Primeras impresiones

Narra (Ellise) 

Después del incidente de esta mañana tomamos la decisión de ir a almorzar, escogimos un restaurante cerca del centro y lo agradecía porque estaba realmente hambrienta, el nerviosismo me provocaba el apetito tan repentino. Todavía sentía un pequeño vacío en mi estómago debido a la impresión y estoy decidida a no dejarlo pasar, Dorian debe de ser más cuidadoso desde ahora y me encargaría de hacérselo entender.

— Y bien, ¿Cómo ha sido la luna de miel? — observo a Louis devorar su comida, Liz está emocionada por contarle.

— Ha sido...increíble, visitar Europa fue lo mejor que pudimos hacer, tuvieron que ver las tiendas de ropa eran una locura, espero que les guste sus regalos — ambos abren los ojos como platos, dejaron sus cubiertos a un lado mientras toman las bolsas que les he traído. 

Tarde dos horas entre las tiendas buscando lo indicado.

— Es una locura Ellie, gracias — la expresión de Louis era bastante graciosa, saca su camisa de seda azul a juego con la corbata, sabía que le encantaría desde que la vi en la vitrina. 

— Oh linda, es hermoso gracias — mi amiga acaricia la seda de su vestido, me complacía hacerlos felices, saber que estaba muy indecisa en qué comprarles.

— ¿Qué visitaron? ¿Comieron en alguno de esos elegantes restaurantes? — es muy curiosa su pregunta, se sorprendería con la respuesta. 

— No me vas a creer pero fuimos a comer fuera solo dos veces, las demás tardes y noches me la pasé enseñándole a cocinar, tuvieron que ver mi sorpresa por los avances progresivos de Dorian, es impresionante su astucia. — respondí, dejando a Louis bastante intrigado.

— Es cierto, está aprendiendo por su hija, ¿Crees que pueda aprender a cuidarla en el lapso de nueve meses? — preguntó dejándome algo pensativa, tan sólo tenía nueve meses para aprender a prueba y error, tenía que empezar a practicar no sólo en la cocina sino los aspectos de crianza hacia una adolescente.

— Lo creo capaz chicos, sé que no le conozco muy bien pero de verdad se esfuerza por hacerlo perfecto, pero aún así creo que le costará la parte emocional...su hija es una adolescente y deberá ser muy paciente así como dedicarle tiempo a ella — sé que no lo hará mal pero le costará acostumbrarse, puesto que su tiempo como ya lo había mencionado varias veces, es muy limitado.

— Oh Ellie, te convertiste en su mujercita — agudizó su voz, hago un mohín. 

Su mujercita...

— Para, aún es extraño — Louis sonríe.

— Ellise Hesseh...suenas muy importante — siento un escalofrío al escuchar el apellido en mí, tardaría algún tiempo en acostumbrarme.

— Veintidós años, casada y siendo madrastra al mismo tiempo, ni siquiera me lo habría imaginado — tomo un sorbo de agua, si me lo contara otra persona creería que es una locura, no es tan gracioso cuando se vive en carne propia. 

— Anímate, no te hará falta nada...ese hombre nada en dinero, ha pagado una deuda que te costó años empezar a pagar, él en cambio chasquea los dedos y se paga en un solo día — me pierdo en sus palabras, siempre he sido una persona muy limitada, a pesar de ganar bien debía invertir mi dinero en ahorros para la deuda, ahora que viviría con él debo acostumbrarme a los lujos con los que vive, pero lo veo muy difícil hacerlo sin sentirme aprovechada.

Después del almuerzo volvimos más animados al trabajo, la tienda era bastante recurrida, nuestros clientes eran constantes y aumentando con regularidad, con solo tres personas al mando era algo difícil atenderla por completo, al pasar las cuatro de la tarde cerramos la tienda como ya es costumbre, quedamos exhaustos, y por poco  olvido por completo que Dorian vendría por mí. El hombre se presentó en su Aston Martin a la hora exacta, su traje impecable al igual que su presencia, una extravagante entrada, me despedí de los chicos quienes quedaron impresionados por su llamativa llegada para después retirarme junto a él, había aún trabajo pendiente y por ende, el más difícil para mí.

— No tardo — me dispuse a bajar, le observé imitar mi acción fin agregar nada, avanzó a paso rápido hasta mi apartamento.

— ¿Qué haces?

— Ayudarte — me sorprendía lo seco que podía llegar a sonar, aún cuando su intención era buena.

Entramos al apartamento, las cajas estaban por doquier y una extraña vibra se sentía en el aire, dejaría el lugar que fue mi primer hogar al llegar aquí y sentía algo de nostalgia, mamá se esforzó por comprar un espacio cómodo para mí, no conocía otro hagar que este. Me paseo por los pasillos observando mi apartamento por última vez, sin darme cuenta que Dorian ha subido ya todas las cajas con mis pertenencias, había estado observando la misma fotografía al igual que yo desde hace algunos minutos.

— ¿Es tu padre? — se refiere al hombre de la foto, solo se trataba de Richard quien para ese entonces se veía bastante joven.

— No...es mi hermano mayor — tomo de la foto acariciando el vidrio, saber que he pasado tanto tiempo buscándolo y no hay ningún rastro de él, lo único que recordaba de él era su voz y su fecha de nacimiento.

— ¿Tienes contacto con él? — pienso en su pregunta buscando una respuesta óptima, si le dijera que estoy tratando de buscarlo se ofrecería a hacerlo él, aún así no quería incomodar más. 

— Sí, claro...algo de contacto, está muy ocupado en el despacho de abogados y no suelo llamarlo mucho — respondo caminando hacia la salida, observo la oscuridad por última vez, y en un suspiro logro cerrar la puerta así como esta etapa de mi vida.

Dorian me llevó hasta un condominio privado, las calles eran bastante acogedoras y desoladas a esta hora, las hermosas casas se hacían notar con elegancia su toque moderno lo hacía a la perfección, al llegar a su casa me sorprendí al observar el inmenso espacio. Para vivir solo tenía un espacio realmente espacioso a su disposición, una sala de estar muy cómoda, una cocina con una fina barra de mármol, una oficina propia así como una biblioteca y todavía me faltaba observar la planta alta.