CAPITULO 34: Narrado por Sullys: El peso de una decisión

El aire en el pasillo se sentía helado, contrastando con el calor de mi cuerpo. Mi madre se había ido, dejándome allí, destrozada por la humillación de la dirección. Solo pensaba en la amenaza de mi padre: el exilio, la distancia total. Y entonces, justo cuando mis piernas temblaban por el miedo, sentí la mano de Kevin deteniéndome.

Y sus palabras. Ay, Dios mío, sus palabras.

"Estoy harto, Sullys... Voy a hablar con tus padres."

Mi corazón se detuvo. Mi primer instinto fue gritar, gritarle que estaba loco, que acabaría con nosotros, que me enviaría lejos para siempre. ¡No, Kevin! ¿No entiendes que esa es la única regla que no podemos romper? El rostro de mi padre, lleno de furia, apareció en mi mente, tan real que sentí el pánico helándome la sangre.

Pero luego, miré sus ojos. Vi el cansancio, la frustración, la desesperación que yo misma había sentido durante meses. Vi la rabia de un hombre que amaba y que estaba harto de ser un secreto.

Tiene razón.

La realización me golpeó con una fuerza abrumadora. El dolor de estos meses, las mentiras, el silencio autoimpuesto... eso había sido peor que cualquier castigo físico. Habíamos elegido la vía segura y nos había destrozado el alma. No podíamos seguir viviendo de pasillos secretos y miradas rápidas en la buseta.

"No lo hagas, Kevin..." le rogué, pero mi voz era solo un murmullo de miedo. En el fondo, una parte de mí, la parte que lo amaba sin medida, rezaba para que no me hiciera caso.

Él no me escuchó. Su decisión estaba tomada. Y en ese instante, en lugar de sentir rabia, sentí una paz extraña. Ya no teníamos que idear planes, ni escondernos en las gradas. Él había elegido el camino más peligroso, el más directo. Íbamos a enfrentar a la tormenta de una vez por todas. Si nos vamos a ahogar, lo haremos peleando.

Cerré los ojos un segundo, tomando una bocanada de aire. Mi destino estaba sellado: o mis padres nos aceptaban, o me enviaban lejos. Pero, por primera vez en mucho tiempo, no iba a ser yo la que se rendiría. Si él iba a la guerra por nosotros, yo iba a estar a su lado.