Acaricio sus piernas con ternura y subió más las manos para quitarle el vestido pero Hanna lo detuvo.
— ¿Qué ocurre? — Le pregunto Ehan viéndola a los ojos— Si tienes miedo, no importa— dijo apartándole el cabello de la frente— puedo esperar Hanna. No quiero que te sientas obligada a...
—Shh— lo silencio colocándole el pulgar sobre los labios— No tengo miedo. Es solo... que debo advertirte... Después del embarazo... —suspiro— mi cuerpo no es el mismo. Mi vientre ya no es totalmente plano, tengo estrías por las caderas, mis senos son más grandes...
—Hanna no... — dijo Ehan interrumpiéndola cuando noto sus ojos cristalizados. Tomo el rostro de ella con ambas manos— Entiende que eres el amor de mi vida. Tu cuerpo cambio por que le diste vida a mis hijos... no, a nuestros hijos. Para ti pueden ser imperfecciones pero para mí no son más que la prueba de la gran madre que eres. Jamás te avergüences de eso.
Bajo su rostro y con sus labios beso un par de lágrimas que ella había dejado salir.
—Te amo a ti, cariño. Amo lo que eres. Entiéndelo.
Hanna tomo su rostro y estampo sus labios con los de él. No podía describir todo lo que sentía, en un principio tenía miedo por la reacción de Ehan pero tenía razón. Él, la amaba tanto como ella a él.
Eso no lo podían negar.
Mientras se besaban, Ehan acariciaba su cabello y sujetaba su cabeza como si temiera que fuese a escapar. Pero ella estaba ahogándose en un mar de sensaciones que se desataban en su interior al tener a al hombre que amaba besándola.
—Quiero Hacerte el amor— gruño sobre la boca de ella. Bajo sus manos y comenzó a alzar el vestido de Hanna y esta vez... ella no lo detuvo.
Dejo que le quitara el vestido dejándola en ropa interior frente a él.
Ehan pasó sus manos por el cuerpo de Hanna adorándolo con cada caricia. Sus manos se detuvieron en su vientre y el trazo la cicatriz de la cesárea. Sintió un nudo en su garganta al recordar cómo fue la manera brutal en la que esa marca llego ahí.
Hanna no se merecía eso.
Él se inclinó y poso sus labios sobre ella, dándole amor. Tratando de borra el horrible recuerdo que traía.
Los ojos de Hanna estaban fuertemente cerrados mientras sentía como Ehan amaba todas aquellas cosas que ella odiaba.
El subió con cuidado por su cuerpo hasta llegar al valle de sus senos. En dos movimientos él ya había retirado su ropa interior dejándola totalmente desnuda a su merced.
—Tu cuerpo está hecho para adorarlo. Jamás pienses algo que no sea eso, amor mío— con sus dedos trazo una de las estrías en su cadera.
No entendía como Hanna podía verlas como algo para esconder. Sus marcas parecían la luz reflejada en el agua. Era como si ella llevara luz en su cuerpo.
Con cariño se aseguró de acariciar y besar cada cambio de su cuerpo. Sus caderas eran un poco más anchas pero su trasero también. Su cintura era pequeña y sus senos habían crecido.
Ehan la veía aún más hermosa que antes. Beso todo su cuerpo, excitándola con cada caricia; él quería amarla toda la noche sin pensar en nada que no fuera ella.
Hanna sentía en su cuerpo diversas emociones. Primero sentía temor por el rechazo pero Ehan solo le entregaba ternura.
—Te amo, Hanna Kelly— dijo Ehan elevándose sobre ella— fuiste la primera mujer que ame y serás la última.
Ella se abrazó a su cuerpo y lo beso mientras Ehan se acomodaba entre sus piernas.
Llevaban cinco años esperando ese momento.
Cinco años desde que una mentira los separo.
Cinco años sufriendo por estar lejos... pero en ese momento nada importaba.
Tenía las sabanas agarradas en un puño y su frente presionada con la de ella. Sus ojos no se despegaron de los de Hanna en ningún momento. Sentirla, besarla, amarla...
Era más de lo que podía manejar en ese momento. Ehan no podía describir lo que sentía. Tener el cuerpo de la persona que más amas abajo del tuyo es simplemente...indescriptible
Quería arremeter contra ella como un animal pero debía contenerse. Esa noche era sobre ella; él quería hacerlo inolvidable para ella.
Hanna levanto las manos y tomo las de Ehan entrelazando sus dedos con los de él mientras enrollaba sus piernas en su cintura.
En ningún momento despego sus ojos de los de Hanna, le encantaba ver sus pupilas dilatadas mientras su rostro reflejaba como se sentía.
Al final, soltó sus manos y se abrazó a su cuerpo mientras la besaba antes hacerla llegar.
Un asalto más un par de minutos después y ambos quedaron rendidos en la cama. Ella quedo dormida sobre el mientras todavía acompasaban sus respiraciones.
Hanna se sentía satisfecha pero más que nada se sentía... feliz.
Por la mañana. Cuando Ehan abrió los ojos; se dio cuenta que el sol todavía no había salido pero faltaba poco para que eso ocurriera.
Giro su rostro y se dedicó a admirar a la mujer de su vida mientras dormía sobre él. Todavía no podía creer que ella estuviera ahí, junto a su cuerpo.