Nuestro contrato (editando)

¡Sorpresa!

Narra (Ellise)
Después de finalizar la llamada, me dispongo a buscar la mano de Marina para caminar a paso rápido hacia un departmental, sin dudarlo le envío la ubicación a Dorian a quien había escuchado alarmado al teléfono, me sentía peor. Los hombres portan sudaderas azules, estuvieron detrás de nosotras durante unos minutos, cuando nos encontrábamos almorzando, me asusté en cuanto llegaron a escasos centímetros de nosotras.

Marina está muerta del miedo, sus manos tiemblan lo puedo sentir, tan solo queríamos que está pesada broma de acabase ya, no podíamos evitar sentirnos ansiosas. Los hombres entran al departamental justo cuando empezaba a tranquilizarme, con disimulo caminamos entre los estantes intentando no llamar la atención, intento mantener la calma para no alterar a la niña a mi lado.

— ¿Dónde está papá? — pregunta en un murmuro, echo una rápida mirada hacia los mostradores, ahí están posados sobre una vitrina, observando por doquier.

— Debe de estar en camino, estaremos bien — intento calmarme, aún cuando soy yo quien quiere salir corriendo, clamo al cielo por la presencia de mi esposo. En un momento incierto, los hombres posan su mirada en nosotras, al mismo tiempo que el hombre golpea el hombro de su compañero, se acercan hacia nosotras.

— Oh cielos — intento caminar rápido hacia la salida, mis piernas amenazan con no seguir, siento una mano sobre mi hombro al mismo tiempo que veo a los hombres retroceder.

— ¿Están bien? — ambas soltamos un suspiro, Dorian permanece atento a los mencionados, han detenido su caminar evidentemente nerviosos.

—  Papá, estábamos asustadas — Marina se refugia en los brazos de su padre, le miro angustiada por la no muy grata experiencia que acabamos de vivir.

Intenta respirar, no es buen momento para un ataque de pánico. 
 

 — Quiero irme, Dorian — respondo, un ligero nerviosismo aparece en el rostro de mi esposo, son apenas unos escasos segundos.

— Vamos.

Callados caminamos hacia el estacionamiento, ahí está Roger quien se encuentra aún más nervioso que Dorian, al contrario de su amigo él es mucho más expresivo. Nos adentramos en un silencio completo, no me atrevo a pronunciar más, estaba a punto de colapsar en un ataque de pánico, me dedico a respirar profundo tranquilizado mi agitado pecho. No sabía que era lo que querían esos hombres, ni el por qué nos gana seguido macabramente por el centro comercial, solo sé que vivimos la media hora más aterradora. Una vez llegando al vecindario me dedico a observar a mi acompañante, Marina ha caído dormida sobre el asiento, acaricio su lacio cabello, sus manos han dejado de temblar, todo rastro de temor desapareció en un lapso corto, apenas ha recuperado la tranquilidad.

No entiendo qué carajo acaba de pasar, pero no tenía un buen presentimiento.

¿Quién ha sido el demente que quiere seguirme?

No entiendo nada, y eso me asusta más de lo que suponía sentir.

Narra (Roger)

Una vez en la casa de Dorian, he ayudado a bajar a mi sobrina quien después de un gran susto ha caído rendida ante el cansancio, Ellise no ha pronunciado ni una palabra, sólo permanece perdida entre sus pensamientos, posiblemente sintiendo un miedo inexplicable recorrer su piel. Solo espero que no le haya causado nada más, y sí sabía quién era la responsable de todo esto, y estaba demente, pero yo compartía esa misma demencia.

Escucho a Dorian llamarme desde su estudio, intento moverme con ánimo aún cuando mi cuerpo demanda descanso, no me dejaba de humor para nada, su mirada me ha dejado descolocado, me sentía culpable. Observo a Dorian cerrar la puerta de dicha habitación, camina alterado hacia su asiento, se deja caer con una no muy buena expresión, intuyo que ya ha comprendido lo que ha pasado.

— Roger de verdad nunca he tenido nada en contra tuya, pero tu hermana necesita un psiquiatra y no deseas verlo. Mira como ha asustado a su propia hija, Ellise está hecha un saco de nervios, ¿Crees acaso que es bueno para ambas? — inmediatamente rompe en furia, intenta controlarse pero el enfado es más que él, lo consume totalmente.

Así es, vamos pierde los estribos, Dorian.

— Espera un momento, no metas a Marilyn en esto, ¿Cómo puedes estar seguro de ello? — cuestiono, me he puesto a la defensiva, me preparo para provocarle.

— ¿Qué mierdas dices? Si no ha sido ella y su mente retorcida, ¿Quién ha podido ser, genio?

— No culpes a mi hermana con deducciones sin sentido Dorian, ¡Maldita sea, ponte a pensar! Tienes una orda de enemigos a tus espaldas y piensas que es mi hermana... — clamo por lo alto, sé la verdad, soy consciente de lo mal que esto se muestra, me sorprende ser mejor actor de lo que pensaba ser.

— Esto no es un juego Roger, mi hija estaba con Ellise, ¿Qué hubiese hecho si algo pudiese pasarles?

No adelantes los hechos, no es momento de lamentarlo todavía.

— Relájate, moveré contactos y voy a encontrar al responsable, pero te pido que descartes a Marilyn de todo esto...mi hermana tampoco es así.

Mientes, mientes, aún cuando sabes lo que es capaz de hacer, no la subestimes — grita mi conciencia.

— Tengo algo que preguntarte — inicia, observo en sus ojos esa inexpresión habitual, a este punto solo quiero regresar a casa, ha sido demasiado para mí.

— Tú dirás...

— ¿Estarás en el juicio? ¿Te has decido a declarar? Es cuestión de semanas para presentarme en el estrado — recuerda, dejo escapar un suspiro ahogado.

Lo estaré, pero no de la manera en la que esperas.

— Lo estaré, por ti amigo, lo que sea.

Narra (Ellise)

— Buenos días, princesa — escucho la voz de Dorian sobre mi oído, susurra con esa hermosa voz recién levantada, me vuelvo hacia él acurrucada entre sus brazos, estoy muy cansada aún.




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