Confesión, Dorian.

Narra (Dorian)
14 de enero del 2015.
La carta de divorcio había sido un completo éxito, hace dos meses que me encontraba felizmente divorciado y desgraciadamente apartado de mi hija, había buscado alternativas de uno de los abogados más fieles que han pertenecido a la empresa, quien en su desesperación me sugirió rehacer mi vida y comprobar frente al estrado que era lo suficiente capaz de hacerme cargo de una adolescente. Si bien Marina no era una molestia, era una cuestión de carácter general y el juez lo haría relucir con insistencia, por lo que en mi dilema interno no tenía la mínima idea de como conseguir una esposa, no podría ir por los bares ofreciendo a las mujeres anillos de compromiso, como mucho me soltarían una cachetada.

— Señor, tengo unos cuantos registros de deudas que serán desechados, ¿desea verlos? — Lucas me distrae de mis pensamientos, como la mayoría de las veces, asiento soltando un suspiro, después de todo esto me hará desviarme de mis preocupaciones.

El expediente de Filiph Wood es uno de los más antiguos deudores hacia la empresa, requirió un préstamo por diecisiete millones de dólares a plaza indefinida, una deuda que posiblemente no llegaría a pagar nunca, observo con detenimiento los detalles de sucesión puesto que el hombre había fallecido y pasó a manos de su esposa, ahora también fallecida. La responsable actual es una mujer de nombre, Ellise Wood, a quien me parece haber escuchado su nombre, originalmente la deuda debía haber pasado a nombre de Richard Wood, hijo primogénito.

Dado el expediente completo, los números de teléfonos yacían a mí disposición y con curiosidad, le marqué al hombre que debería estar respondiendo a tal responsabilidad, la única manera que pudiera cederle la deuda era en caso de fallecimiento justificado con la acta de defunción.

— Richard Wood, ¿En qué puedo ayudarle?

— Buenos días, mi nombre es Dorian Hesseh, dueño de Hesseh Entertainment Company, quisiera saber....

— Señor Hesseh, no soy responsable de esa deuda, debería hablarlo con mi hermana — me interrumpe con un tono hostil, frunzo el ceño ante el repentino cambio de voz. 

— En ese caso debería saber señor Wood, que la única manera de que su hermana herede la deuda es en caso de que usted fallezca, debería saber que podría tomar acciones legales en su contra — le escucho maldecir por lo bajo, sonrío ampliamente ante la debilidad que ha dejado a relucir, estaba a punto de ser el hombre más maldito de este país.

— ¿Y qué desea a cambio?

Una condición muy simple.

— ¿A qué se dedica su hermana actualmente? — pregunto, él se encargaría de resolver mi duda, tenía una idea de quien se podía tratar esa misteriosa mujer.  — Es modelo, es la figura de varias campañas nacionales, es una mujer conocida — ¡bingo, había acertado, como siempre!

— Quiero crear un pacto, la deuda a cambio de su hermana — pronuncio, el silencio invade la línea, por un instante creí que había colgado la llamada, pensamiento que descarté minutos después. — Acepto, hágame llegar un contrato detallado y firmaré, todo sea por retirar esa deuda del poder de mi hermana — titubea, instintivamente cuelgo la llamada alarmado por lo que había hecho, ¡Mierda, ese hombre había vendido a su hermana!

No deberías juzgar a ese hombre, tú eres aún más mierda de persona queriendo comprar a una mujer.

— Lucas, necesito que investigues a una mujer, de nombre  Ellise Wood — exclamo al momento de devolver los expedientes, mi secretario intenta descifrar la razón de mi petición, arqueo una ceja hacia él — ¿Necesitas algo? — posiciono mi mentón sobre mis manos, Lucas se remueve incómodo siendo consciente de su indiscreción..

— ¿La modelo? — desvió mi mirada hacia el ventanal, me sentía una porquería de hombre no obstante, ere el precio de tener a mi hija a mi lado, a la única dueña de mi corazón, de la razón por la que la vida sigue siendo hermosa para mis ojos.

— Así es Lucas, así es.

(Presente)
Sobre mi pecho yacía Ellise dormida, aferrada a mi cuerpo respiraba con tanta tranquilidad, sin tener idea de lo que su hermano y yo habíamos negociado un mes antes de conocerla, habíamos firmado un contrato específicamente para poder casarme con ella sin siquiera tener su consentimiento, había mandado a retener la deuda un mes antes sin dar aviso al banco, de esa manera se incrementarían las posibilidades de encontrarla en un plazo de tiempo mínimo.

¡Maldición! 

— ¿Por qué no duermes? — reparte suaves besos sobre mi pecho, me posiciono a su altura y beso su nariz, sonríe medio dormida. — No podía sacarte de mi mente nena — efectivamente, no podía hacerlo.

— Ven, vamos a dormir — me deja acurrucarme sobre sus pechos, dejo un último beso en ellos intentando cerrar mis ojos, suplicando con esmero a mi mente que dejara de hacerme sentir, malditamente culpable.

Lunes, 6:30 am.

— ¿Qué carajos pasa aquí? — distingo entre la multitud de mi edificio a una bola de reporteros entrevistando a los accionistas, camino a paso apresurado en busca de Lucas y una explicación coherente a este desliz.

— Señor Hesseh... — Lucas parece estar pálido, empiezo a fristarme al no entender la situación, la figura de Roger aparece en la recepción de la empresa, si no le conociera diría que no está con la resaca de su vida, la cara de perturbado que porta lo delata a simple vista.

— ¿Lo sabes ya? — pregunta, vuelvo la mirada hacia mí asistente y niego.

— Encontraron unos estados de cuenta alterados Dorian, hay una investigación en tu contra aparentemente por una falsificación de documentos. La junta decidirá destituirte al medio día — resume, frunzo el ceño convencido que se trata de una broma, una risa nerviosa sale de mi interior solo para darme cuenta que había escuchado perfectamente.

— Demonios eso es una incoherencia, manejo con precaución mis finanzas, ¿Cómo carajos puede haber una alteración de documentos? — lanzo, la mirada de mi amigo no muestra más que seriedad, paso a pensar que su resaca se debe a más, puesto que es extraño el comportamiento en su persona.