Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 14

—Disculpen la interrupción; pero no creo que sea el lugar adecuado para demostraciones de afecto— les dijo Ehan molesto.

El pasó de largo y entro en su oficina cerrando de golpe la puerta; algunos de sus compañeros presenciaron la escena y eso sólo significaba que antes de almuerzo toda la empresa se enteraría que el señor Hilton encontró a su secretaria besándose con su esposo frente a su oficina.

Sebas la observó con mirada de preocupación, él se sentía culpable por lo sucedido y no quería que su jefe se desquitara con su chica.

—No te preocupes Sebas—.lo tranquilizo Hanna— de seguro solo está de mal humor.

— ¿Estas segura?, si quieres pueden ir a explicarle que fue mi culpa y que nos perdone por lo sucedido.

— ¡No!, no...Digo...no te preocupes. No será necesario— le dijo ella esperando convencerlo, no se quería ni imaginar qué pasaría si Sebas entraba a esa oficina — regresa a tu puesto; me encargare de esto.

— ¿Segura?

—Totalmente. Ve tranquilo.

Sebas suspiro preocupado pero le hizo caso a su esposa; solo esperaba no causarle problemas.

Cuando Hanna estuvo segura que Sebas ya estaba lejos; tomo su agenda y se aproximó a la oficina de Ehan.

Toco la puerta con miedo pero cuando él le dijo que pasara y ella trató de parecer relajada.

—Señor Hilton— dijo Hanna entrando a la oficina— vengo para que organicemos su agenda de esta semana— camino hacia el centro de la oficina y ahí espero de pie a que él le dirigiera la palabra.

Los segundos pasaban y Hanna ya se empezaba a preocupar.

— ¿Esa es tu venganza?— le pregunto Ehan de entrada, él estaba parado cerca de la ventana pero la observaba únicamente a ella.

— ¿Que?

—Quiero saber si esa es tu venganza por no haber confiado en ti hace cinco años. ¿Acaso piensas restregarme en la cara la feliz que eres con él?

— ¡No!...yo no...Yo...

— ¿Tu qué? — dijo Ehan acercándose a ella y tomándola de los hombros.

—Yo no lo planeé Ehan, Sebas sólo estaba despidiéndose de mi...

— ¿Sabes lo que me costó no alejarlo de ti y molerlo a golpes. Ahí, frente a todos?— gruño.

—Ehan...

—Lo odio Hanna. Sé que no tengo derecho pero no soportó verlo; y menos a ti con él.

Hanna guardo silencio esperando a que Ehan se calmara; se encontraba muy alterado.

—Lo siento— dijo a final— no volverá a suceder.

Ehan la soltó y se alejó de ella; sentía sus manos temblar y ver la imagen de Hanna besando a Sebas una y otra vez en su cabeza no ayudaba.

Sentía los celos destrozarlo por dentro.

"Fue tu elección" le repetía su conciencia una y otra vez.

—Por lo que veo; todavía no haz hablado con el sobre la verdad— le dijo Ehan girándose a encararla.

—No hemos tenido la oportunidad.

—Te quedan seis días Hanna; no estoy dispuesto a claudicar en esto.

—Lo sé. ¡En ningún momento te he pedido más tiempo!

Ehan la observó con la furia y la pena recorrer su venas; él no sabía que se podían sentir dos emociones tan contradictorias al mismo tiempo pero si era posible.

—Necesitamos coordinar su agenda señor Hilton— dijo Hanna colocándose una máscara e frialdad— recuerde que ahora se encuentra en la presidencia de dos empresas y no puede descuidarlas.

—Eso lo tengo cubierto; se podría decir que mi hermano me está cubriendo en Hilton In. Como sabrás me debía un enorme favor y se lo estoy cobrando.

Hanna desvío la mirada incomoda; a ella no le gusta hablar sobre Marco; ya que él fue una persona clave en todo ese desastre.

Hilton Industries era una empresa mucho más grande que BiTec; el imperio Hilton era el estandarte de esa familia y Hanna estaba segura que Stephen Hilton no sabía nada del cambio de presidente.

—El día de mañana deja mi agenda despejada; tengo cosas pendientes por hacer. Dentro de un par de horas mi equipo mandara una serie de contratos; necesitó que los manden a imprimir y los dejes en mi escritorio.

—Algo más, señor— pregunto Hanna.

—Quiero que dejes todas mis tardes libres; quiero pasarlas con mis hijos. Y necesitó que me traigas un café; ya sabes cómo me gusta.

Pero Hanna ya había dejado de anotar al escuchar su petición.

—No puedes hacer eso— gruño con los dientes apretados.

— ¿Pedir un café?— dejó Ehan sarcástico.

—Me refiero a pasar la tarde con los gemelos. Si lo haces todo en la empresa se enterarían y seria mucho peor.

—Quiero pasar tiempo de mis hijos...

—Pero no a costa de su privacidad; en la visita de ayer no te despegaste de los gemelos y Jenny comenzó a sospechar...

— ¿Acaso me culpas?, cuatro años Hanna. Ya perdí cuatro años y me niego a perder más.

—No te estoy diciendo que no los veas solo que debemos ser cauteloso; y más aquí, la empresa es pequeña pero todos son un atajo de chismosos de peor en peor.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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