Nuestro amor está muerto | Baeksoo

Capítulo 3.

Era de noche y KyungSoo no podía dormir, ¿cómo conciliar el sueño con ese huracán de sentimientos en su corazón? ¿cómo estar tranquilo con tantos pensamientos llenando su mente? BaekHyun no se había aparecido desde la mañana. Do se sentó como indio en la cama y miró a través de la ventana, la luna se alzaba en toda su gloria y se preguntó si BaekHyun era capaz de verla desde donde sea que se encontrara, porque al final, los dos veían la misma luna, ¿no? De alguna forma seguían juntos. También, hizo memoria de su intercambio de palabras con el mayor, quizá dijo algo que lo molestó y por eso no se aparecía, pero ninguna respuesta llegaba.

—Luna, ¿puedes ver a BaekHyun? ¿Él está bien?

Y como si fuera una película donde los sucesos se planean perfectamente, un rayo de luna ingresó por la ventana y delante de él apareció Byun BaekHyun sonriéndole como si nada hubiera pasado, como si no hubiera desaparecido para pensar y elegir una decisión que destruiría ambos corazones. BaekHyun sabía actuar muy bien, ¡ya denle su Óscar!

—Hola, cariño, ¿me extrañaste?

Los labios de KyungSoo se separaron, atónito, sin saber cómo expresarse. Fueron tantos los sentimientos y emociones que había experimentado y ahora, teniéndolo delante de él sentía que se había reiniciado olvidándose de todo.

BaekHyun caminó hasta la cama y se sentó al lado de su novio. —Yo sí te extrañé.

—Pensé que nunca te ibas de mi lado. —dijo atropelladamente.

—Tuve que irme para pensar y ver cómo sería el resto de mi vida sin ti.

Silencio. KyungSoo obtuvo silencio como respuesta. Otra vez.

Sin embargo, decidió no enfadarse. Debía de estar feliz pues BaekHyun había vuelto, así que, ignoró la opresión en su pecho que le advertía que algo malo pasaría y se acercó a Byun, apoyó su cabeza en el hombro del contrario y lo sintió real... Tan real que dolía. BaekHyun comenzó a acariciar la cabeza del menor con dulzura, anhelando detener el tiempo y quedarse los dos juntos para toda una eternidad. Sin embargo, con todo el dolor de su corazón, sabía que eso no pasaría, ¿por qué las despedidas tenían que ser tan difíciles? Y, ¿por qué se había vuelto un experto en ello?

La primera sucedió cuando era niño y se despidió de su padre porque aquel ya no era bienvenido en el hogar. Nunca supo qué hizo mal su progenitor, pero recuerda cuando su papá abrió la puerta y volteó a verlo; dolor transmitían sus ojos. Dolor por perder a su hijo, a su familia, dolor porque sabía que no se volverían a ver. BaekHyun era pequeño e inocente. Una vez la puerta se cerró, corrió a encerrarse a su habitación a llorar, echándose la culpa de la ida repentina y preguntándose qué había hecho mal como hijo, por qué su padre lo dejaba, por qué no lo quería...

Y BaekHyun luchó con esa cicatriz el resto de su vida. No quería encariñarse con la gente pues, cuando les tocaba irse era doloroso despedirlos. Varios años después, recibió una llamada de un hospital, su madre había fallecido en una cirugía estética, ¿qué necesitaba esa señora para ser feliz? Se cuestionó. ¿Necesitaba más bótox? ¿No era suficiente el dinero que poseía? Oh, ella tenía dinero para el bótox, claro. No obstante, Baek le había advertido a su madre que esos procedimientos médicos nunca eran fáciles, ella no entendió y murió en uno. Ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse debidamente.

Al parecer BaekHyun no sabía amar porque su amor no impedía la partida de los demás. ¡Todos se iban de su vida!; tarde o temprano. Y ahora que le tocaba a él irse... Las palabras morían en su garganta viendo a KyungSoo apoyado en él. BaekHyun se visualizó en el menor y sabía esa mezcla de sentimientos explosivos que tendría una vez se alejara. Le dolía el pecho y la respiración se le cortaba de solo pensarlo. Ahora, él tenía el control sobre los sentimientos de alguien y no era para nada bonito. Se preguntó, ¿cómo parecía tan fácil para los demás? Y se respondió que, quizá aquel amor pasado no fue tan fuerte como el amor que compartía con KyungSoo.

Con una simple frase destruiría todo lo que les había tomado años formar. ¿Estaba listo para avanzar y no mirar atrás? ¿Estaba seguro que podría dejarlo? No estaba ni listo ni seguro. Las lágrimas no tardaron en aparecer, intentando retenerlas sus ojos brillaron sin igual y su labio inferior tembló para luego ser mordido con fuerza para no sollozar, se cortó y salió un hilito de sangre. Al final no pudo evitarlo y las lágrimas se deslizaron por sus pálidas mejillas. KyungSoo no tuvo que verlo para saber que lloraba porque conocía a la perfección esos temblores en el cuerpo del mayor. Do tomó las manos de Byun y las apretó demostrándole que estaban juntos en eso.

—Soo...

—Quiero envejecer a tu lado, Baekkie.

¿Cómo decírselo? ¿Cómo romperle el corazón sin romper el tuyo también? No existía una salida sin dolor y tampoco había amor en el sufrimiento. Su amor estaba muerto y era hora de distanciarse y no matar a KyungSoo en el intento. ¡Un chiquillo lleno de vida! Se recordó Byun, ¡Un chiquillo al cual le has mentido! ¡Engañado! ¡Por años! Ha sufrido por ti y así le pagas. Con la mirada puesta en la blanca pared y sujetando con fuerza la mano del contrario, Byun deseaba huir de sus fantasmas del pasado que lo atormentaban en ese momento recordándole lo horrible que era quedarse solo. Ese corazón roto que nunca sanaba, solo le ponían una curita que con el agua se iba. Tan fácil romper un corazón y tan difícil unir sus pedazos. Y el corazón de BaekHyun siempre estuvo roto. Incluso al lado de Soo, no había logrado sanar, ¿qué necesitaba su alma para estar en paz?




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