Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 17

—Hanna ¡Por Dios!— jadeo Ehan sin poder creerlo; todo era tan perturbador y subversivo— ¿Cómo es posible que te abrieran sin anestesia? Con un cuadro de diabetes podrías haber muerto desangrada— Dijo alterado.

—No había opción Ehan; era eso o los niños; yo sabía que existía riesgos en embarazos múltiples y estos son peor cuando una es primeriza. Además que en ese momento no lo pensé mucho, en el momento que el doctor me dijo el riesgo que corrían los bebes no me importo nada.

Ehan volvía a sentir esas horribles ganas de llorar; la madre de sus hijos era increíblemente valiente pero la opresión en el pecho no lo dejaba, si algo hubiera fallado...

—Ojala hubiera estado ahí para ti— se lamentó Ehan.

—No pasa nada Ehan...

—Claro que pasa, podrías haber muerto por la negligencia de esas personas...

—Estoy viva gracias a esas mismas personas.

El la observo con dolor en los ojos; el imaginar lo que hubiera sido de sus hijos si Hanna no hubiera sobrevivido a ese proceso tan medieval.

Posiblemente nunca los hubiera encontrado y ahora estaría peor. Buscado a sus hijos por todos lados dentro del sistema de orfanatos de país. Tal vez los habrían separado o ya los hubieran adoptado y el jamás tendría la oportunidad de verlos jugar como en ese momento.

—Es aguda pasada, no vale la pena rememorar esos momentos— Hanna le tomo la mejilla y lo acarició de forma tranquilizadora.

—Te pude haber perdido para siempre— dijo Ehan apoyándose en su mano, él no se podía imaginar el mundo sin Hanna.

El giro su cabeza y beso su mano de forma inocente.

Pero para Hanna no fue nada inocente; sus hormonas parecían alterarse con cada movimiento de Ehan.

—De haberte perdido jamás me hubiera perdonado el haberte echado de mi vida— dijo colocando su mano sobre la de ella— aunque dudo que pueda hacerlo aún, eres la única mujer a la que he amado Hanna; y eres a la única a la que siempre amaré.

Ella lo observó enternecida por la declaración, le acaricio su rostro y con su pulgar le delineó su labio mientras de forma inconsciente ella se mordía el suyo.

Él se acercó a ella con la intención de besarla; no le importaba si era en el parque, lo único que quería era estar cerca de ella.

Pero la imagen de Sebas le vino a la mente de Hanna y se alejó de Ehan; no podía caer en la tentación; Sebastien no se lo merecía.

—Perdón— dijo alejándose y soltando a Ehan.

Un tenso silencio se colocó entre ellos arruinando por completo el ambiente.

Ninguno decía nada; cada uno se encontraba en sus propios pensamientos sobre cómo actuar. Esta situación no era fácil para ninguno pero debían aprender a sobrellevarla, si no; muchas personas podrían salir lastimadas.

Hanna sentía su determinación crecer para no caer ante la tentación, pero Ehan se lamentaba por no haberla besado antes.

— ¿Has decidido cuando decirle la verdad a los chicos y a tu esposo?— le pregunto Ehan rompiendo el silencio.

En ese momento Hanna se dio cuenta que no había hablado con el sobre su conversación con Sebas.

—Ayer hable con él, Ehan — suspiro— se sorprendió mucho y se enojó conmigo; cree que le he estado ocultando las cosas y tuvimos un pequeña discusión, me dijo que con respecto a los gemelos la decisión era totalmente mía.

Ehan hizo una mueca y observo a su hijos jugar; por un segundo se sintió culpable de haber besado a Hanna sabiendo que estaba casada; pero al girar y verla...

Todo sentimiento de culpa desapareció, él amaba a esa mujer y no se daría por vencido.

Quería a sus hijos, quería a su chica, quería una casa y vivir con ellos siempre; no era un simple capricho, eran su familia y quería hacerse cargo de ellos.

— ¿Que has decidido con respecto a los niños?— preguntó Ehan tratando de concentrarse en el tema.

—Ellos...ellos merecen la verdad Ehan; no quiero arrepentirme de no darles la oportunidad de conocerte; sé que de haberlo sabido hubieras estado ahí con ellos desde el principio...

—También hubiera estado contigo Hanna.

Ella lo observo con diversos sentimientos reflejados en sus ojos. Cada vez que decía algo por el estilo su corazón le jugaba una mala pasada y se aceleraba sin motivo.

—Quiero que nuestros hijos te conozcan— dijo ignorando el ultimo cometario de él— ellos ya te tienen un gran cariño y la transición no será tan difícil para ellos.

— ¿Cuándo se los dirás?

—Yo...tenían pensado que se los dijéramos juntos— dijo con cuidado— invitarte a cenar mañana y explicarles quien eres tú.

Ehan se quedó sorprendido por la propuesta; él estaba preparado para que ella se volviera a negar; y le pidiera más tiempo pero escuchar que estaba dispuesta a que sus hijos lo conocieran era la mejor noticia que había recibido.

—Claro, estaré ahí— dijo escondiendo una sonrisa—Yo...iré a jugar con ellos.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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