Narra (Dorian)
El viaje terminó el viernes por la mañana, tomamos el vuelo determinado hacia San Francisco, Ellise se hizo cargo de las compras pues quería darles un obsequio a sus amigos y a mi hija. Después de mi confesión las cosas entre nosotros dejaron de tensarse, por cuestiones de la vida nos ha brindado un hilo de confianza, nunca antes me había abierto con alguien de la manera en que lo hice con Ellise.
Aquel pensamiento de debilidad desvanece cuando me encuentro a su lado, todo lo que había inculcado mi padre ella simplemente lo transforma, el impacto que ha generado tanto en mí como en mi hija ha sido impresionante. Marina nos esperaría en casa puesto que, como había prometido las llevaría a la casa de campo que poseía a las afueras de la ciudad, un fin de semana que sería supervisado por lq asesora de servicios infantiles, y que ninguna de ellas sabía que nos acompañaría.
— ¿A dónde nos llevaras? — pregunta observando por la ventana, habíamos recogido las maletas minutos antes, nos disponíamos a recoger a la pequeña.
— A Firefall, una región alejada de la ciudad, tengo una casa de campo que no suelo usar muy seguido — respondo observando desde lo lejos a Marina, mi hermosa pequeña nos espera con su maletin, se le ve entusiasmada.
— Mira a mi pequeña, ¿Estás lista hermosa? — Ellise la abraza efusivamente, observo la escena recostado en el capo del auto.
— Lo estoy, no he podido dormir de la emoción, los he extrañado mucho — mi hija buscó mis brazos, sentirla me hacía sentir completo, acaricio su cabello y le beso la frente.
— Te hemos extrañado mucho, entra al auto iremos en seguida — tomo del maletin dirigiéndome a la cajuela del auto, tras de mí caminaba mi esposa algo confusa.
— ¿Qué sucede? — atraviesa su cuerpo en mi camino, me observa impaciente.
— Los de servicios infantiles nos acompañarán el fin de semana, Marilyn ha puesto una orden de investigación en mi contra — murmuro con la intensión de ser discreto, Ellise posa un mechón de su cabello detrás de su oreja y vuelve la mirada hacia el auto, Marina está sentada en su lugar correspondiente.
— Estaremos bien, procura mantener la calma y apaga el teléfono, nos dedicaremos a la pequeña — peina mi cabello acomodándolo ligeramente, suelta un suspiro y besa mi mejilla.
— Sabes manejar la situación, solo espero que la visita no haga sentir incomoda a Marina — finalizo, volvemos al auto tomando nuestros lugares, observo a mi hija por el retrovisor lee un libro tranquilamente.
— ¿Qué lees, amor? — enciendo el auto tomando camino hacia la carretera, pasan de las cinco de la tarde, empieza a oscurecer.
— Sol de un eterno atardecer, recuerdas que me lo obsequiaste el verano pasado — sonrío ladino, mi pequeña compartía mi gusto por la buena lectura, me hacía sentir orgulloso.
— ¿De qué trata? — mi curiosa Ellise anima nuestro viaje.
— Es una pareja que se reúne cada tarde en la cima de un parque, el hombre es mudo y suele ser rechazado por los demás, ella es el motivo por el cual deja de pensar en el suicidio — una magnífica obra que suelo leer desde mi adolescencia, había hecho llorar a Marina con la historia.
— Impresionante, nunca he sido amante de la lectura pero amo la música — exclama, escucho atento la continuación de la conversación.
— ¿Tocas algún instrumento, Ellie?
— El piano, mi hermano me enseñó a tocarlo a los ocho años, tenemos una fascinación por el instrumento desde niños — el dato había sido nuevo, no tenía idea de su habilidad, había datos de ella que no conocía aún pero me encargaría de hacerlo.
— Debes tocarlo algún día, papá también es un amante de la buena música — vuelve su mirada hacia mí, una ligera sonrisa aparece en su rostro.
— ¿Qué instrumento tocas, amor? — frunce los labios al darse cuenta de su última palabra, se sonroja, me enternece su reacción.
— El violín, fue el primer regalo de mi madre a los siete años, lo toco desde entonces — coloco mi mano sobre su muslo acariciando levemente, logra entrelazar nuestros dedos.
— Parece que te falta saber más de mí, amor — tratarnos como verdaderos esposos estaba haciéndome sentir importante en su vida, empezaba a disfrutar del matrimonio una vez más.
Conducir durante la hora y media me tranquiliza, observo a mi lado a una Ellise sumida en el sueño, acaricio su cabello posteriormente dejando un beso en su mano y observo en el retrovisor, mi hija yace dormida de igual manera, ambas se ven realmente tiernas, desearía capturar la adorable escena que tenía enfrente.
El sonido de mi teléfono llama mi atención, tomo el auricular conectándolo para tomar la llamada, no debía observar la pantalla para darme cuenta que era Lucas quien intentaba comunicarse, un presentimiento invadió mi ser recordando con exactitud la explícita orden que le he dado, no interrumpir a no ser una emergencia inmediata que deba ser informada.
— Diga.
— Señor, es bueno localizarlo — murmura por lo bajo, pasaban de las seis de la tarde.
— ¿Qué ocurre, Lucas?
— Investigué el contrato del Times, tengo los resultados tal y como me lo ordenó, hay una serie de inconsistencias que necesita saber — arqueo una ceja comprobando que ambas estuvieran dormidas aún.
— Desglosa la información.
— Hay una cláusula que claramente muestra la verdadera intensión del contrato, deshacer las acciones de la empresa para incrementar las de Taylor Studios, con la condición de realizar una nota difamada sobre su persona, Señor tengo la grabación de la sesión — el comentario dio razón a mis confusos presentimientos, una chispa de alegría se formó en mi rostro.
— ¿A nombre de quien está firmada? — sabía perfectamente el nombre, comprabar era mi única intensión.
— A nombre de Marilyn Taylor, la primera que le hice entrega fue enviada a la empresa el mismo día, esta nueva copia fue entregada por uno de los mismos ejecutivos del Times que estuvo presente esa misma tarde — sus últimas palabras me toman por sorpresa, ¿cuál ha sido su propósito teniendo en cuenta el hecho de poder inculparse?
— Lucas hazle entrega del documento a mi abogado, tengo la primera carta bajo la manga, agenda una cita con el ejecutivo mencionado y por favor sé discreto en cuanto movimientos, retomaré las medidas el lunes a primera hora — ordeno con firmeza, una satisfacción interna se apoderó de mí, había sido mucho más sencillo de lo que había propuesto.
— Como ordene, señor Hesseh.