Por la noche habíamos hablado con mi hermana, nos contó que una de sus nuevas amigas hace unos días se había ido del instituto, y que la echa de menos. También que está muy contenta porque en unos días las clases se acaban.
Antes de irme a dormir mi hermano apareció por la puerta de la habitación, con el pijama puesto y su oso de felpa —quien fue un regalo de la tía Agatha, cuando Josh nació—.
—Podrías decirle a Holly de quedar mañana, porfis —sus súplicas acompañadas de sus ojitos de perrito abandonado me derritieron el corazón.
Y como buena hermana —detective— que soy, me dio ganas de saber el por qué.
—¿Por qué tendría que cancelar mis planes con las chicas?
—Porque me quieres mucho, y así te librariás de mí por unas horas.
—No, lo siento pero pasó.
—Oh, vamos hermanita querida.
—Dime por qué quieres que quede con Holly y me lo pensaré.
La verdad es que le iba proponer a Holly de salir mañana y llevarla a conocer la ciudad, pero por ahora no le diré eso a Josh.
—Uff, esta bien solo quiero quedar con Zoe —me confesó cuando se sentó en el filo de la cama.
—¿Y no creías que decirme la verdad sería más fácil? —le dije encarando una ceja.
—No, porque me daba vergüenza —dijo mientras movía su cabeza—. Ahora le puedes preguntar, plis.
—Claro que sí.
Busqué el número de Holly y le envien un WhatsApp.
Holly Lewis
Buenas noches
¿Te apetece quedar mañana?
Así te haría de guía y nuestros hermanos se verían
Claro que sí
Dudo que Ryan se acuerde de mi existencia.
¿Te parece mañana a las 11?
Claro, by
Salí de WhatsApp y le mostré la conversación a mi hermano.
—Ahora si, me dejas dormir —le pedí amable.
—Chii —dijo antes de salir de la habitación dando pequeños saltos.
Cerré los ojos, dejándome llevar por el morfeo.
—¡Angie! —sentí que algo pesado había caído justo encima de mí—. ¡Despierta!
—Mmmm... Déjame dormir —dije sin abrir los ojos.
—Angie, ya es hora de irnos.
Medio somnolienta, estiré la mano para alcanzar el móvil que estaba en la mesita de noche.
Miré la hora y apenas eran las diez en punto! Si no quisiera tanto al enano lo enviaría a paseo.
—¡Josh, apenas son las diez! —le grité con enojo.
Normalmente no grito, pero cuando no me dejan dormir las horas que necesito.... Tengo un mal humor.
—Angie, te levantó porque normalmente taradas cuarenta y cinco minutos en la ducha.
Uff, de mala gana me levanté de la cama y me dirigí a la ducha. Sin dirigirle la palabra a mi hermano.
Tal y como dijo mi hermano tarde cuarenta y cinco minutos en la ducha, si le sumamos los quince que tarde en elegir la ropa y maquillarme el resultado era:
—¡Josh! Llegamos tarde a la casa de Holly —grite desde la puerta de mi habitación mientras daba saltos para ponerme la bota izquierda.
—¡Te lo dije! —grito de vuelta.
Nos despedimos de nuestra madre y corrimos a la casa de los Lewis, la ventaja era que ellos vivían cerca y no llegaríamos tan tarde.
Toqué el timbre y nos abrió la pequeña Zoe.
—Ya estamos, Holly está acabando arreglar su habitación. Pasad.
Sentí mi bolso vibrar y vi que era un WhatsApp de Nadir, uno de mis amigos.
Nadir
¿Me puedes acompañar al Livepool One?
Es código rojo
Claro
¿Qué pasa?
Llego en 5 y te explico todo
Holly bajo las escaleras y nos saludó.
—¿Nos vamos? —preguntó cuándo estuvo frente a nosotros.
—Claro, pero tenemos que ir a mi casa, un amigo nos llevará
Salimos de la casa, Holly cerró la puerta y nos dirigimos a la casa. Solo esperamos cinco minutos exactos cuando Nadir aparco frente a mi casa.
Subimos a su auto, cuarenta y cinco minutos después ya habíamos llegado al Liverpool One. Nada más llegar encontró un sitio libre para aparcar y estaba cerca.
—Ahora si, me explicas el código rojo —le pedí cuando bajamos del auto.
—Sí, resulta que me olvide del cumple de Hel, y no sé qué regalarle. Aparte ella no quiere verme ni en pintura —se quejo mientras se apoyaba en mi hombro.