Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 13

Ehan y Hanna bajaron por el ascensor hacia el vestíbulo; la guardería se encontraba al lado de este evitando que alguno de los chicos escape.

Hanna estaba nerviosa, cualquiera que viera a los gemelos y a Ehan juntos podía sacar sus propias conclusiones. El parecido era imposible de pasar por alto.

Sentía su corazón acelerarse y su manos empezar a sudar, estaba nerviosa. Ese era un momento que jamás pensó que se realizaría pero ahí se encontraba junto al padre de sus hijos.

Llegaron a la guardería y Hanna tuvo que tomarse las manos para evitar que empezaran a temblar.

Jenny Wallas era la niñera en la empresa; Hanna le aviso con antelación que el Jefe quería conocer la guardería y ella los estaba esperando en la entrada.

—Hola Jenny— la saludo Hanna con la mejor sonrisa que logro poner.

—Buenas tardes, todos los chicos saben que vendrían a verlos así que están emocionados. Entren por favor.

Todos entraron y los niños se pusieron en pie para saludar, los pequeños estaban jugando en la alfombra y el único bebe estaba dormido.

—Chicos, les quiero presentar al jefe de la empresa, el señor Hilton.

Todos los niños lo saludaron; era una guardería pequeña; no había más que 15 niños.

Para Ehan fue fácil localizar a sus pequeños. Fue raro pero era como ver sus fotos de pequeño; cualquiera que lo conociera de niño y viera a esos pequeños no dudaría que son de él.

— ¡Mami!— grito Matt al ver a su mamá; el salió corriendo a abrazarla.

Hanna lo recibió con los brazos abiertos y lo levantó.

— ¡Mamá!— esta vez Dony grito y se abrazó a las piernas de su madre.

—Mis amores— dijo Hanna besando a sus hijos, bajo a Matt y se acuclillo para estar a la altura de ambos— ¿Se han portado bien?— le pregunto con una sonrisa.

—Si mamá— dijeron al unísono.

Ehan se había mantenido al margen únicamente observando a sus hijos con su madre; era increíble ver a los cuatro ahí juntos.

Se tomó su tiempo observando como sus hijos abrazaban a su madre, era algo imposible de explicar los sentimientos que lo embargaron, era una mezcla de anhelo y ansiedad. Saber que su felicidad estaba con ellos pero ahora era imposible de tener.

Los chicos le estaban contando un par de cosas a Hanna y ella los miraba como una madre. Ya saben, esa mirada llena de amor y seguridad que solo una madre puede transmitir y proyectar.

Esa mirada que te hace sentir seguro a pesar de todo porque sabes que tu madre va a estar ahí para ti.

—Chicos, les quiero presentar a un amigo de mamá— empezó a decirle Hanna a los gemelos— quiero que sean buenos y se comparten bien con él ¿Si?

Lo chicos asintieron y Hanna le dijo a Ehan que se agachara; él no lo dudo y en un segundo estaba a su lado observando a sus hijos.

Eran idénticos con la única diferencia en sus ojos; Matt tenía sus ojos azules como su padre, pero Donovan los tenia verdes como Hanna.

Ehan sintió un nudo en la garganta cuando los dos pares de ojitos se fijaron en él, los niños no lo sabía pero ese era uno de los momentos más importantes en la vida de Ehan.

—Él es el señor Hilton...

—Ehan, solamente Ehan— dijo interrumpiendo a Hanna.

—Les gusta el soccer ¿Señor?— le punto Matt de entrada.

Ehan se puso tenso por un momento pero trato de concentrarse en sus hijos.

—Sí; me gusta verlo...

—Matt. — Dijo el pequeño al verlo quedarse callado— Yo soy Matt y él es Dony.

—Los dos somos hermanos— le dijo Dony.

—Son muy parecidos— les dijo Ehan con una sonrisa.

—Es porque somos gemelos— explicó Dony— pero nuestros ojos son diferentes.

—Ya veo, pero me imaginó que su madre siempre los puede diferenciar a pesar de sus ojos.

—Sí, mamá tiene poderes especiales de mamá— dijo Dony.

—Señor, ¿Usted va a dispedir a mi mamá?— le pregunto Matt a Ehan.

Hanna abrió los ojos con sorpresa; ella pesaba que ese tema estaba olvidado pero al ver en rostro de preocupación de su hijo se conmovió.

A veces los adultos están tan ensimismados en sus problemas que olvidan que sus hijos los sufren con ellos.

—Matt, ya habíamos hablado sobre eso— le dijo Hanna tratando de calmar el ambiente, la pregunta repentina de Matt había puesto tenso a Ehan y eso no era buena señal.

— ¿Por qué piensas eso?— le pregunto Ehan a Matt luchando con el enojo en su cuerpo. La palabra señor lo estaba lastimando cada vez que los gemelos lo pronunciaban; pero saber que para ellos él no era más que un sujeto sin escrúpulos que estaba a punto de despedir a su mamá era peor.

¿Quién les había dicho eso?—se preguntaba Ehan.

—Tomy Graham dijo que su papá le dijo a su mamá que el nuevo señor iba a despedir a todos. Y yo no quiero que mi mamá pierda su trabajo.

Ehan frunció el ceño; sus hijos estaban sinceramente preocupados por el bien de su madre, no comprendía como esos rumores habían llegado hasta la guardería pero no dejaría que sus hijos se martirizaran por algo que nunca ocurriría.



#732 en Novela romántica
#277 en Chick lit

En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.