Nuestro contrato (editando)

Reencuentro

Narra (Ellise)
Esa llamada ha sido la más corta que he podido presenciar en mi vida, mi cuerpo tambalea suavemente y mi mano deja caer el aparato el cual golpea con fuerza el suelo. Louis me toma por los hombros dirigiéndome a la silla más cercana, las manos me tiemblan y mi mirada se posa en el suelo, escucho sus voces muy lejos de mí, no ha sido muy grata la repentina noticia.

— Lucas...— le observo acercarse, debo e encontrarme pálida —. Ellise, ¿Qué pasa? — Liz se encuentra asustada ante mi reacción, intento encontrar la forma de articular con normalidad mis palabras.

— Acaban de ingresar a Dorian a emergencias, aparentemente ha tenido un accidente — me levanto de golpe ignorando el leve mareo que invade mi cuerpo, busco mi bolso con intensión de tomar camino hacia el hospital.

— ¿Dónde está ahora? — la preocupación invadió a Lucas de igual manera, los chicos se miraban sin saber qué hacer.

— En el hospital Central, ¿puedes llevarme? — no puedes flaquear ahora Ellise, no es momento, no ahora.

— Iremos contigo, Ellie — les retengo — No, la tienda no puede cerrarse, les avisaré en cuando sepa qué ha pasado.

No muy convencidos ceden ante mi orden, mi acompañante camina hacia el auto en un ambiente de incertidumbre, ninguno de los dos sabemos qué ha pasado, esa es nuestra angustia. Dorian siempre ha sido muy precavido y me preocupa enormemente su estado, la mujer claramente mencionó que había ingresado inconsciente, solo rogaba en mis adentros que no fuera algo realmente grave.

— No debí haberme retirado, tal vez esto no hubiera pasado si yo hubiese ido con él — lamenta Lucas apretando del volante, se había estado culpando internamente durante el camino.

— No ha sido tu culpa, no podíamos predecir tal cosa — le tranquilizo, no era momento de buscar culpables claramente nadie lo ha sido.

Lucas se estaciona en el parking del hospital, ambos bajamos hechos un saco de nervios, a paso rápido ingresamos al saturado edificio, observamos a los enfermeros y doctores pasearse de un lado a otro atendiendo a sus pacientes, nos dirigimos hacia el mostrador de recepción impacientes por ver a Dorian.

— Buenos días, busco a Dorian Hesseh, señorita — la mujer me mira amablemente — Un momento, por favor.

— Piso cinco, habitación treinta y tres, el doctor Callaghan le atiende — me extiende un gafete de visita, le miro inmensamente agradecida — Gracias Señorita, buen día.

— Sube tú, debo atender a los del seguro, puede que sea por el auto — asiento, le veo desaparecer por la salida mientras me dirijo al ascensor, odiaba con todo el alma subir en este aparato.

Las puertas se abren en el quinto piso, sigo el pasillo que me conduce a la habitación treinta y tres, en cuanto me acerco puedo visualizar una figura masculina salir de la ya mencionada habitación, permanece de espaldas durante unos instantes, avanzo reduciendo los pocos metros que me separan de la puerta, el doctor se gira dándome la cara quedando igual de paralizado al verme...tengo la misma reacción de su parte.

— Ellise...— pronuncia impactado, ahora entendía por qué se me hacía tan parecida su figura.

— Richard — logro pronunciar con la mirada nublada debido a las lágrimas, mi tan preciado hermanito estaba enfrente de mí, me tomó fuertemente por los hombros acercándome a su cuerpo mientras me envolvía en un caluroso abrazo.

— Pequeñita, ya no estás tan pequeñita — besa mi coronilla ahogando un suspiro, mientras me apego con más fuerza a su pecho, mi corazón latía a mil por hora, una inmensa alegría y tranquilidad se extiende por mi cuerpo al observar a mi hermano después de años sin verle.

Esa alegría se vió apagada por el motivo de mi visita, Dorian era mi primera prioridad, tenía la urgencia de verlo ahora mismo.

— ¿Pero qué haces aquí? — me mira incrédulo aún no asimila la escena que acabamos de vivir, me retiro las lágrimas de las mejillas y me vuelvo hacia él.

— ¿Dónde está mi esposo? — hace una mueca ante mi pregunta, vuelve su mirada hacia el expediente que porta en sus manos y frunce el ceño.

— Tú estás... — no logra terminar la frase, pero me permite el paso hacia la habitación, ahí yace él tumbado en la cama totalmente inconsciente, su labio está ligeramente partido, su frente necesita un par de puntadas, su brazo tiene un aparato alrededor que lo sostiene con suavidad dándome a entender que lo tiene fracturado.

— Ingresó hace unos quince minutos, tiene el brazo izquierdo y tres cosillas fracturadas, necesitará unas cuantas puntadas en el extremo derecho de la frente. Espero un quirifano habilitado para atenderle, después de ello le haré una resonancia cerebral para descartar alguna lesión interna — me acerco a su rostro acariciando con suavidad la línea de su nariz, me encuentro impactada ante su estado.

— ¿Despertará pronto? — aparta su mirada sin saber qué decir, luego se encoge de hombros — Eso no lo sabemos, dependerá de cuán intenso ha sido el golpe.

Se me parte el corazón verlo tan indefenso, golpeado y sin conciencia alguna, desearía saber qué es lo que ha sucedido.

— Ellie tú...¿hace cuánto te has casado? — me siento en la silla junto a la camilla de Dorian, muevo las manos ansiosa.

— Ha sido algo reciente — me limito a decir, no recibo respuesta de su parte por lo que me adelanto.

— ¿Callaghan? — su expresión muestra nostalgia, ninguno de los dos habíamos usado ese apellido en años, hasta ahora. — Richard...

Primero deja de comunicarse con nosotras, desaparece del mapa sin decir ni una palabra y luego resulta que ha cambiado de carrera y de apellido al mismo tiempo.

— Han pasado años desde la última vez que te vi, ¿recibiste mis cartas? — evade el tema agilmente, cierro los ojos suspirando con pesadez, necesitaba un momento para analizar la situación.

— Las he recibido, y no comprendo cómo hasta ahora te dignas a escribirme cuando pasé años buscándote, me tienes realmente dolida Richard Wood — lo reprendo evidentemente enfadada, una dulce expresión de su parte me provoca de nuevo el llanto.




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