Giré mi cuerpo para ver de quien era la voz que me llamó hace unos segundos, era Ryan, el capitán del equipo, el mismo chico que me había lanzado el maldito balón y el hermano de Holly.
El mismo chico que volvió al inicio de curso, el que pasó gran parte de su infancia conmigo y porque sus `padres se separaron se marchó con su madre.
Zoe se lanzó a los brazos de Ryan, por un segundo pensé que Ryan perdería el equilibrio y ambos acabarían en el frío piso pero no pasó nada.
—¡Ry! Gracias por dejarme ir al parque con Josh.
Los niños fueron unos cuantos pasos por delante de nosotros, estaban radiando felicidad.
—Angie, te dejaste la libreta en las gradas junto al estuche.
—¡Ah! —exclamé con sorpresa—. Creí que la había perdido para siempre, ya que no la encontré cuando fui a buscarla, me estaba volviendo loca —le expliqué.
Ambos estallamos en carcajadas, llegamos al parque y los niños salieron disparados a jugar en el tobogán.
Nosotros nos sentamos en los bancos, empezamos a hablar. A pesar de que nos conocemos desde los cinco años, hablábamos muy poco y con el gran cambio de pasar de la escuela al instituto ya hablábamos más y nos empezamos a hacer grandes amigos hasta el dia de hoy.
—Siento mucho lo del balón, fue culpa de Jackson, tenía que pasárselo a Brett y el muy idiota se quedó mirando a otro sitio.
—Tranquilo no pasó nada, tampoco me hizo daño, solo me sorprendió y como te dije antes ya me acostumbre a que me pasen cosas así.
Y es la verdad, desde que tengo uso de razón he sido muy torpe y gafe, siempre he traido la mala suerte hacia mi persona.
Lo único que me falta es que un auto me atropelle.
Volvimos nuestra vista al frente y la enfocamos en nuestros hermanos, quienes estaban abrazados y Zoe con una flor en su mano. Nos levantamos del banco, sin que se dieran cuenta les hicimos unas foto —se veían tan lindos juntos que no pudimos resistirnos—.
—Se ven tan adorables juntos —le comente, mientras me alejaba de él.
—Pues sí, se ven adorables.
—Zoe y Josh, ya es hora de irnos.
—Pero… —ambos estaban a punto de protestar cuando Ryan los interrumpió.
—¿No queréis la merienda? Un pajarito me informo de que hay chocolate.
Los niños dejaron de jugar para venir corriendo y ponerse a nuestro lado.
Salimos del parque y empezamos a caminar a la casa de Ryan y de Zoe, así ellos estarian un rato más jugando y nosotros podríamos hablar y Ryan me devolvería el cuaderno de dibujos.
Ryan estaba sorprendido porque sabía a donde teníamos que ir. El camino a su casa estuvo bien, nos reíamos y una pregunta rondaba mi mente; ¿Cómo es que aún tenían tanta energía?
Quince minutos después ya habíamos llegado a su casa. Nuestros hermanos hicieron una carrera de haver quien llegaba más rápido a la puerta de la casa, la ganadora fue Zoe, quien empezó a hacer un baile extraños que nos hizo reír a los tres.
—¿De que os reis? —preguntó con su dulce voz.
Antes de que contestaremos la puerta fue abierta por Holly, quien fue derrumbada por su pequeña hermana.
—¡Holly! Te he echado de menos —le dijo Zoe hecha un mar de lágrimas.
—Zoe, yo también te he echado de menos. No puedo decir lo mismos de mi hermano mayor.
Ambas se levantaron del suelo y todos entramos a la casa. Les preparamos su merienda, mientras ellos estaban sentados en la mesa del comedor viendo “Doraemon”, se acabaron la merienda en un abrir y cerrar de ojos. Al acabar el capítulo ellos se fueron a la habitación de Zoe y nosotros nos quedamos en la sala hablando.
Holly le lanzaba miradas amenazantes a su hermano, creo que alguien está en graves problemas.
—Ry —Holly llamó su atención— ¿No te has olvidado de nada hoy?
Holly sostenía un cojín en las piernas, que en cualquier momento sería lanzado a la cara de su hermano. Ryan tardó unos minutos en responder.
—Diría que n… —la frase se quedó ahí, creo que recordó algo—. ¡Mierda! Me tengo que cambiar he quedado para salir con los chicos, adios.
Holly lanzó el cojín con todas sus fuerzas y le dio en la cara de su hermano, quien no dudó en lanzarle de vuelta el cojín, en ese momento se formó una guerra de almohadas entre ellos dos. Yo por otro lado estaba que grababa todo y riéndome como una loca de la situación.