Nuestro contrato (editando)

Pensamientos

Narra (Dorian) 

Ellise puede ser la persona más testaruda que he llegado a conocer, el simple hecho que me rechace es verdaderamente desagradable, siempre he sido el tipo de persona que no acepta un no por respuesta, una característica que resalta en mi personalidad, y debo admitir que tener a alguien que me rete como ella suele hacerlo, es algo divertido. La mayoría de personas con las que trato a diario no poseen un carácter para hacerme frente, posiblemente solo lleguen a formular alguna oración incoherente, al contrario de su carácter es algo distinto, se caracteriza por ser una mujer independiente desde muy corta edad, firme y decidida, algo verdaderamente atractivo a simple vista.

Soy el único hijo de la familia Hesseh, mi madre falleció cuando recién cumplí los diez años, quedar bajo el cargo de mi padre era crecer bajo una estricta educación, como único heredero mi deber era aprender a comportarme como un magnate, mi padre era de igual manera un hombre serio y competidor, de sigilosa estrategia y  de carácter fuerte, fueron esas las cualidades que lo llevaron a elevar el nombre de Hesseh Entertainment. 

A diferencia de Ellise, yo crecí teniendo todo bajó mis pies, mi único deber como había mencionado era estudiar arduamente y prepararme para poseer el que sería mi futuro imperio. La presión que la mayoría de personas ponía sobre mí era realmente irritante, mi única vía de escape era la lectura, un pasatiempo inculcado por mi padre, desde pequeño tengo una fascinación por la lectura romántica, solía pensar que me llegaría a casar con una fantástica mujer y tener mi descendencia, lo cual resultó ser así, tuve a mi hermosa hija pero terminé divorciado de una víbora por mujer.

"Te he criado hijo mío, para que tomes las riendas del imperio de los Hesseh, pero no creo que seas capaz de poder amar a una mujer como un hombre debería de hacerlo" Las palabras de papá resonaban en mi mente cada instante de mi vida, permanecí casado durante once años, lapso de tiempo donde nunca aprendí a amar como debía, solía ser igual de seco con Marilyn pero nunca me pasó por la mente serle infiel, tal y como ella lo había hecho, puedo admitir que mi primer amor lo conocí el día que vi nacer a Marina, sus grandes ojos azules y su inocencia me cautivaron por completo, era la única persona aparte de mis padres que amaba con tal intensidad.

— ¿Tienes sed? — pregunto al verla removerse entre las sábanas, se frota los ojos y me observa por unos instantes, aún nos cubre la oscura noche. 

— ¿Por qué no duermes? — tiene una sencilla explicación, hay noches que ni siquiera consigo conciliar el sueño.

— No es nada, vuelve a dormir — paso mi mano por su cabello, se acurruca a mi lado mientras cierra los ojos, es tan delicada. 

— ¿En qué piensas? — cuestiona, era de esperar de una curiosa Ellise.

— En nada en particular — suspiro cerrando mis ojos, mi cuerpo se siente pesado. 

— Te conozco de hace poco, pero sé que estas pensando en algo — responde haciendo un pequeño puchero, había notado que sus expresiones son iguales a las de una niña.

— Deberías dejar de ser tan curiosa — el único ruido que nos acompaña es el de la lluvia, resuena suavemente sobre la ventana.

— Sé que somos adultos y no estamos obligados a contarnos nuestras preocupaciones, pero a veces necesitamos ser escuchados — vuelvo mi mirada hacia ella, sus grandes ojos marrones me miran en busca de explicaciones, desea saber.

— Somos muy diferentes Ellise, eres una mujer muy empatica, muy al contrario de mí, cualquiera que te comente sobre mí dirá que soy un hombre frío y calculador, un hombre destinado a pasar sus días en soledad.

— Somos muy diferentes Dorian tienes la razón, pero eres distinto a lo que suelen decir de ti, eres cálido y un padre fantástico, eres un hombre capaz de amar como cualquier persona — la dulzura de sus palabras hacen eco dentro de mi cabeza, caí en cuenta desde hace mucho tiempo que los comentarios ajenos venían dándome igual, otra de las enseñanzas de mi padre.

— ¿Cómo puedes saber eso? — dejo la cuestionable pregunta a su persona, suelo evitar este tipo de temas a un lado, me parecen terriblemente innecesarios. 

— Tener que convivir contigo, es conocerte más que los demás, no eres quien muestras ser Dorian, y si me lo permites pienso que puedes amar como cualquier persona lo hace y con mucho más sentimiento que cualquiera, todavía no he tenido la oportunidad de conocerlo, pero tu corazón debe ser uno de los más bondadosos que pueda llegar a conocer — dudaría de eso si fuera tú, querida. 

Aún así su intensión es dulce, la aprecio Ellise. 

Narra (Marilyn) 

— Marina por favor no tardes, necesito llegar a la junta — le digo a la niña mientras me estaciono en casa de Hesseh.

— No tardaré, mamá — más te vale jovencita.

Algo que posiblemente odio de Dorian, era su dureza para evitar que las situaciones le hicieran daño, pasé años tratando de averiguar su punto más débil, sin saber que lo tenía enfrente de mí. Marina, era ese talón de alquiles en Dorian, sufría cada vez que me llevaba a la niña lejos cuando discutíamos, el dolor que causaba en él era verdaderamente satisfactorio, y sin dudarlo el día que me pidió el divorcio, no dude en usarlo en su contra, el juez me dio la custodia provisional a mi favor mientras se llevaba a cabo el juicio, lástima para él que deberá observar como no podrá tener a su hija tan cerca de él.

— ¿Qué quieres Hesseh? — pregunto al ver que sube al auto, cierra la puerta y observa un punto seco. 

— Quiero que cambies los horarios, sabes que no puedo verla entre semana, quiero que pase los fines de semana conmigo, si no te importa — comenta con la mirada puesta en frente, se cruza de brazos esperando mi respuesta.

— Deja a tu zorra y verás cómo puedes ver a tu hija — sufrirás cómo no tienes idea, maldito.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.