Nuestras Ultimas Palabras

Capitulo VII


"Las personas no son para siempre, ni los momentos felices. Disfrútalo como siempre fueran los ultimos en tu vida"
...
 


Bianca.

-Volverás directo a casa luego de tus clases y no quiero quejas, ¿Entendiste, Bianca?

Solo asentí mientras desayunaba. Mi madre seguía molesta por lo que había sucedido en la noche. Molly estaba molesta por no avisarle y dejarla plantada. Mi padre no me dirigía la palabra y yo tenía más ganas de irme a clases y salir de ese lugar.

-Me voy. - agarre mi mochila y la coloque en mi hombro, fui hacia el auto y mi padre me siguió para llevarme a las clases. Prendí el móvil y aun Molly no contestaba mis mensajes.

-Tu madre estaba preocupada, tienes que entenderla. - mi padre era el más comprensivo pero no la mayor parte de las veces.

-Solo llegue más tarde, papa. Volví con todas las partes de mi cuerpo y respirando, deberían interesarse solo en eso. - pose mi mirada en los árboles que pasábamos.

-Sabes que no se ve bien que andes por ahí deambulando de noche. Los vecinos podrían hablar mal.

-Eso que importa.

-Bianca Light. No te comportes así. - paro el auto frente la escuela. - Sal y cambia esa cara.

Le di una sonrisa forzada y me despedí. Eso era mi vida, forzar mis sonrisas por la estúpida reputación y los "que dirán".
Busqué por los pasillos a Molly pero no la encontré. Había un truco que siempre me funcionaba y lo volvería a usar esta vez.

Entre a clases y vi llegar al bipolar que me había dejado en el parque. No llevaba esta vez ropa deprimente, su rostro no marcaba indiferencia, estaba de humor pero el mío seguía igual que ayer en el parque. 
Intente concentrarme en la clase pero su presencia y el recuerdo de su actitud solo me distraía, quería gritarle y hacerle saber cuanto me jodía su forma de actuar.

Sin notarlo, la clase terminó y no presté atención en ninguna palabra que salió de su boca. Junte mis cosas llena de furia. Tenía que conseguir las cosas que resolverán el enojo de mi mejor amiga y ni mis pensamientos harían que me distrajeran. Era demasiado importante conseguir su perdón.

-Bianca… - el bipolar intentó hablarme pero simplemente lo ignore y salí de la clase.

Pase al kiosco de la escuela y pedí todos los chocolates que habían. Lo anote en la cuenta personal para luego pagarlo a fin de mes. Ya con todos los chocolates me dirigí al casillero de mi persona favorita.

Me acerque y ella estaba dejando sus libros en el casillero. Al cerrarlo se encontró con mi rostro sonriendo y con la bolsa llena de chocolates.

-Lo siento, no quise dejarte plantada… - alzó su ceja y cruzó los brazos. - pero no puedes rechazar mis disculpas luego de comprarte todos los chocolates del kiosco.

Recibió los chocolates pero su rostro aún estaba serio. Le sonreí más esperando que eso lo solucionara.

Cuando mi emoción y esperanza empezaron a apagarse, recibí una gran sonrisa de su parte y me envolvió con sus brazos.

-Sabes que no me resisto a los chocolates. -ambas sonreímos y su enojo había desaparecido por completo - Tenemos que ir al partido de hoy.

Asentí. Por suerte mía, el partido era en horas de clases, mi familia pensaría que estaba en clases y no me regañan. 
Ver feliz a Molly hizo que mi día se iluminará, sentía que todo se arreglaría y volvería a mi vida. Más bien, a mi rutina diaria. Mientras reíamos escuchamos el grito de varios chicos acercarse.

El equipo de fútbol estaba en sus mejores momentos. Rick era el que estaba más emocionado,gritaba y abrazaba a sus compañeros de cancha. Entre los que estaba rodeado por sus brazos, era Brody, con su sonrisa encantadora, sus ojos azulados y su perfecto cabello rubio platinado.

Cruzo su mirada azul con mis ojos negros. Detuvieron su paso enfrente de mí, Rick me miró sonriente pero Brody se veía nervioso.

-¿Qué tal, señoritas? - Rick miró a Molly interesado - ¿Irán al mejor partido de hoy?

-Por supuesto, seremos una de las que más gritan, ¿No es cierto, Bianca? - Molly me hizo un gesto que entendí claramente, era mi momento de hablar.

-Si.

-Bianca, guardame un lugar. Luego de nosotros está el partido que definirá contra quien jugaremos. - el pedido de Brody me dejó seca. No sabía donde ir, gritar o simplemente decir.

-Lo hará, Brody. - Molly hablo por mí, sujetando mi brazo mientras yo intentaba volver a tierra.

-¡Vamos chicos, hoy ganamos el partido!

-¡Si!

El equipo se fue y yo seguía con las piernas flojas, la garganta seca y el corazón a un ritmo que me provocaría un paro cardiaco.

-Aveces no se como eres mi mejor amiga, Bianca. Tenías todo servido, si no hubiera estado yo el chico hubiera pensado que eras muda. - llevó la mano a su frente indignada.

-Es mi punto débil, supongo.

-Es un enamoramiento adolescente. Es normal que reacciones así. En fin, compramos las bebidas no quiero hacer la fila que tarda más que el juego.


...


-¡Eso, Rick! ¡Fracturale la pierna! - grito Molly eufórica.

-Molly, es un partido no una pelea de boxeo.- todos la miraban pero a ella le daba igual.

El partido terminó y el equipo de Brody ganó 3-1. Todas las chicas estaban derramando baba por él rubio, pero ese amor que emanaba se acabó cuando él de ojos azules se acerco a mi y me dio su campera deportiva.

-Está frío, tomala. - mire a mi alrededor y sentía en la nuca él odio de todas las que estaban cerca - no está con sudor, lo puedes usar.

Me sonrió y acepté la campera. Salimos de la cancha mientras hablábamos del partido y los goles que había hecho. Al salir encontré a Molly hablando con Ethan, ella sonreía coqueta y él se lo devolvía.

Seguía enojada con él, pero su actitud con Molly era tierna, simpática y tranquila, algo que nunca tiene conmigo por los pocos encuentros que tuvimos.

-¡Ethan! - su amigo giró la cabeza hacia donde estábamos y ambos se acercaron.



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En el texto hay: humor amor, tragedia dolor, romance odio

Editado: 31.03.2021

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