Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 20

Al día siguiente, Ehan y Hanna se comportaron de forma profesional; nadie debía sospechar nada, pero era de gran ayuda que todos estuvieran concentrados en la supuesta relación de Sarah con Ehan.

Hanna evitaba hacer comentarios sobre ese tema; sentía su cólera subir cada vez que alguien le recordaba cómo fue que los encontraron abrazados en el ascensor.

Al parecer en BiTec no se hablan de otra cosa que no fuera del jefe y sus relaciones personales; algunos decían que lo habían visto observando Carly y otros votaban que Sarah era la chica de su interés.

Estos rumores había llegado al oído de Sebas y el pobre solo reía recordando que de la persona que Ehan estaba enamorado era de su esposa.

Nadie en BiTec imaginaba la verdad aunque esta estaba frente a ellos. Ninguno comprendía como nadie había notado el parecido entre los gemelos y el jefe.

Por la tarde Ehan le pidió a Hanna que le llevara los registros de gerencia, necesitaba revisarlos. A pesar de todo Hanna era su asistente y él estaba tratando de hacer crecer la empresa.

Hanna hablo a gerencia y Sarah se ofreció a llevarlos, ella no era tonta y sabía que Sarah quería aprovechar cada oportunidad para estar con Ehan, de cierta forma le molestaba pero no podía decir... ¡NADA!

—Hola chica— dijo Sarah acercándose a Hanna en su puesto; llevaba los documentos que Ehan había solicitado.

—Hola Sarah, déjalos aquí, ya se los llevare...

—De hecho— Sarah se acercó un poco a Hanna en confidencia— te quería pedir si podría dárselos personalmente, quería hablar con él y no quiero parece desesperada— le dijo con una sonrisa ansiosa

—No creo que sea buena idea Sarah...— dijo tratando de evitar que ella y el jefe estén a solas

—Vamos Hanna. Hazlo por mi ¿Si? Eres mi amiga...

"y él es el padre de mis hijos" pensó.

—Solo esta vez, me lo debes— le dijo Sarah con un puchero.

Hanna medito rápido sus opciones, si le negaba el acceso ello de seguro sospecharía algo y no quería rumores en la empresa sobre Ehan y ella. Sarah podía ser su amiga pero la conocía lo suficiente para saber que no la quería de enemiga y menos en esa situación.

—Que sea rápido Sarah —dijo Hanna derrotada.

—Gracias Hanna— dijo en un susurro— prometo invitarte a la boda.

Hanna rió, su amiga estaba loca, pero ella sabía de primera mano que Ehan Hilton no era un hombre hecho para un compromiso.

Ehan estaba sentado en su escritorio mandándole unos balances a su hermano.

Él estaba esperando que Hanna llegara para decirle lo de la invitación de su madre y el nuevo acuerdo familiar. El día de ayer les dejo claro que si vuelven a interferir en su vida, perderán a un hijo para siempre.

No estaba dispuesto a dar su brazo a torcer en esto, su padre había arruinado su vida pero el destino le estaba dando una oportunidad de recuperar a Hanna a cualquier precio.

La puerta de su oficina fue tocada y el concedió el permiso para entrar; estaba feliz de ver a su chica pero su desilusión fue palpable al ver a Sarah entrar con los documentos.

—Buenas tardes señor Hilton, aquí están los documentos de gerencia que pidió.

—Gracias señorita James, déjelos sobre el escritorio— dijo Ehan un poco seco.

— ¿Se encuentra bien señor?— pregunta Sarah de forma inocente— parece estresado.

—Solo un poco— le dijo pensando en la forma en la que podría hablar con Hanna y que a acepte ir al almuerzo.

—Por si no lo sabe; yo sé un poco de fisioterapia— dijo mordiéndose una labio— si quiere puedo darle un pequeño masaje— le dio una sonrisa.

Ehan enarco una ceja ante la propuesta poco profesional; en ese momento recordó los celos de Hanna por culpa de esa chica y decidió evitar problemas hasta hablar con ella.

—Sera en otra ocasión señorita James; le agradezco su disposición— dijo Ehan en tono frio.

Sarah solo asintió con la cabeza y se retiró; estaba decepcionada, su segundo movimiento fue un fracaso; pero se aseguró de colocar una sonrisa pícara antes de salir para aparentar cierto éxito.

Estaba seguro que todos estarían pendientes de ella cuando saliera y no quería que rumores sobre ese desplante corrieran por el edificio. Porque al final, ella lograría obtener a Ehan Hilton en su cama.

Cuando Hanna la vio salir sintió cierta tranquilidad al ver que fue poco tiempo; pero la sonrisa en la cara de Sarah le dijo otra cosa. ¿Qué había ocurrido ahí adentro?

—Todo listo— le guiño un ojo Sarah— Gracias Hanna.

Hanna se despidió de ella y se aguantó para evitar preguntar sobre qué había pasado; le gustara o no; a ella le molestaba pensar en Ehan con otra mujer; el simple hecho de imaginárselo la podía mal.

Muy mal.

Demasiado para su propio orgullo.

Y era peor si esa mujer era Sarah; ella era su amiga y compañera de trabajo; solo de imaginar la forma en la que Sarah le contaría su historia con el jefe la pone insoportable.

Media hora después Ehan la llamo a su oficina; Hanna tuvo que respirar y tomar fuerzas para enfrentarlo, debían de acostumbrase a verse de forma seguida.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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