Narra (Ellise)
Pasaría la noche con Dorian en el hospital, no me gustaba la idea de dejarle solo aquí, me duele tanto verle en este estado, nunca podría haberme imaginado verlo en una cama con un brazo roto y la frente con puntadas, estoy segura que en cuanto despierte se sorprenderá de igual manera, sólo espero que en cuanto lo haga pueda acordarse de cada una de las personas que comparten en su vida, de lo contrario dolerá más de lo que me duele ahora mismo.
— Espero que Roger pueda avisarle a Marilyn, ten por seguro que Marina deseará verte — acaricio su cabello, deseaba tanto poder besarle, abrazarle y no dejarlo conducir nunca más en su vida.
No podía evitar sentirme temerosa, ¿serían capaces esas personas de intentar asesinarlo? No quería siquiera pensarlo, me ponía los cabellos de punta.
— Dorian...te necesito, no me hagas esto por favor, Marina cuenta con nosotros — la desesperación me consume de alguna manera, me siento impotente al no poder hacer nada.
— No sabes cuánto te necesito en este momento, quisiera alguno de tus consejos y aunque posiblemente te termine retando, lo tomaría de todas formas — las lágrimas resbalan por mis mejillas sin control, apoyo mi cabeza sobre el borde de la camilla, mi corazón no quería sentir más dolor consideraba que había sido mucho el día de hoy...el cual aún no acaba.
— Eres imposible, Ellie — por un momento me pregunto si fue algún tipo de alucinación, levanto la mirada hacia Dorian quién abre con dificultad los ojos.
— Dios mío, Dorian — inconsciente me abalanzo sobre él dándole un abrazo, se queja levemente sin dejar de sonreír — Lo siento cariño, no sabes cuánto me asustaste — escucho la puerta abrirse mostrando a un Richard visiblemente entristecido, se muestra cansado y apenas sonríe al entrar.
— Que bueno que despierta, Señor Hesseh — le revisa el pulso y procede a realizar una prueba de sensibilidad — Ellie no entiendo qué hago aquí, ¿qué sucedió? — ignora al hombre a su lado, me mira desconcertado parece haber reaccionado.
— Tuviste un accidente, te ingresaron inconsciente esta mañana, nos has pegado un gran susto — hace una mueca ante la revisión de mi hermano, le ha tocado su parte más delicada por ahora — ¿Le ha dolido mucho? — asiente suspirando, le tomo la mano sana y entrelazo nuestros dedos.
— Es normal, le daré más analgésico, Señor Hesseh ha recibido nueve puntadas en la parte derecha de la frente, tiene una fractura limpia en el brazo izquierdo y se le han fracturado tres costillas — la explicación deja a mi marido atónito, trata de acostumbrarse al dolor mientras le ayudo a acomodarse en la camilla.
— ¿Puede darme algún antiinflamatorio? Me duele demasiado la cabeza — Richard regula la iluminación de la habitación, y pasa a revisar con detenimiento los ojos de Dorian, apenas y puede abrirlos por la intensidad de la luz.
— ¿Ha sufrido de algún golpe antes del accidente? — un cosquilleo amenaza con recorrer mi cuerpo, el tono en que lo ha dicho ha sido preocupante.
— Aparte de este, ninguno — Richard asiente, me hace una seña para que le siga, camino bajo la intensa mirada de Dorian. — Tendré que hacerle más exámenes, no puedo darle más medicamento de lo que ha ingerido su cuerpo — me informa, observo el suelo durante unos segundos dispuesta hablarle, se adelanta.
— Se que él no sabe que soy tu hermano, te guardaré el secreto — Asiento de vuelta a la habitación — Gracias Richard.
Entro soltando un suspiro, busco la mirada de Dorian quien me mira con las cejas arqueadas, conozco perfectamente esa mirada, sonrío por lo bajo ante lo tierna que es su expresión.
— ¿Qué? — me desentiendo, rueda los ojos ante mi actitud, me gusta verle así — Ese hombre no te soltaba la mirada, ¿acaso te atrajo? — suelto una carcajada ante su pequeño ataque de celos, si supiera la situación le parecería muy graciosa.
— Oh, no creo que quiera algo conmigo — me siento de nuevo en la silla, no está muy convencido — Dorian, sabes que soy tuya, cálmate no querrás arruinar esa cara tan atractiva — le pico, me sacará su seguridad en cara y eso es realmente divertido.
— Claro que es atractiva, soy hermoso cariño — guiña el ojo haciéndome reír, me acerco lentamente hasta rozar nuestros labios en un beso, muerde mi labio con suavidad, me arranca un suspiro — Descansa Dorian — le beso frente, ya era hora de descansar como debíamos.
(...)
Narra (Dorian)
— Papá, ¿Cómo te sientes? — mi pequeña ha venido a verme, trae con ella unas fresas — Estoy bien cariño, algo adolorido pero feliz de verte — se acerca para besar mi mejilla, me extiende las rojas y dulces fresas de la canasta.
— Son tus favoritas, espero que te gusten — sonrío, Roger viene con ella, puedo notar que se encuentra tenso — Gracias por venir, estar solo en este lugar no es muy agradable — ambos toman asiento buscando comodidad.
— Nos has dado un buen susto Dorian, Ellise estaba realmente asustada — sonrío ladino, esa pequeña había estado todo el tiempo conmigo, es posible que pasara un mal rato — ¿Donde está por cierto? Papá.
— Aquí estoy pequeña — abre la puerta dejándose ver hermosa como siempre, deseaba cada día con más intensidad hacerla completamente mía — Mira Ellie le traje fresas a papá — Ellise me mira y precede a observar a Roger.
— Ven peque, vamos a cortar las fresas de tu padre — mi hija alegre le sigue el paso desapareciendo de la habitación, mi mirada se posa en Roger quien se pone aún más tenso.
— ¿Qué recuerdas antes del accidente? — pregunta, frunzo el ceño — Me seguían unos autos, tomé el atajo por la avenida diez y ya no recuerdo mucho — se pone de pie y camina hacia mi dirección.
— Sé quien ocasionó el accidente — desvía la mirada, capto de inmediato su comentario — Tu hermana está loca Roger, llévala a un psiquiatra o algo por el estilo, pero mi hija no puede vivir con una mujer así.