Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 24

Cuando Hanna levanto la mirada, observo a Ehan caminar hacia adentro; su cuerpo estaba tenso y sus puños apretados. Cerró los ojos y se abrazó más al cuerpo de su hijo, le dolía como un simple gesto había destrozado a Ehan.

Scarlett tenía sus ojos cristalizados al ver a su hijo sufrir de esa manera; no se podía imaginar lo que su pobre Ehan estaba sintiendo en ese momento.

Dony estaba llorando ahora abrazado a su madre y Sebas se había puesto en pie para caminar hacia la casa.

—Mamá ¿Que le paso a Dony? — preguntó Matt con toda la inocencia, el no observo cuando su hermano se accidento.

—Se lastimo, cariño. Pero estará bien— Hanna se colocó en pie y le dijo a Scarlett— necesito alcohol y unas curitas. ¿Tendrán algún botiquín?

—Si... yo... en un momento te lo traigo.

Hanna sentó a Dony en la mesa y le examino la herida; era pequeña pero debía de limpiarla.

Matt estaba pendiente de su hermano y no se alejaba de él.

Scarlett le entrego el botiquín a Hanna y esta procedió a curar a Dony; a pesar de estar concentrada en la tarea; su mente estaba preocupada en Ehan y Sebas.

Ella estaba segura que Sebas fue detrás de Ehan por lo que dijo Dony pero no sabía que podía salir de ese encuentro. Ehan estaba alterado y en ese momento no sabía cómo se encontraba Sebas.

—Tienes buenas habilidades como madre— dijo Scarlett con orgullo en su voz al ver como tranquilizaba y curaba a su nieto.

Ella le agradeció con una sonrisa mientras bajaba a Dony.

—Gracias Scarlett, pero creo que es hora de irnos, te agradezco por todo— le dijo Hanna con educación; pero por dentro estaba desesperada; quería salir de ahí lo antes posible.

— ¿Se tienen que ir ya? Si es por lo que Stephen dijo déjame pedirte perdón, su comentario estuvo fuera de lugar y... — pregunto Scarlett con tristeza, ella esperaba poder pasar más tiempo con los pequeños.

—No, no es por eso pero...creo que es lo mejor— suspiro— Pero puedes visitarlos siempre que puedas— ofreció.

— ¿Puedo hacerlo? —dijo con una sonrisa.

—Claro, ellos se alegrarían mucho de verte solo a ti.

Scarlett asintió y comprendió lo que Hanna le quería decir, Stephen no era bienvenido en su casa y ella entendía el motivo, no tenía palabras para pedirle perdón a Hanna por lo que su esposo había hecho y menos después de escuchar a Ehan la forma en la que los gemelos nacieron.

—Creo que ya es hora de irnos— dijo Sebas saliendo a la terraza, su rostro no expresaba nada Y no habían señales de Ehan—Gracias por todo Scarlett, todo estuvo delicioso.

—Gracias Sebastien; es muy lindo de tu parte. Gracias por aceptar la invitación espero que disculpen los inconvenientes.

— ¿Ya es hora de irnos mamá? — Pregunto Matt con tristeza.

—Si cariño...

— ¿Por qué? — Pregunto Dony a su lado— ya estoy bien mamá...

—Lo se cariño, pero ya es tarde y debemos irnos.

—Pero...

—Chicos. Obedezcan a su madre— dijo la voz de Ehan apareciendo por la puerta.

Todos lo observaron pero el solo tenía ojos para sus pequeños; su rostro no representaba ninguna emoción pero adentro era una bomba de tiempo a punto de explotar.

Su conversación con Sebas había sido perturbadora; no sabía que hacer o que pensar. Su moral estaba en juego; él no podía permitir que algo así sucediera.

Los pequeños obedecieron y se despidieron de todo; pero Stephen se mantuvo al margen en todo momento, sabía que no era bienvenido y debía alejarse.

Ehan los acompaño a la puerta y se despidió de sus hijos con un abrazo; los pequeños le dieron las gracias por todo.

Sebas los tomo y se alejaron un poco dándoles a Hanna y a Ehan algo de espacio.

—Gracias por la invitación— dijo Hanna con una sonrisa— Yo... ¿Estás bien? — pregunto sin poder esperar más.

— ¿Por qué lo preguntas? — dijo con voz neutra.

—Sé que no estás bien Ehan. Yo estaba ahí cuándo Dony corrió hacia Sebas...

—Eso no importa...

—Claro que importa. Sé que te dolió escucharlo decirle...

—No lo digas— la interrumpió— Eso ya no importa...yo... adiós Hanna— se acercó para darle un pequeño beso en la mejilla pero Ehan se lo dio en la comisura de sus labios— cuida a nuestros hijos— su voz sonaba como un ruego.

Hanna lo observo con preocupación, Ehan estaba peor de lo que creía pero no podía hacer nada, se giró para caminar hacia su familia. No estaba muy segura sobre qué había pasado pero esa despedida de Ehan no le gustó nada. Era como si...de verdad se estuviera despidiendo.

Ehan observo a su chica caminar con sus hijos lejos de él sin poder hacer nada, todas sus ideas de conseguir a su familia ahora le parecían inútiles. Los miro por última vez y decidió entrar a la casa. Camino directamente al mini bar y saco una botella de Coñac.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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