Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 25

Cuando Hanna llegó el lunes a la empresa, noto una serie de murmullos por todas partes.

Algunos estaban hablando en grupos y otros en parejas pero parecía como si fuera la noticia del siglo. ¿Qué había pasado?

Prácticamente nadie se dio cuenta de ella y logro llegar a su puesto; no sabía que estaba pasando pero sabía cómo averiguarlo.

Dejo sus cosas y camino hacia la cocina por un café y tal como espero, Sarah se encontraba ahí rodeada por un grupo de chicas.

¿Qué estaba pasando?

Hanna se sirvió su café y saludo a las chicas con educación, cuando Sarah la vio, se disculpó con el grupo y camino hacia ella con una sonrisa.

—Ya estás aquí. Me muero por contarte lo que paso— dijo excitada.

A Hanna no le extrañaría si se pusiera a saltar y a correr de un momento a otro.

— ¿Que sucede? — pregunto con una sonrisa, la alegría de Sarah era contagiosa.

—El señor Hilton me invito a salir.

Y con esa frase muere su alegría.

— ¡¿Qué?! ¿El...él te invito a salir?

— ¡SI! Yo tampoco lo podía creer, una vez entro en la empresa me fue a buscar a mi cubículo y me pidió una cita para esta noche; yo... Hanna estoy tan feliz; al final logre lo que quería— Dijo orgullosa.

—Pero... pero ¿y tú fisicoculturista?

—En el pasado. Era increíble en la cama pero necesito probar al jefazo para saber qué tal.

Hanna estaba sin palabras. Ehan le había mentido, el si estaba interesado de Sarah.

—Yo... me alegro mucho por ti...

—Gracias — se lanzó a abrazarla— necesito que me informes si alguna tipa le habla o si otra mujer lo busca ¿Si?

—Sarah. Yo no puedo....

—Vamos Hanna. Eres mi amiga y necesito tu ayuda para proteger lo que ahora es mío.

Ella apretó los dientes para evitar gritarle que no era suyo. Pero ella no tenía ningún derecho a hacerlo porque Ehan tampoco era de ella. Era un hombre soltero con todo el derecho para hacer lo que él desea.

—Claro, te avisare.

—Gracias, gracias, gracias. Ahora debo irme; es el mejor día de mi vida— con eso salió de la cocina.

Hanna se apoyó en la encimera un momento; no podía creer que Ehan quiera salir con Sarah.

¿Dónde quedo el "Voy a luchar por ti"? Mentiras. Puras mentiras.

Era una ingenua por creer que de verdad Ehan quería luchar por ella. Pero ¡AH! ¡DEBERIA DE ESTAR FELIZ!

El ya no estaba detrás de ella y podía cimentar una buena relación de amistad por el bien de todos.

Regreso a su puesto y entro directamente a la oficina de Ehan para darle su café.

Ehan se encontraba sentado detrás de su escritorio digitando unos documentos; Hanna trato de ignoras la forma en la que le entallaba el traje ya que de seguro que está hecho a su medida.

¿Por qué demonios debía ser tan guapo? ¿No podía salirle barriga y quedarse calvo?

—Aquí tiene señor Hilton; su café— lo coloco sobre su escritorio y se giró para salir.

—Gracias— respondió Ehan sin siquiera mirarla.

Hanna se enojó por su actitud y salió enojada del despacho. ¿Qué le pasaba? Primero invitaba a salir a Sarah y Segundo la ignoraba todo lo posible.

Pero... Uhh ¿Porque la había invitado a salir? Ese hecho la tenía mal y no la dejaba pensar de forma racional.

Lo último que recuerda es haber estado con Ehan en el baño de la mansión Hilton y después de eso se encontró con esa versión fría de él.

¿Qué había pasado? ¿Tal vez el hecho de que Dony llamara papá a Sebas en su presencia lo había afectado demasiado?

El teléfono sonó sacándola de sus deducciones.

—Presidencia BiTec...

—Ven a mi oficina— dijo la voz fría de Ehan antes de colgar.

Hanna apretó los dientes y se colocó en pie; no montaría una escena si eso era lo que él esperaba.

Tomo la agenda y rodeo su escritorio con la cabeza en alto; tomo la manija de la puerta y sintió el metal bajo su palma antes de girarla para entrar.

Ehan estaba en el mismo lugar sin haberse movido ni un milímetro. Ella cerró la puerta y se acercó al escritorio.

—Necesitó que imprimas la planilla completa de empleados y el informe de Sebastien como empleado de BiTec. Eso es todo.

Hanna lo estaba observando enojada porque Ehan ni siquiera la había mirado en ningún momento.

¿Qué le sucedía?

— ¿Para qué quieres el informe de Sebastien? — pregunto Hanna aguantando su enojo.

—Eso no es de su interés señorita Kelly— dijo sin dirigirle la mirada— dedíquese a cumplir sus obligaciones.

— ¿Qué te pasa Ehan? — Exploto Hanna— te estas comportando como un cabrón y no se el por qué, esta vez.

Ehan separo la mirada de su pantalla y observo a la madre de sus hijos, molesto por cómo le estaba hablando; ese día llevaba una camisa blanca con una falda de lápiz hasta las rodillas.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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