Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 29

Ehan bajo al estacionamiento por los gemelos. Tuvo un especial cuidado para que nadie los viera; no quería cometer un error y perder todo lo que había avanzado con su familia.

Estaba ansioso por esa salida aunque un poco asustado. Sería la primera vez que cuidara a un par de niños el solo y era peor porque eran sus hijos y no debía dejar que nada les pasara.

Encontró a Sebas al final de la hilera de vehículos. Los gemelos estaban cerca saltando sobre unas líneas mientras hablaban entre ellos.

—Por un momento pensé que no nos encontrarías— bromeo Sebas con media sonrisa.

—Es la primera vez que saldré con mis hijos así que no me lo podía perder— dijo un poco ansioso de lo cual Sebas se dio cuenta.

—Tranquilo Hilton. Son solo niños. Lo harás bien.

—No es eso Sebastien. Es solo que... bueno yo... jamás he tenido a un pequeño a mi cuidado y debo reconocer que es un poco preocupante. Como padre, no sé nada y siento que podría terminar muy mal.

—Son niños Ehan. Llévalos a un McDonald's con área de juegos y cómprales la cajita con un juguete. No es muy difícil. Veras que eso es todo lo que necesitas saber de momento.

Ehan observo a sus hijos y sabía que podía hacerlo. Si no... Aprendería.

—Gracias por el consejo. La verdad no había pensado donde comer.

Sebas le dio una sonrisa y giro su rostro para ver a los gemelos.

—Algún día serás un gran padre para ellos, no eres un mal hombre Hilton. Tal vez estúpido pero no malo...

— ¿Gracias? No estoy seguro si es un insulto o un alago

—Digamos que un poco de los dos. Por cierto— dijo colocándose repentinamente serio— Quería preguntarte algo, sé que muchas veces son solo rumores pero lo quiero escuchar de tu boca. ¿Entre tú y Sarah...

—No hay nada. Es un tema cerrado.

—No creo que sea un tema cerrado si ella sigue contándole a todo el mundo lo increíble que es la relación que tienen.

— ¿Ella que...

—Sarah se ha encargado que toda la empresa se entere que tú y ella están saliendo. Tal vez no le has dejado muy claro lo que son.

—Se lo deje muy claro Sebas. Invitarla a salir fue una equivocación. Jamás debí hacerlo.

—No te entiendo. ¿Porque la invitaste desde un principio? Es algo estúpido sabiendo la devoción que sientes por Hanna.

Ehan aparto la mirada sin saber cómo explicarle la verdad sin lastimarlo.

—Fue... — suspiro— fue lo único que se me ocurrió para alejar a Hanna de mí. Tal vez no fue la mejor idea pero... por este poco tiempo funciono...

—Tu eres un imbécil— aseguro Sebas negando con la cabeza— no debes de alejarla soquete. Hazte su amigo, ella necesitara un hombro sobre el que llorar cuando ya no este...

— ¿Puedes dejar de decir eso? Odio que tomes esta situación como si no fuera algo serio...

—Sé que es serio. Pero no lo puedo cambiar y es mejor aceptarlo Ehan. Además; todavía me tendrás por mucho tiempo— dijo riendo.

Ehan solo lo miro con una sonrisa. Ese hombre era increíble. No le temía a la muerte, pero sí que temía a dejar a su familia sola. No le importaba nada más.

Solo ellos.

En ese momento Ehan se juró poder cumplir con lo mejor que pueda el último deseo de Sebas. No podía estar más agradecido porque alguien tan noble haya cuidado a su familia cuando él no estaba.

—Hablando del tiempo, también quería pedirte algo— continuo Sebas— desde hace tiempo he estado pensado tomarme una vacaciones con los chicos y Hanna. No sé si podrías ayudarme con eso.

Ehan miro a sus hijos y supo que no podía negarles eso a ellos, tampoco a Sebas y menos negárselo a Hanna.

—Todo depende de si eres un buen trabajador Clark. Para mientras seguirás en mi lista negra— bromeo Ehan.

—Soy el mejor guardia de seguridad que tiene tu empresa. No te puedes quejar Hilton.

—Me quejare de todas maneras. Por cierto, se me hace tarde. Debo de irme ya, gracias otra vez por traer a mis hijos.

—Para mí es un placer. Recuerda, un lugar con juegos infantiles y una caja con juguete. Eso es todo.

—Lo tendré presente. Adiós Sebas.

Ehan se acercó a los pequeños y los subió a su auto. Los sentó atrás y les coloco el cinturón para asegurarse que estuvieran seguros, o al menos eso creía al ver el nudo que se había convertido el cinturón.

— ¿Esto para qué es? —le pregunto Dony señalando su cinturón.

—Eh... son para evitar que salgan volando si tenemos un accidente...

— ¿Tenderemos un accidente? —pregunto Matt asustando.

—No, hijo. Es solo por precaución...

— ¿Que es precaución? — pregunto Dony.

—Es... es como... bueno es... — Ehan estaba balbuceando sin saber cómo explicarle a un niño la palabra precaución— se los diré después. Ahora, debemos irnos.

Termino de colocarlos y subió al vehículo. Ya les había mandado un mensaje a sus amigos que ese día cambiarían de restaurante.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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