Narra (Ellise)
No soy consciente del tiempo que pasó antes de poder caer desmayada, la imagen de Dorian daba vueltas sobre mi mente, la bala impactó haciéndolo caer de rodillas antes de escucharlo llamarme con desesperación. A lo lejos de mi cuerpo escuchaba las sirenas de la ambulancia y policía, todo mientras lo único que podía observar a mi alrededor era un espacio completamente negro cegando por completo mi visión, no fue sino hasta que los paramédicos me subieron a la camilla cuando obtuve de vuelta mi visión, Dorian y Roger me tomaban ambos de las manos mientras me insertaban el suero mediante la intravenosa.
— Necesito que respires, Ellise — pidió la mujer que me atendía, sentí el ardor del piquete y enseguida el liquido. Intento respirar con normalidad ante la expresión de terror de ambos hombres a mi lado, la chica terminó por tranquilizarlos a poco de llevar hacia el hospital. La compañera de Richard me espera justo en la entrada de emergencias, con una expresión de cansancio pero con una sonrisa en los labios, bajan la camilla permitiendo el acceso al hospital.
— Ellise, te atenderé antes de que Richard llegue, hablé con el hace unos instantes, creo que matarán a alguien hoy — hace una mueca en dirección a Dorian quien palidece enseguida, intento ahogar una carcajada recordando rápidamente que puedo perder a mi bebé si no le atienden ahora. Rogaba al cielo y a quien quisiera escucharme que me tuvieran piedad, esa pequeña criatura no podía morir, ese pequeño era parte de mi vida y de mi corazón.
Monic nos redirige a la sala de emergencias donde a los chicos los detienen las enfermeras, les observo desaparecer antes de que ella comience su trabajo, los enfermeros salen y entran de la habitación en un intento por estabilizarnos a ambos. La mujer se nota preocupada, cierro los ojos pidiendo a mi madre que me ayude desde donde se encuentre, no me importaba ser yo pero él no, era una vida indefensa sin voz propia aún, no podía arrebatarlo de mi lado como si no lo estuviéramos esperando con tantas ansias y amor de por medio, pedía clemencia desde un silencio incomprensible.
Narra (Dorian)
La culpa me invade de contado, me lamento con furia sobre la sala de espera con Roger a mi lado, permanece callado sin poder levantar la vista del suelo, posiblemente con miles de preguntas en la mente sin poder responderlas siquiera, estaba más que perdido entre su mente y el espantoso aroma a alcohol que desprende las paredes del hospital. Decido finalmente sentarme a su lado aflojando mi corbata, el maldito dolor sobre mi brazo izquierdo me arranca un quejido involuntario, me pregunto que sería de mí esposa si no me hubiese interpuesto entre el hombre y Ellise, termino por desechar la idea antes de que mi mente formule alguna escena que en realidad no deseaba visualizar.
Mi cabeza daba vueltas sin parar, la advertencias se hacían cada vez más verídicas, logrando ponerme los cabellos de punta en cuanto presencié el acto esta noche, no esperaba menos que un buen reto de parte de Richard al cual terminaría quedándome en silencio. No había sido capaz de proteger a Ellise de aquel ataque, si yo hubiese estado esta noche a su lado posiblemente no estaría aquí luchando para salvar la vida de nuestro bebé mientras los médicos hacen su cometido, no es hasta cuando visualizo a la doctora que la ha atendido salir repetidas veces a los pasillo pidiendo utensilios, provocando un posible ataque de pánico ante su inquietud.
— ¿Por qué no estabas con ella? — susurró mi mejor amigo a mi lado, ni siquiera sabía si era conveniente seguir llamándole de aquella manera, no lo sabía estaba con la cabeza hecha un lío.
— No me reprendas ahora, ya de por sí me siento una verdadera basura Roger — exclamo ocultando mi rostro entre los manos, suspiro con pesadez evitando maldecir en un espacio público como este, pretendía soltar una palabrota en el lugar donde yacían niños sobre las banquetas.
— No quiero culparte, cuando le vi estaba sola en la entrada tomando aire de los nervios que se cargaba encima — agrega dejándose caer sobre el respaldo de la banqueta, se quita el saco aflojando su corbata de seda verde, se la había relajado para su cumpleaños el año pasado.
— ¿Por qué estabas con Ellise? — se me hace pertinente preguntarle, me devuelve la mirada sin tapaduras y termina por apoyarse sobre sus rodillas.
— Quería despedirme antes de irme — puntualiza, frunzo el entrecejo antes de cuestionarlo, analizo bien sus palabras antes de intentar comprender su decisión a simple vista, inquiero una razón válida.
— ¿A dónde pretendes marcharte, Rog?
— Me tomaré un tiempo fuera de la cuidad, no he tenido vacaciones en los últimos tres años consecutivos, una escapada a Europa no me sentará nada mal — intenta bromear, en su intento por desaparecer la tensión, resulta inútil ante la situación de. Incertidumbre. Me pesa la forma en que su sonrisa desaparece y esa amarga sensación lo rodea cruelemnte, Roger era el hombre con el que le había criado en el internado, viví tantas aventuras a su lado que es imposible no empatizar con él.
— Espero que te vaya bien amigo, procura llamar a Marina o no creo que te perdone después — termino por tranquilizar, nos fundimos en un cómodo silencio que nos dejó la sala de espera. Pasan los minutos que se convierten por mucho en media hora, Richard aparece después por el pasillo con su típica bata blanca y el entrecejo fruncido, por alguna razón aquella expresión me causan unos nervios insoportables que le obligan por mucho, a levantarme del asiento.
— Por aquí — indica seco el recién mencionado, sin articular palabra alguna ambos le seguimos hasta el área de recuperación, observo desesperadamente mi alrededor en busca de mi esposa a la cual rogaba que se encontrase bien. No podía explicar la ola de fuertes emociones que me ha invadido el día de hoy y el día parece no acabarse aún, gracias al cielo y la persona que me haya escuchado, Ellise se encontraba estable en estado de reposo en la camilla de una habitación, al instante de observar a su hermano pasar por el portal de la puerta su mirada se ensombrece.