Nuestro contrato (editando)

Cerca del problema.

Narra (Ellise)
Dorian regresó a casa esa tarde en un silencio completo, comprendía que después de  salir de esa sala de juntas su humor decayó tanto, que ni siquiera se había molestado en decirme adiós. Entonces comprendí que se sentía traicionado por su propio equipo, por los ejecutivos que habían visto alguna vez potencial en él, y que ahora le habían jugado sucio tras la espalda, por lo que decidí no insistir más. Volví al trabajo con Roger a mi lado, puesto que hoy deberíamos ajustar unos de los últimos detalles de la inauguración, la sede de la empresa estaba lista, y la contratación estaba en manos de mi esposo, quien tras su suspensión temporal, desearía hacerse cargo de ello por él mismo.

Y si bien me encontraba enfada por enterarme a última hora que tenía bajo posición un porcentaje de las acciones, me tranquiliza haber estado ahí para ayudarle en tal situación, aún no me hacía la idea de que estuvo a dos votos de ser destituido.

— ¿Y cuál es el motivo de la cena? — pregunta Roger, me dedico a observarlo durante unos instantes, no sabía con exactitud de qué hablaba.

— ¿Cuál cena? — ríe por lo bajo, seguramente notando mi distracción, habíamos caminando desde la empresa hasta el edificio principal en completo silencio, y a él se le ocurre hablar de la cena que ya de por sí había olvidado.

— La cena de esta noche, me invitaron esta mañana, ¿Te acuerdas?

Desearía no estar tan perdida, Dorian consume mis pensamientos ahora.

— Lo siento, solo no logro entender lo que acaba de pasar, supongo que aún estoy sorprendida — sonrío levemente, podía notar desde de esta mañana que ha estado más serio de lo normal, por lo general nunca es así, al contrario siempre es una ola de alegría con su característica sonrisa cuadrada.

Esto no me pinta nada bien.

— No hay de qué preocuparse, Dorian simplemente es Dorian, saldrá de esta sin una mancha en su expediente — murmura, cosa que me hace pensar unos segundos, su tono es aún más grave como si de recelo se tratase.

— ¿Tú estás bien? Estás muy serio — pronuncio.

— Solo tengo resaca, ayer me excedí y me siento fatal...gracias por preocuparte Ellie — se detiene a mi lado en las puertas del edificio, me examina con precisión, se acerca con lentitud hasta mi rostro mientras me encuentro petrificada a su lado, un carraspeo le hace separarse antes de posar sus labios sobre los míos.

— Siento llegar tarde, hermana — suspiro aliviada, observo a Richard fruncir el ceño con dirección a Roger quien deja un soplido en el aire.

— Cómo sea, tengo que recoger a Marina, supongo que te veré en la cena — sonríe con debilidad, genial, ahora un sentimiento de culpa me consume.

Intentó besarte, y no hiciste nada al respecto.

— Claro — me limito a responder, le veo alejarse mientras cierro los ojos, Richard me toma por los hombros haciéndome caminar hacia las oficinas, no se quedaría callado.

Narra (Marina)

A la salida de la escuela, observo al tío Roger recostado sobre el capo de su auto, su expresión se suaviza en cuanto me divisa entre los niños a mi alrededor, se dedica a abrazarme y dejar un beso sobre mi cabeza como es costumbre, subo al auto sin entender todavía su estado de ánimo, es la primera vez que le miro así de decaído. Sobre la cena de esta noche, me encontraba nerviosa por el motivo de la convocatoria, muy rara vez papá le pide al tío Roger el favor de interceder por mamá, teniendo muy en cuenta que siempre se opone ante sus peticiones.

— ¿Quieres comida chatarra? — pregunta mirando hacia delante, intento resistirme pero la debilidad siempre es aún más fuerte.

— Sí, pero si mamá...

— Olvida a tu madre un rato, nunca disfrutarás si pretendes darle la razón todo el tiempo — Asiento avergonzada, tenía razón pero mamá me asustaba cuando perdía el control, vivía con el miedo constante de ser golpeada por mi progenitora.

— De acuerdo.

Tomamos el almuerzo en una restaurante de comida rápida, moría de ganas por saborear una amburgesa y mi tío, como buen consentidor accedió. Había quedado realmente saciada, por lo que volvimos a casa antes de que mamá llegase del trabajo, es una rutina constante y aunque desearía que papá pudiese pasar más tiempo conmigo, comprendo la situación en la que se ve envuelto, le había visto llorar en una ocasión cuando me arropó deseándome las buenas noches, sufría constantemente en un silencio que me parecía tormentoso. 

Papá sufría más de lo que aparentaba hacer notar, y mamá se divertía con el dolor que le causaba.

Sobre el portal de la puerta estaba mi madre de brazos cruzados, el tío Roger pega un portazo al bajar del auto, a lo que yo me limito a caminar detrás suyo. Beso la mejilla de mamá caminando hacia la cocina, presentía que ambos se pelearán ahí mismo sin importar mi presencia, intenté no sentirme mal igual ya me encontraba acostumbrada a ello.

— ¿Y para qué quiere que mi hija esté presente en su casa? ¿Acaso no es suficiente obligarla a convivir con esa zorra? — escucho los gritos de mamá, me quedo sobre la mesa bebiendo el vaso de agua, mis manos comienzan a temblar desmedidamente

— Es su esposa Marilyn, él sabrá sus razones pero déjalo convivir con su hija por una maldita vez en paz, deja de ser tan caprichosa.

— Te mofas de buen samaritano y sólo tú sabes que deseas a su mujer, ¿Qué haría Hesseh si se enterara de ello? — escucho atenta, acaso eran ciertas sus palabras, el tío Roger gustaba de Ellise...

— Hay una diferencia muy grande entre tú y yo, Ellise es su esposa y ella no me corresponderá aunque ese sea mi único propósito, tú quisiste acostarte con Troian aún cuando eras su esposa, ¿No era acaso su mejor amigo, Marilyn? — camino hasta la sala de estar donde mi madre le suelta una bofetada a su hermano, indignada por un hecho que era realmente verídico, y aún vivía desmintiendo.




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