesgarme a que me vean contigo, a que me castiguen de nuevo, que a pasar un día más sintiendo este vacío."

​Mi miedo se evaporó. La vi a ella, mi Sullys, valiente y dispuesta a arriesgarlo todo por mí. No dudé. Solo asentí, el alivio inundando mi pecho. Estábamos de vuelta. La fiesta seguía a nuestro alrededor, pero en ese pasillo lleno de gente, habíamos hecho un voto que iba más allá de cualquier concurso. Habíamos elegido el amor por encima de la seguridad.



#5622 en Novela romántica
#2187 en Otros
#336 en Novela histórica

En el texto hay: romance accion aventura

Editado: 10.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.