Capítulo 1: Conflicto sin salida

Ellise Wood

     —Como le decía anteriormente, señorita Wood. Valoramos su condición con la empresa con la cuál su padre solicitó el préstamo y según los informes se trasladó a una cuenta de incobrables hace seis meses tras fallecer su madre. 

     Ellise guardó silencio durante un corto lapso de tiempo, intentó asimilar la situación con paciencia. Pasaron apenas unas cuantas horas desde que recibió la llamada del banco, cuando solicitaron su presencia en la oficina de cobros tras reconocer sus datos en el sistema de cobros familiares. Exaltada solicitó leer el informe sobre el expediente y no comprendió el motivo por el cual su madre le ocultó sobre la deuda familiar, no pudo evitar sentirse indispuesta tras conocer la gravedad con la cual el banco procedería. 

    —Según el informe el señor Robert Wood adquirió la deuda de forma directa con la empresa de publicidad en la que trabajó durante 15 años. Tras el fallecimiento de su padre, la deuda fue redirigida a nombre de su madre en 1990 misma que falleció seis meses atrás. —Explicó la mujer—. Siento mucho su pérdida, señorita Wood. 

     Se limitó a asentir en medio de su conmoción. Y sintió gran culpabilidad, su madre no le mencionó nada al respecto en veinticinco años y prefirió cargar con el peso de la deuda de su padre en lugar de recurrir a su ayuda. Hubiese preferido asumir la deuda siendo consciente de ella, su mente retrocedió a los recuerdos de su adolescencia y de cómo su madre emprendió con el restaurante con el único propósito de darle a su hermano y a ella misma una oportunidad de vida mejor que la suya. Su padre murió a pocos meses de su nacimiento y a pesar de no tener la oportunidad de conocerlo, lo amó con toda su alma. Las historias que su hermano y su madre relataban sobre él incrementó la admiración que tenía por su persona, su trabajo y su amor por la familia a la cual jamás abandonó a pesar de la difícil situación económica que vivieron. Sin embargo, al desconocer la razón por la que adquirió la deuda, se preguntó si la vida de su padre rozó el hilo de la muerte para tomar semejante decisión.   

     La considerada suma de dinero que leyó en el documento provocó nerviosismo en su interior, los intereses que sumó el banco ante la congelación de pagos duplicó su cantidad. Ellise enumeró las posibilidades de iniciar con el pago de la deuda a un corto plazo, con esto evitaría el incremento de los intereses, y si bien una parte de su salario se podía destinar a la cuenta no sería suficiente para solventar la deuda en un plazo de cinco años. Le quedó claro al enterarse que sus padres lidiaron con ello una gran parte de su vida.        

     —Señorita, es de mi entera necesidad conocer la empresa acreedora y las cláusulas bajo las cuales se firmó el contrato. —Pidió con amabilidad—. Entenderá que desconocía de la situación y me siento confundida ante el procedimiento legal en el cual me veo envuelta. 

     —Le seré honesta, señorita Wood. —La mujer se aclaró la garganta—. La empresa acreedora es Hesseh Entertainment, el dueño de la compañía se dirigió a nosotros únicamente con la moción de realizar el cobro. El departamento de contabilidad declaró su caso como un incobrable al carecer de su contacto y el de su hermano respectivamente, por lo que al acceder a su contacto la empresa solicitó embargar tanto sus propiedades como inmuebles, si se suscita el caso de que usted no pueda realizar el pago respectivo. 

     —¿Hesseh Entertainment? Puedo asegurarle que no poseía conocimiento de la deuda y dudo mucho que no sea el caso de mi hermano. —Aseguró—. De lo contrario habría hecho hasta lo imposible por cancelar la deuda que mi padre dejó pendiente el día de su muerte. 

     —Le reitero, Señorita. Lamento mucho su pérdida y bajo todo término, mi trabajo consiste en hacerle saber las condiciones con las cuales opera la empresa, deberá usted comunicarse con el dueño de la compañía y solicitar la información. 

     —¿Podría proporcionarme la información de contacto de la empresa? Necesito conocer las condiciones con las cuales se firmó el contrato y de alguna manera llegar a un acuerdo de pago. 

     —Puedo brindarle la información, el arreglo de pago que acontezca dentro de las instalaciones de la empresa se notificará respectivamente al banco para proceder con el lineamiento. 

     —Gracias —Ellise tomó sus pertenencias con cierta desgana, la mujer la miró por un segundo y la detuvo. 

     —Señorita si me permite darle un pequeño consejo, sea precisa con el arreglo que llegue a acordar con el señor Hesseh. No es de mi incumbencia, sin embargo, es necesario advertir que el hombre no es de fiarse y debería cuidarse de ello. 

     —Se lo agradezco —Ellise se despidió con un ligero asentimiento, y se alejó de la oficina un tanto desconcertada.

     En cuanto se alejó del banco, respiró profundamente como si el aire hubiera desaparecido a su alrededor por unos segundos. Todo aquello que la mujer le comentó en la oficina daba vueltas en su mente, nada parecía estar a su favor y jamás esperó algún tipo de ayuda por parte de su hermano. Apenas lo recordaba, cuando Richard consiguió la beca universitaria Ellise apenas tenía diez años, los escasos recuerdos que conservaba detallan las facciones de su rostro y el tono de su voz. 

     Recordó las tardes en que solía ayudar en el restaurante de su madre, lavar las verduras, anotar las órdenes de los clientes y servir bebidas se convirtió en su rutina. El corazón de Ellise se sintió vacío el día que dejó de observar a Richard por los alrededores, su vida universitaria se convirtió en una prioridad y con ello olvidó a su familia en Nueva Jersey. 

     Unas cuantas lágrimas amenazaron con salir de sus ojos, suspiró en un intento por recuperar la compostura y caminó hacia la tienda en la avenida principal recordando su larga carrera laboral. A la edad de quince años Ellise fue vista por un agente de publicidad, quien observó en ella una delicadeza en su rostro y personalidad que cautivó a los ejecutivos de algunas marcas de calzado.