Nuestra última primavera

Capítulo Dos

Liezl Fox

El día que Miles murió, teníamos un plan. Nos íbamos a casar al día siguiente, íbamos a robar la camioneta de su papá y viajaríamos por todo el país comiendo solo Tacos durante un mes. Iríamos a visitar las mejores montañas rusas, y acamparíamos en los parques naturales menos visitados.

Era un excelente plan.

Ninguno de los demás sabía. Queríamos sorprenderlos más tarde con la noticia.

Pero nunca llegó la oportunidad.

Miro distraídamente el anillo de compromiso que nunca usaré y cuando Alice entra, lo guardo en el bolsillo disimuladamente. Se sienta a mi lado, sacudiendo la cama.

-¿Qué vamos a hacer ahora?- me pregunta, sorbiéndose los mocos. Apoyo mi cabeza en su hombro, sin saber cómo responder.

Unos minutos después, entran los demás chicos. Andy tiene su habitual cara de póquer, pero sé que está derrumbándose por dentro.

Wes está más callado que de costumbre, y Nate no para de morderse las uñas.

Por segunda vez en menos de cinco minutos, alguien pregunta

-¿y ahora?

-No sé- exclamamos Andy y yo al mismo tiempo. Sabía que se había estado conteniendo para no mandarnos a todos al infierno de una vez por todas.

-Tenemos que armar un plan- ofrece mi hermano, sacándose las uñas de la boca.

-Muy bien- dice Alice, resignada- ¿Cuál es la coartada de cada uno?

Todos nos quedamos mudos.

Me levanto de la cama con poca energía. Aún sigo aturdida por lo que pasó. Andy me sigue con la mirada, y hago lo posible por ignorarlo. No estoy para seguirle la corriente. No cuando mi prometido acaba de morir.

No importa que no lo amara como lo amo a él, a Andy. Tengo que serle leal por lo menos hasta que el dolor se detenga.

¿Eso suena muy detestable, cierto?

Me cubro la frente con la mano. Miro por la ventana de la habitación, ignorando el reflejo de los demás. La ciudad está dormida a esta hora.

-Deberíamos salir del país- sugiero. Es la forma más segura de que no nos pillen- Si nos vamos antes de que pasen doce horas desde las muertes, tendremos ventaja.

-Liezl tiene razón- apunta mi hermano. Le sonrío agradecida.

Wes se limpia las manos en el pantalón, y mira a los demás.

-¿Y bien?¿ Lo hacemos?

-Esperen- ordena Andy- ¿Hacia dónde vamos?

Me encojo de hombros. La idea fue mía, sí. Pero no tengo el suficiente intelecto en estos momentos como para idear un plan completo.

-No nos podemos ir todos- dice Alice, alarmándose- se verá demasiado sospechoso. Tenemos que irnos tres y quedarse dos.

-Yo me quedo- anuncio.

-Yo igual- Dice Andy. Mi estómago da un bote al pensar en la idea. Me gustaría arrepentirme pero sería demasiado obvio.

-Listo. Los demás nos vamos, ¿ok?- dice Alice, con su dulce voz como autoridad. Todos asentimos -Vamos a Chile.

¿Chile? Pienso. Eso queda como en el otro extremo del continente. Luego recuerdo que es el lugar perfecto debido al evento al que debemos asistir en unos días.

Inmediatamente todos nos ponemos a hacer una tarea particular. Yo consigo los tiquetes, Wes busca donde se van a quedar, Alice arma las maletas de Wes y Nate más la suya, Andy busca en el televisor si dicen algo de nosotros en las noticias, y Nate se limita a comer.

Él siempre es el más útil.

Unos pocos minutos más tarde, ya tenemos todo listo, la coartada, las maletas, los tiquetes.

-Se van en dos horas, así que tienen que salir ya al aeropuerto.

-¿Cuál es la coartada?- pregunta de nuevo Wes.

-Wesley- lo riñe Alice- concéntrate. Tenemos un matrimonio en dos días, Alan y Melissa se casan. Vamos para allá para celebrar con ellos.

-¿Es enserio?- pregunta mi hermano, asombrado. Asiento.

-Él nos cubrirá. Además, la boda es enserio en dos días. Debimos habernos organizado antes para ir. Es la excusa perfecta -explico-. Ustedes fueron primero, y nosotros íbamos a coger un vuelo mañana en la madrugada, ya que Miles necesitaba recoger algo hoy. Por eso no podemos ir con ustedes. Yo me quedo por lo que estoy saliendo con Miles, y Andy se queda porque quiere pasar más tiempo con su novia.

Pronunciar el nombre de Miles duele más de lo que esperaba. Todos asienten, aprendiéndose la coartada.

-Listo- anuncia mi hermano, volviendo a morderse las uñas-. Vámonos.

 

 

Me despido de mis amigos junto a Andy mientras ellos desaparecen en el taxi que los llevará al aeropuerto




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