Al día siguiente, Hanna evito que Ehan le tocara el tema de Sarah. Ellos estaban saliendo y debía aceptarlo. Notaba cada vez que el trataba de iniciar la conversación así que lo evitaba o se alejaba con alguna excusa.
El siempre serias su primer amor y el padre de sus hijos; pero entre ellos no podría haber más que amistad. Estaba casada y él ahora ya estaba en una relación, debían terminar de una vez por todo y darle vuelta a la página.
Estaba sentada frente a su monitor pensando en todo lo que había cambiado su vida. El repentino regreso de Ehan era una de las cosas más difíciles que había tenido que soportar.
Ella amaba a Sebas pero... El Primer amor nunca se olvida.
Era algo complicado de explicar, sentirte unida a esa persona en una frecuencia única que solamente ellos dos compartían era especial pero... ese sentimiento que la hacía sentir especial era lo que más la preocupaba. Ehan la conocía mejor que nadie, al igual que ella lo conocía a él.
El sonido de su teléfono la hizo regresa a la realidad; últimamente se pasaba parte del día en la luna.
— Presidencia BiTec—contesto.
— Hanna—Era Sebas— Dos hombres acaban de ingresar al edificio y se dirigen a presidencia.
— ¿Dos hombres? —pregunto Hanna extrañada.
— Si amor. No tenemos registro de ellos. Ten cuidado.
— Tranquilo; tal vez son inversionistas que quieren hablar con el jefe.
En ese instante las puertas del Ascensor se abrieron dejando ver a los dos usuarios.
Un silencio colectivos extendió por todo el piso al ver a esos dos hombres salir por esas puertas, pero este fue seguido por un el inicio de una ola de susurros, muchas chicas estaban observándolos con los ojos abiertos sin poder creerlo.
—Ya están aquí debo colgar— dijo Hanna.
Dejo el teléfono de lado y bajo la mirada tratando de tranquilizarse. Ella sabía quiénes eran esos dos hombres de traje. Cerró los ojos y maldijo para sus adentros.
"Perfecto. Lo que faltaba."
Era imposible no distinguirlos, un castaño y un pelinegro. Ambos altos pero el pelinegro era un poco más ancho que el otro. Sus ojos negros eran llamativos y por las miradas que muchas les dedicaban, sabía que no era la única en pensarlo.
El castaño se mostraba un poco más alegre y sus ojos cafés le daban un toque pícaro que tampoco pasó desapercibido por la féminas de ese piso y se atrevería a decir que también por algunos del género masculino.
Cada vez estaban más cerca y Hanna sabía que no podrían ocultarse.
— Buenos días. En que puedo ayudarles— Saludo Hanna con falsa calma.
— Hola preciosa. Hemos venido para hablar con tu estúpido jefe—le dijo Nick con sonrisa.
Hanna se sentía un poco bloqueada. Durante los meses que Ehan y ella estuvieron saliendo, él siempre le hablaba sobre sus mejores amigos.
Pero nunca se los presento.
Cuando ella se enteró de la verdad sobre Giselle, entendió que ese era el motivo por el cual nunca los presento y encontrarse ahora frente a ellos tantos años después...
— Claro. Em...en este momento le aviso...
— No. No le digas nada. Le daremos una sorpresa —dijo Nick acercándose a la puerta. Alexander fue con él y juntos entraron a la oficina.
Hanna no hizo nada para evitarlo, Ella sabía esa visita no molestaría a Ehan. Pero su cuerpo, seguía tenso. Ver al famoso Alexander Ambrosetti junto con Nick Dolce fue algo inesperado. Le hicieron recordar las épocas de la universidad, Donde Ehan y ella se escapaban para estar juntos y entre semana lo veía con sus amigos.
Sacudió su cabeza y decidió que necesitaba un descanso. Se puso en pie y camino a la cocina de la empresa. Necesitaba un café.
Un café muy cargado.
Pero de saber quiénes estaban ahí, tal vez Hanna habría preferido quedase en supuesto.
Cuando llego a la entrada de la cocina vislumbro a varias de las chicas.
—El departamento de Ehan es increíble — Escucho a Sarah decirle a unas chicas.
Ella solo rodo los ojos al escucharla. Era ridículo que alardeara sobre eso. Todos sabían que Ehan y ella estaban saliendo y no era necesario que presumiera todo eso.
Entro en la cocina de forma silenciosa, no quería que la incluyeran en la conversación ya que sabía que no lograría morderse la lengua y no soltarle alguna fresca.
— Que envidia Sarah. No puedo creer que te llevara a su departamento. De seguro es una bestia en la cama—dijo Carly haciendo rodar los ojos de nuevo a Hanna mientras todas reían.
—Ehan es un caballero y me ha respetado pero les juro, que me muero por estar con ese hombre. De seguro es un toro en la cama.
Si Hanna hubiera estado tomando algo está segura que lo hubiera escupido por completo. Imaginar a Ehan y Sarah juntos... en una cama...
¡No podía!
No entendía por qué Sarah se comportaba de esa forma tan... tan...
¡Ahh! Ni decirlo podía. No entendía como la que se supone es que era de sus mejores amigas.
—Pero me imagino que pronto caerá. Al señor Hilton se le nota que esta coladito por ti chica— dijo Vanessa aumentando el ego de Sarah.