Nuestras Ultimas Palabras

ALEGRIA II

Bianca.

-¿Viste eso? Es una constelación. - me señaló hacia la imagen que proyectaba en la pared.

-Eso no es una constelación, Ethan. - me reí y él volvió su vista hacia lo que él llamaba constelación.

-¿Entonces qué es?

-No lo se, no soy astróloga. - bufo y me volvió a sonreír. Abrí el paquete de papas fritas, dejando caer cada gloriosa papa.

-No sabes ni abrir un paquete. - junto lo caído mientras que yo me crucé de brazos. Copio mi postura e hizo puchero.

-¿Tiene tiempo limitado esta versión de Ethan? - dudo un poco al responderme, busco las palabras.

-Si y no. Solo disfrutemos lo que queda del día. - Busco en el mapa nuestra ubicación. - iremos a un lugar donde se juega paintball.

-¿¡Que!? - un juego de guerra de pintura con mis manos de manteca, no sonaba algo muy tentador.

-No puedes negarte. A menos que confirmes mi teoría de que seas aburrida.

-Callate y empecemos a caminar, se hará tarde sino. - tome mi mochila del pasto y seguí derecho.


...


Paintball. No sonaba tan mal pero mi pensamiento inocente e inofensivo cambió por completo en el campo de batalla. Tenía el arma que me permitiría ganar, justo en la mano y miles de bolas de pintura pasando por al lado de mi cuerpo.

-¡Esto es la guerra! - gritó Ethan desde la montaña disparando toda la pintura que tenía.

Su equipo se abalanzó con el mío, ambos equipos se cubrían con los troncos de los árboles inmensos. El desquiciado del grupo era él. El líder del grupo que daba lo mejor de él para ganar esta batalla. Me agaché y corrí por los árboles intentando pasar desapercibida.

Empezamos a perder personas, fueron eliminados al dejar que los pintaran. Tenía demasiados sentimientos en el interior, alegría, estrés y la adrenalina por ganar esta guerra era cada vez más intensa.

-¡Ríndete! - su pequeña risa de orgullo era notable al hablar.

-¡Jamás!¡Menos si es delante tuyo!

-¡Emboscada!

Todos los integrantes de su grupo salieron de sus escondites disparando pintura y chocando con el cuerpo de mis aliados. Pero él no estaba enterado de mi truco bajo la manga. Salieron detrás de él, dos aliados de mi equipo, eliminaron a los que protegían a Ethan. Quedando solo e indefenso.

-¡No me subestimes, Bianca! - no debí haberlo hecho, supuse que era su fin y conseguiría mi victoria. Con rapidez se cubrió en el árbol a su lado, su equipo se dividió y dos de ellos se enfrentaron a los míos. Ambos quedaron eliminados y la risa de Ethan era reconocible a kilómetros.

Vas a caer. Cumpliría las palabras de mi cabeza, aun si tuviera que sacrificarme en cuerpo y alma.

-¡Retirada! - su equipo obedeció a la orden y se fueron alejando, mientras nosotros trazamos un plan.

La estrategia era impecable, ganaríamos o nos dejarían derrotados pero con honor. Corrí por los árboles hasta quedar enfrente de él.

-¿Qué sucede? ¿La princesa vino a pedir misericordia? - su sonrisa de engreído era un fuego en mi interior que aumentaba mi deseo por ver cómo agitaba la bandera blanca.

-El único que pedirá misericordia serás vos, idiota. - comenzamos a escuchar los disparos de pintura, mi equipo encontró a su rival y abrieron fuego. Vi la reacción de Ethan, estaba lleno de cólera al ver su perdición.

Sentí una gran satisfacción, pero duró muy poco al ver que se me vino encima tirándome al suelo. Me aprisiono las muñecas y ambos empezamos a reírnos, nuestros rostros estaban a centímetros.

Entre risas nuestras miradas se cruzaron, las risas cesaron pero nuestra distancia era cada vez menor. Mi mente decía apartarlo pero mi cuerpo lo ignoraba quedándose intacto. Mi corazón empezó a alterarse, su aliento con el mío se intercambiaron. Sus ojos quebraron nuestra mirada profunda, bajando hacia mis labios. Los labios de él se fueron acercando a los míos.

El mundo alrededor nuestro desapareció, olvide donde estábamos y por qué estábamos ahí. Faltando nada más que centímetros, cuando mi mente reaccionó.

Con un golpe de pintura en la espalda de él, el tiempo volvió a funcionar como debía, alejándonos tratando de pasar la incomodidad luego de esa cercanía.

-¡El equipo de Bianca, ganó la batalla! - gritaron en el altavoz y todos empezaron a festejar.

Se acercó Ethan a mi y me dio la mano.

-Buena batalla, Princesa. - su sonrisa era tierna, sus ojos estaban llenos de brillo.
Le devolvieron el gesto, el contacto con su mano con la mía causó un escalofrío en todo mi cuerpo

...

Busque mi mochila en los vestidores, había tenido un día largo ya y mi cuerpo estaba agotado pero a la vez estaba con más energías para seguir riendo con Ethan.

-Nos queda una parada más para finalizar este increíble día. - tenía una lista en sus manos con las actividades que hicimos tachadas.

-Estoy cansada y adolori... - sonó mi móvil.

Al ver la pantalla mi alegría dolorosa terminó. Madre. Recibiría un castigo que me lo llevaría a la tumba, tener a mi madre en contra era ir al suicidio.

-Hola, mi querida y hermosa madre - la risa de Ethan no colaboraba a la situación.

-¿Dónde estás?

-Volviendo a casa. - El chico bipolar llevó su mano a su pecho con dolor causandome una sonrisa.

-¿Debo hacerte recordar que estás castigada? Vuelve a casa.

-En eso estoy. Te q-

Corto la llamada. No anda de buen humor por lo visto y yo avivando sus ganas de ahorcarme. En ese momento me llego un mensaje de Brody invitándome a ver una película en su casa.

Molly. Ella me cubriría, le escribí a mi madre y ella solo vio el mensaje sin contestarme, invitare a todos a mi funeral antes de llegar a casa.

-¿Y? ¿Tienes que volver?

-Tengo que ir donde Brody. Pido un taxi y vos...

-Voy con vos. - su rostro gracioso pasó a ser serio

-No.

Le hablé básicamente a una pared ya que ambos subimos al taxi dirigiéndonos al hogar de Brody. Estar con él luego del paintball era incomodo pero que vaya conmigo a ver a lo que era mi novio, supera sus límites.



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En el texto hay: humor amor, tragedia dolor, romance odio

Editado: 31.03.2021

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