Nuestro contrato (editando)

Una copa

Narra (Ellise) 

El gran salón del museo de la cuidad es el lugar conmemorativo de la glamurosa fiesta anual, iluminado con cálidas luces y el aroma a bocadillos frescos reciben nuestra llegada, en mi vida había estado presente en un evento de este tipo, observo a las grandes estrellas de la empresa, los modelos titulares y los ejecutivos más importantes de la empresa, todos vestidos con trajes espantosamente caros, podía distinguir las grandes marcas en sus vestimentas. Todos dejan la agradable conversación en cuanto pisamos el salón, las miradas yacían puestas en nosotros, me aferro con fuerzo al brazo de Dorian sin perder la confianza que traía conmigo, aunque es difícil siendo el foco de tantas personas, algunas miran a Dorian con gran intriga y otras simplemente se preguntan quién carajos soy yo, me limito a sonreír ligeramente.

— Buenas noches damas y caballeros a esta la fiesta anual de Hesseh Entertainment, donde celebramos el gran éxito de tres grandes generaciones de Hesseh al mando, espero que esta sea una agradable velada para todos y cada uno de ustedes, muchas gracias por su presencia y que siga la celebración — todos aplauden ante las palabras de mi marido,  todos están asombrados con su presencia, la elegancia que desprende es totalmente encantadora, saluda a quienes se le acercan con gran elocuacia y educación.

Me gusta su seguridad, se ve realmente sexy. 

— Dorian Hesseh, tanto tiempo sin verte — un hombre de una edad similar a la suya le saluda, es alto y de cabello castaño, su rostro y sus brillantes ojos grises se me hacen conocidos.

— Roger Taylor, posiblemente meses sin vernos, ¿cómo has estado? — estrechan sus manos calurosamente, debe ser algún conocido suyo.

Liz estaría encantada de observar a este hombre, es realmente atractivo. 

— He estado de maravilla amigo, se le llama soltería — sonríe y vuelve su mirada a mí, extiende su mano y la tomo con cortesía, lucho por no sonrojarme. 

— Un gusto bella señorita, Roger Taylor, dueño de Taylor Studios — saluda, Dorian nos mira por un instante y luego procede a presentarme.

— Ellise, él es Roger el hermano mayor de Marilyn, Roger, ella es mi esposa Ellise — le toma por sorpresa, la mayoría de personas suele sorprenderse al escucharlo por primera vez. 

— ¿Te has casado de nuevo? Es increíble lo bella que es tu esposa, con todo respeto — me sonrojo, miro de reojo a Dorian que sonríe ladino.

— Lo es — ambos comienzan una conversación sobre algunos temas de negocios, sin poner tanta atención visualizo a los chicos, mi marido se ve animado por la conversación por lo que decido dejarle seguir.

— Con permiso — me acerco hasta ellos y en cuanto se dan cuenta de mi presencia, se abalanzan sobre mí.

— Ellise querida, te ves preciosa — alaga Rita quien lleva un hermoso vestido rojo de corte recto, Julia usa una elegante falda de paletones blancos y los tres chicos usan trajes confeccionados a la medida, los tres de un color gris.

— Gracias, ustedes se ven fantasticos, pero esos atuendos se me hacen demasiado conocidos — sonrío al darme cuenta, los trajes de los chicos fueron hechos a mano por Louis mientras que los atuendos de la chicas fueron confeccionados por Liz y yo.

— ¿Te gusta? Son atuendos totalmente a la moda, de la mejor marca — Paul guiña un ojo, sacándome una risita.

— Visitamos tu tienda con esperanza de encontrarte, pero dos simpáticos chicos nos ayudaron a escoger — Charles da una vuelta enseñando su traje, acercarme fue lo mejor que pude hacer.

— Tienen buen gusto chicos, me siento feliz de que hayan elegido mi tienda — una pequeña calidez se extiende por mi pecho, esta sensación es satisfactoria, observar como aprecian nuestro arduo trabajo es fascinante.

— Ellise Wood, ¿cómo puedes tener el descaro de presentarte aquí? — esa voz, siento un escalofrío recorrer mi cuerpo, miro a los chicos sin querer dar la vuelta.

Su voz siempre será reconocible.

— Con permiso hermosa— se disculpa Paul, los cinco se alejan de la escena dejándonos solas en el espacio, el odio impregnando en la mirada de Marilyn no augura nada bueno.

— Señorita Taylor, buenas noches — respondo segura, no le debo nada a esta mujer, no veo la razón de temerle.

— Las jovencitas de tu edad no son aptas para este tipo de eventos, no eres de este círculo querida, pero olvidaba que Dorian siempre hace este tipo de obras de caridad — su insulto me parece de lo más desagradable, frunzo el ceño disgustada.

— Disculpe, ¿Tengo alguna deuda pendiente con usted? — enarca una ceja, su expresión se vuelen burlona.

— No doy limosnas, linda — su desprecio se ve reflejado en esas palabras, no soy tan débil para déjame humillar.

— Entonces no veo el problema con mi presencia, te aconsejo que si tienes algún problema le informes de inmediato a Dorian, oh lo lamento querida...olvidaba que te pondría en tu lugar — su sonrisa se desfigura, acto seguido intenta derramar su bebida en mí, logro retroceder a tiempo.

— ¿De qué vulgar pueblo te sacó Dorian? Me parece sorprendente su nuevo pasatiempo, no creas que serás la última en la lista linda — se cruza de brazos, esta mujer es realmente maleducada, si mi madre le escuchara ya le habría dado una buena cachetada.

— Eso no debería de interesarte Marilyn, déjame aclararte que Ellise no viene de una familia adinerada pero posee mucha más clase que tú, te pido que dejes de faltarle el respeto a mi esposa — Dorian me toma de la cintura acercándome a él, su mano se entrelaza con la mía, le hace frente a Marilyn.

— Disfruta ser su zorra antes de que decida cambiarte... — el estruendo de mi mano contra su mejilla atrajo algunas miradas curiosas, mi mirada se endurece, camino hacia la salida a paso firme.

— Oye espera, Ellise — una voz me retiene en la salida.

— No es momento — ni siquiera me detengo, estoy demasiado enojada para dialogar con alguien.




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