Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 32

Sebas...

Él estaba tirado en el piso del baño con sangre saliéndole de la nariz.

Ella se acercó rápidamente a él pero cuando lo toco lo noto caliente. Estaba hirviendo en temperatura. ¡Dios! ¿Qué le está pasando?

Salió rápido del baño y busco su teléfono.

— ¿Hola? ... necesito una ambulancia urgentemente. Mi esposo esta inconsciente en el baño del hotel y no sé qué le ocurre — dijo conteniendo un sollozo pero las lágrimas comenzaron a salir.

—Señora, necesito que se calme y me diga cuál es su nombre y su ubicación.

— Mi nombre es Hanna Kelly, me encuentro alojada en el Millennium Hilton New York. Con mi esposo e hijos. Estamos en el Pent-house.

—En estos momentos una ambulancia va en camino, necesito que llame a recepción y preparen todo para la llegada.

—Está bien— dijo colgando el teléfono siguiendo las introducciones de la operadora, llamo a recepción y les explico la situación mientras trataba de acomodar a Sebas.

Se cambió de ropa lo más rápido posible y los gemelos se despertaron con el ruido.

— ¿Que ocurre mami? — dijo Dony restregándose un ojito.

—Niños. Necesito que se cambien. Debemos irnos ahora ¿Si? — les dijo con toda la calma posible.

Los gemelos se levantaron y se cambiaron sus pijamas mientras Hanna abría la puerta al personal del hotel que venían a ayudarle.

Tomo su teléfono y le llamo a Ehan. Pero él no contestaba.

"Por favor, contesta. Te necesito"

Volvió a intentar y esta vez, el empresario contesto al tercer tono.

— ¿Hola? –respondió con voz adormitada.

—Ehan. Te necesito, estoy en el Millennium y Sebas está mal. No sé qué tiene y la ambulancia viene en camino pero no podemos ir con los gemelos dentro del vehículo.

— ¿Que le ocurrió a Sebas? — pregunto Ehan saltando de la cama y colocándose la ropa, tomo el primer pantalón de mezclilla que encontró y una camisa blanca.

— ¡No lo sé! Esta inconsciente y no responde. Y... yo... yo no sé qué hacer— sollozo— si algo le pasa...

—Tranquila. Voy para allá. Deja que la ambulancia lo lleve. Yo te llevare a ti y a los niños. ¿Hay alguien del hotel ahí contigo?

—Eh.... sí. Aquí está el gerente.

—Pásale el teléfono.

Hanna se acercó rápido el señor y le dijo que alguien quería hablar con él.

— ¿Hola? — contesto el gerente con desconfianza.

—Jack. Habla Ehan Hilton. Cuando llegue la ambulancia indícales que lleven a Sebastien al Hospital Privado. Las pertenencias de la señorita Kelly y de los chicos quiero que las guarden. Las mandare a traer por la mañana. Ayúdales en todo lo que necesiten ¿quedo claro?

—Eh... sí señor. No se preocupe— dijo Jack nervioso por estar hablando con su jefe.

—Pásame a Hanna— el tipo le tendió el teléfono y ella lo tomo con las manos temblorosas.

—Estaré ahí en diez minutos. Los llevare al hospital. Yo me encargo de todo. — le dijo mientras tomaba su chaqueta de cuero y salía hacia el estacionamiento de su edificio.

"Por favor. Que todavía no sea tiempo. Por favor" iba repitiendo por todo el camino.

"Ni los niños ni Hanna están listos, por favor."

Se sentía tenso mientras iba manejando. Llego al hotel justó cuando la ambulancia estaba partiendo dejando en su campo de visión a Hanna abrazando a los gemelos.

Era una imagen desgarradora, ver a Hanna agachada con un niño a cada lado mientras estos lloraban. Varios de los empleados estaban atrás de ellos observando la escena.

El dejo el carro frente a las gradas. Era prohibido pero ¡Demonios! Él era el dueño y esa situación lo ameritaba.

Se bajó rápidamente y se acercó a ellos. El primero en verlo fue Matt. Se soltó de Hanna y corrió hacia él. Ehan lo alzo en brazos y este se abrazó a él llorando.

Los pequeños estaban asustados, ver a sebas ser sacado en una camilla inconsciente había sido una experiencia difícil para un niño de cuatro años.

Hanna tomo en brazos y Dony y se puso en pie; Ehan logro observarla más a detalle y sintió como su corazón se apretaba al ver el rostro de ella lleno de lágrimas.

Se acercó rápido y la envolvió en un abrazo. Todos los empleados estaban atentos. El dueño del hotel estaba ahí consolando a una mujer y a sus hijos y nadie entendía como se conocían y que pasaba ahí.

—Vamos. Los llevare al hospital... —susurro

—Nuestras cosas... —dijo Hanna controlando su llanto.

—Después las mandare a traer. No te preocupes— dijo tomándola de la mano y llevándola hacia el auto.

Subieron a los pequeños atrás los cuales ya se habían calmado un poco. Estaban asustados pero sabían que podían confiar en Ehan.

— ¿Quieres que los llevemos al hospital? — le pregunto Ehan en vos baja mientras iban de camino.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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