Capítulo III

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Sonríe, acepta la cercanía de las personas que te hacen bien y quieren verte reír. Ellos estarán en tu vida hasta el final o hasta que ya tengas las fuerzas para seguir tu solo mientras te observan con orgullo.
 

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Bianca.

-No tengo que ponerme. – Molly largo un suspiro agotador después de estar dos horas buscando en mi armario. Pasamos de atuendo a atuendo y ninguna quedaba adecuada para ir a una fiesta.

-Pareces monja. – rodeé los ojos hasta que una sonrisa pícara salió de mi rostro sacando la pollera negra que tenía escondida. Mi querida amiga me dio una mirada desvergonzada provocando una risa tonta. Entre en el baño para cambiarme mejor.

-Si tu príncipe azul es puntual, en 20 minutos estarán por aquí pasando con su auto. – ella miraba desde la ventana de mi habitación, la luna brillaba de manera hermosa y las estrellas peleaban para brillar cada vez más llenando el cielo oscuro y frío.

No sabía que sentir además de nervios, no era de demostrar mis emociones, pero con él era complicado, solo se agrandaban más mis nervios y mis ganas de salir huyendo de él.

Salí del baño mostrando mi atuendo a mi mejor amiga, su rostro de sorpresa y travieso solo me sacaba los pensamientos intranquilos que tenía en mi cabeza. Pero su rostro de felicidad llegó hasta que vio mis zapatos o más bien dicho...

- ¿Qué haces con zapatillas? – su tono me dejaba en claro que le disgustaba.

-Sabes que odio los zapatos con tacones, solo los uso cuando mi madre me obliga. 

-Por ese motivo te dejaré llevar esas zapatillas. Pero tendré que recordarte que las chicas en ese tipo de fiestas no llevan zapatillas deportivas. – se cruzó de brazos, gesto que le imite burlándome de ella. Su mirada fulminante me intimidaba, pero no me echaba para atrás.

Hasta que sonó la campana salvándome, mi campo visual percibió el auto de Brody estacionados enfrente de la casa.

-Toma aire. – inhalamos ambas al mismo tiempo. – Y lárgate por esa ventana.

Tendría que reírme, pero en verdad tenía que saltar por la ventana. Para mí no fue tan difícil a diferencia de Molly que tenía zapatos altos. Con un camino rápido fuimos al auto con los dos chicos vestidos con trajes elegantes pero casuales también. 

-Hola señoritas. – dijo Brody con una sonrisa divertida, él iba manejando y de copiloto estaba Ethan. Pero no tenía esa actitud fría ni apariencia de "Te voy a sacar los intestinos si no te callas". Parecía un simple chico que iría a divertirse con un amigo y dos chicas nerviosas.

Le devolvimos el saludo mientras él acelera el auto. Era limpio y ordenado, olía bastante bien. Jugué con mis manos en mi regazo por un tiempo hasta que Molly volvió a hablar.

- ¿Desde cuándo son amigos ustedes dos? – Ethan sonrió, tenía la misma sonrisa que esa vez en la azotea. Otra vez quedé hipnotizada con ella.

-Somos amigos desde segundo año, gracias a que Brody me salvó de un peligro inminente. – la voz de Ethan al decir eso solo hizo que cruzaramos miradas con Molly queriendo saber mucho más.

-Pero esa historia será para la próxima, señoritas. – Brody lo interrumpió mientras nos miraba por el retrovisor dejándonos con la intriga.

- ¿Habrá una próxima? – ellos se miraron entre sí y sonrieron. Ethan se sintió feliz, pero Brody habló.

-Exactamente, y... Ethan tiene que decirle algo a Bianca. Haz los honores amigo. – Ethan lo miró confuso, no entendía a qué se refería hasta que Brody le hizo un gesto que solo ellos entendieron volviendo su vista en mí.

-Me disculpo por la acción contra vos de... - miro a Brody de nuevo pero él solo levantó las cejas para que prosiguiera. - ¿De hoy?

Solo sonreí y asentí sin responderle, algo excéntrico sucedía con ese chico. Pronto lo descubriría.

-Llegamos. 

Brody apago el motor y todos salimos del auto, Molly me agarro la mano con fuerza de la emoción. La mire y estaba con una sonrisa en el rostro demasiado grande, su sonrisa fue tan contagiosa que terminó sonriendo igual que ella. 

-Si se van antes o con alguien, nos avisan. ¿De acuerdo? – nos señaló con firmeza en forma de orden, nosotras solo asentimos. 

-No les pasara nada Brody, saben cuidarse muy bien solas. – Ethan me miró y continuó. – Estoy muy seguro de ello.

Su mirada me causó algo extraño en el estómago. 

Nosotras pensamos lo mismo que Ethan, no pasaría nada malo más que divertirnos. 

Estábamos con demasiadas expectativas muy altas. Todo no puede ser tan perfecto, algo debía salir mal siempre.