— De acuerdo chicos, esta será la dinámica del asunto, a ustedes se les asignaron parejas para la sesión, como Ellise es la nueva integrante comenzará primero junto a Paul — nos explica el coordinador, llegamos hace más de media hora, tiempo suficiente para prepararnos, nos vistieron de una manera muy elegante, es esta la nueva tendencia de invierno y la verdad me gusta.
— No estés nerviosa princesa, lo harás genial — anima mi compañero, le sonrío amablemente y procedemos a prepararnos.
Por lo general hay ocasiones en las que una pareja de compañeros, no alcanza ese nivel de compatibilidad, en mi caso es todo lo contrario. Paul posa junto a mí de una manera despreocupada, es como si solo estuviéramos sin todas esas cámaras encima, nuestra coordinación es excelente y podía respaldar el punto fuerte de mi compañero, si altura lo hacía ver muy elegante y aunque mi estatura fuera mucho más baja, hacíamos buena combinación.
— Ellise, posa esa mirada encantadora en Paul, de manera casual — pide, le miro atenta esperando el flash de la cámara, Paul sonríe.
— Me encanta esa sonrisa, de medio lado — el hombre estaba encantado con las fotografías, mi nerviosismo había desaparecido por completo.
(...)
— Eso estuvo sensacional chicos — exclamo orgullosa del trabajo de hoy.
— Esas fotos tuyas estuvieron de muerte, te ves preciosa Ellise — alaga Rita, Loan sirve el licor en nuestras copas dispuesto a brindar.
— Brindemos por todos, hemos hecho un buen trabajo chicos — añade, y con ello chocamos nuestras copas, habíamos escogido un restaurante bastante acogedor y cerca del hotel, por la mañana deberíamos volver al estudio para continuar con las sesiones.
— ¿Tu esposo no vendrá linda? — pregunta Julia.
— Vendrá mañana por la tarde, las reuniones le han impedido poder acompañarme en el vuelo — explico, se ofreció a llevarme al aeropuerto, pero sabía que si lo hacía posiblemente no me dejaría irme.
— Es tan romántico, ustedes dos se vuelven mi pareja favorita — afirma Loan, me sonrojo ante el comentario.
— Nosotros pensamos lo mismo — expresan todos haciéndome reír.
— Son tan lindos, pero estoy segura que Dorian se hubiera puesto colorado — reímos juntos mientras cenamos tranquilamente, el día ha sido cansado no obstante, para mí ha sido muy emocionante.
Regresamos con calma al hotel, todos ya candados nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones, me puse cómoda y tomé el teléfono dispuesta a llamar a Dorian antes de dormir. Los tonos sonaban sin parar pero parecía que nadie contestaría, deduje que seguramente estaría dormido, pero el tono se descolgó y la voz de lo marido me produjo un escalofrío.
— ¿Hola? — se escuchaba adormilado.
— Te he despertado — bostezo.
— ¿Cómo estuvo el día? — sonrío enternecida, no podía negarlo, me encanta cuando se preocupa de esa manera.
— De maravilla, el set es increíble y nuestra temática aún más — suelto con alegría, causando de su parte una risita.
— Me alegra que disfrutes, ¿Estás en el hotel?
— Estaba a punto de dormir, estoy muy cansada — suspiro.
— Descansa querida, te veré mañana — aquella pequeña palabra causó en mí una fuerte ternura, escucharlo llamarme de tal manera provocó un escalofrío, me hubiese gustado escucharle de frente.
— Descansa, Dorian — al colgar me acosté sobre la cama, caí rendida ante el cansancio de esa noche, tan solo deseaba verle al día siguiente.
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— ¿Está todo listo? — pregunto ansiosa, estaba a punto de destruir esa impecable imagen que mantenía Dorian, apuntaría donde más le doliera.
— Lo está Señora, saldrá de inmediato con la revista de hoy, en unas cuantas horas todo saldrá a la luz — mi emoción crece incontrolablemente, quisiera ver su cara en cuanto lea el artículo.
Su abogado estuvo insistiendo en un acuerdo antes del juicio, a lo que yo muy gustosa me negué, llevaría esto hasta las últimas consecuencias, le vería sufrir tanto como deseaba, y este era mi primer paso, si lograba manchar su imagen el juez tendría un concepto diferente al que todos hablan, y dejaría a esa chica como lo que es, una mujerzuela.
— Perfecto, esta tarde estará firmado el traspaso de acciones, tal y como lo prometimos — añado, se que es esto lo que les interesa.
— ¿El CEO sabe de este acuerdo? — pregunta el hombre del traje gris.
— No lo sabe, y no debe de saberlo — me limito a decir, estaba claro que Roger no tenía el mismo pensamiento que yo, y aún así no iba a permitir que todo se venga abajo tan pronto.
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— Señor Hesseh, que gusto verle por aquí — saluda el encargado de dirección, siempre les acompaña en las giras.
— ¿Cómo han avanzado? — observo a una hermosa Ellise posando junto a ese chico, Paul, era su nombre.
— De maravilla, la empresa ha quedado enamorada con las fotografías, y cabe decir que de la señorita Ellise también — comenta, nos acercamos más a ellos, está bellísima.
— Esa pose me encanta, necesito que tú, Paul, te acerques más a Ellise — frunzo el ceño ante su petición, observo como le murmura un par de cosas al oído y luego, se junta a ella.
— ¿Eso es necesario? — pregunto casi sin pensar, observo a Ellise sonrojarse.
— Será rápido, Señor Hesseh — aprieto los puños al verlo tan cerca, la toma por la cintura y acerca su cara a centímetros de la de Ellise.
No la toques, imbecil.
(...)
— ¿Vienes con nosotros Ellise? — pregunta ese chico, Charles.
— Lo siento chicos, hoy iré a cenar con mi marido — explica, aún miro de mala manera a ese chico.
— De acuerdo, nos vemos mañana — se despide una de las chicas y desaparecen entre las calles de la ciudad.
— ¿Qué tal el viaje? — pregunta en cuanto entramos al auto, pego un portazo.
— Bien — me limito a decir.
— Hoy ha sido increíble, me ha encantado el vestuario — comenta con esa emoción característica de ella, aún me encuentro enfadado, no hablamos en el transcurso del viaje hacia el hotel.