Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 4

Ella sintió los labios de él besarla, trato en un principio de alejarlo pero él tenía sus manos en un agarre firme contra la pared.

Al final se rindió.

Dejo de luchar y empezó a participar en el beso; cuando Ehan la sintió fundirse contra él, le soltó las manos y ella las enrollo en su cuello haciendo el beso más profundo.

Ehan adentro su lengua en la boca de ella para saborear cada parte; ella tenía un sabor dulce que lo tenía embriagado; jamás se había sentido así por un beso pero Hanna Kelly besaba increíble.

El movió sus manos al trasero de ella y la apretó contra su cuerpo, a ella se le escapó un gemido y el la alzo poniendo su antebrazo abajo de su trasero obligándola a enrollar sus piernas en las cadenas de él.

Él, la sujeto con una mano y con la otra la tomo de la cintura pegándola a la pared, se separaron un momento jadeantes por la falta de aire; pero rápidamente Ehan volvió al ataque de sus sentidos haciéndola estremecerse en sus brazos.

Hanna sentía sus neuronas explotar, Ehan trazo el contorno de sus labios y se estremeció, la cabeza le daba vueltas y apretó los puños, clavándose las uñas en las palmas de las manos. Tenía el cuerpo rígido pero sus pechos endurecidos y a punto de estallar.

—Eres increíble— le susurro Ehan separándose un poco para besar su cuello y después volver a su boca.

El movió su pelvis y la apretó contra la de ella arrancándole un suspiro, Hanna sentía toda su hombría cada vez que el hacía eso.

Y exactamente fue eso lo que la asusto, ella ha tenido uno que otro novio pero jamás ha llegado tan lejos con ninguno de ellos, tal vez sea anticuada pero quería estar segura de amar a su pareja para entregarse a él, no quería perder su virginidad con cualquier tipo y menos contra una pared.

Por ese motivo las alertas en su cerebro sonaron y coloco las manos en el pecho de Ehan empujándolo.

Seguía un poco mareada por el Alcohol pero esta consiente de lo que hacía.

Lo aparto y ella coloco sus pies en el suelo, eso había estado mal, Ehan y ella solo eran amigos, se alejó de él y comenzó a caminar para no verlo.

Quería llegar a su habitación y quedarse ahí toda la noche pero Ehan tenía otros planes, se colocó rápidamente frente a ella y le cortó el paso.

—Quítate— demando con voz fuerte.

—No lo haré, tenemos que hablar de lo que paso Hanna...

—No ha pasado nada...

— ¡Y un demonio que paso!, nos acabamos de besar Hanna ¡Joder! Eso no fue "nada"— ironizó.

—Fue un error Ehan, jamás tuvo que haber sucedido...

—Pero paso, y ahora debemos de decidir cómo seguir después de esto.

—No debemos decidir nada, tu y yo somos únicamente amigos y eso es todo Ehan.

—Los amigos no hacen esto— dijo volviéndola a besar, Hanna lo empujo tratando de apartarlo pero Ehan era un experto en la seducción y sabía cómo vencer todas las barreras de Hanna.

A los segundos ella participaba activamente en ese beso; las manos de ambos se deslizaban por el cuerpo del otro mientras disfrutaban de sus labios.

Ella se abrazaba a sus hombros mientras el mantenía sujeta de su cintura para devorarla a placer, los labios de ella era como droga para él, eran exquisitos.

Esta vez Ehan fue el primero en separarse y colocar su frente en la de Hanna tratando de calmar su respiración.

—Los amigos no hacen esto— volvió a decir en un susurro mirándola a los ojos; a esos ojos verdes que lo traían loco— yo no te veo como una amiga Hanna.

—Pero...— cerro los ojos— es lo único que te puedo ofrecer Ehan, no puedo...darte más...

— ¿Por qué diablos no?— cuestiono soltándola.

Ella negó con la cabeza, no sabía que decirle.

—Lo siento— dijo antes de girar y correr hacia su habitación y esta vez, Ehan no la detuvo.

Esa noche había cambiado su relación de forma irreversible; era cierto que Ehan quería acostarse con ella, pero ese beso cambio las cosas, él quería esos besos únicamente para él, por razones desconocidas para él, Hanna se había convertido en su única excepción.

Y ahora...

Él debía de convertirse en la de ella.

Ehan no regreso a la fiesta, en cambio se fue a su dormitorio; no quería hablar con nadie, en ese momento se sentía muy confundido como para tratar de comprender a alguien más.

Hanna Kelly.

Su nombre aparecía una y otra vez en su mente sin dejarlo descansar.

Al otro lado de los dormitorios femeninos, Hanna se encontraba de la misma manera; se sentía confundida; ella siempre soñó con cumplir sus sueños y no deseaba ninguna distracción.

Pero...

¿Y si esta era su oportunidad de ser feliz y la desperdiciaba?, tal vez Ehan era el hombre destinado para ella y ella lo alejaba ir solo porque no cumplía con su plan de vida.

Pensando en él y sus ojos azulea se quedó dormida; pero un ruido repetitivo la despertó cuatro horas después.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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