Nuestro contrato (editando)

Cerca de la calma.

Narra (Richard)

Y aquella tarde comenzaba mi turno en el hospital, siempre con una gran emoción al iniciar mi trabajo, Monic se había ofrecido a cuidar a mi pequeña y dada la confianza entre ambos acepté sin protesta. Pensé entonces en mi hermanita, me he sentido alegre dado su reciente éxito y claramente he estado al pendiente como me es posible, su salud y la de mi sobrino está bajo mi responsabilidad.

Aquella tarde sucedió un accidente en el centro, puesto que la ambulancia llegó poco después que los reporteros, al parecer había sido algo de fuerza mayor puesto que el hospital era un completo desastre. Hundido en la curiosidad decidí bajar hacia la planta de emergencia donde descubriría el problema, una pequeña niña lloraba sin cesar en el lobby de la planta, varios de los interinos rodeaban la camilla donde el paciente permanecía pero fue su voz que me descolocó de completo.

— ¿Richard? — solloza la pequeña, me acerco para comprobar que se trate de ella y efectivamente, es Marina quien llora desconsoladamente sobre uno de los asientos.

— Mari linda, ¿Qué sucedió? — pregunto, apenas me acerco puedo mirar a Lucas sobre la camilla mientras que los enfermeros intentan parar el sangrado de su brazo.

— Un hombre quiso secuestrarme y el tío Lucas intentó impedirlo pero ese hombre lo hirió en el brazo, cayó casi de inmediato y cuando busqué ayuda de parte de Ellie, esta ya no estaba — explica con desesperación, la pequeña estaba presentando un cuadro de pánico y la angustia no parecía favorecer para nada, en cuanto mi corazón empezó a latir con fuerza tomé a Marina en brazos acercándome hacia la camilla de Lucas.

— Doctor Wood, el hombre fue herido en una de las arterias, se está desangrando — las manos del interino temblaban y como si fueran sus primeras prácticas, acudió a mí con una desesperante inquietud.

— Lleven a la niña a revisión, preparen un par de calmantes y atiendan el cuadro de pánico progresivo. Necesito que lleven al hombre a cuidados intensivos, andando todos — ordenó de manera mecánica, en cuanto visualizo a Mar siendo llevada a la parte baja de emergencias dejo soltar un suspiro de angustia. Habían secuestrado a Ellise y por poco matan a Lucas, ¿Dónde carajos está Dorian?

Mientras subíamos hacia el área de cuidados intensivos me dispuse a tomar mi teléfono con rapidez, la posible persona que pueda acudir al lugar primeramente es Lizareth, se pondría loca al saber que su novio se desangra mientras su mejor amiga se encuentra desaparecida, pero sería la única que logre dar con Dorian antes de ser yo quien lo muela a golpes. ¿A qué juego pretendía jugar? Él sabía que esto podía ocurrir y parece no haberme hecho caso cuando le insistí buscarle seguridad a Ellise..

— ¿Richard, qué sucede? — pregunta con aquella voz entusiasta, se apagará en cuanto me escuche hablarle, el silencio que corta la conversación es suficiente para hacerla preocupar.

— Liz necesito un favor enorme de tu parte, necesito que le avises a Dorian que Marina está conmigo en el hospital — inicio no muy seguro de mi arrebato, tal vez haberla llamado no ha sido la mejor opción y mucho menos en el estado en que se encuentra su novio.

— ¿Está bien la pequeña? ¿Qué pasó, Richard? Habla — insiste inquieta y cómo si de inmediato mi cordura volviera a mí, decidí confesar la situación con el fin de terminar la llamada y ayudar al pobre hombre que se desangra de camino al quirofano.

— Lizareth hirieron a Lucas, Ellise y Marina iban con él cuando sucedió, la niña está bien pero mi hermana no aparece — un gemido ahogado se escucha tras al línea y con ello el sonido de un objeto quebrarse desde su oficina.

— Cálmate por favor, contacta a Dorian y procuren no tardar — finalizo una vez las puertas del ascensor se abren de par en par, no me detuve a revisar si había colgado la llamada. Tan solo tenia una cosa en la mente, debía ayudar Lucas antes de que fuese demasiado tarde para ello, robaga al cielo que esto fuera solamente un mal sueño.

                   ***

Una vez la noche cayó sobre el hospital todo parecía traer una calma increíble, sentado sobre el sofá de la habitación de Lucas decidí reflexionar sobre mi comportamiento y acomodar mis ideas en su lugar, había salvado exitosamente al hombre quien después de la anestesia permanecía desorientado, despertó hace tan solo minutos pero parecía no querer abrir los ojos, como si sintiera temor al hacerlo, había ingresado inconsciente a emergencias después de ser ubicado por la ambulancia.

— ¿Cómo te sientes, Lucas? — cuestiono una vez logró reunir fuerzas para hacerlo, mi único pensamiento aquella noche era mi hermana. No sabíamos dónde estaba pero si quien la tenía retenida, ya no había duda alguna que Marilyn era una mujer peligrosa, venenosa y neurótica, no estaba cuerda en su totalidad.

¿Dónde estás mi pequeña Ellise?

— Me siento extraño, no tengo movimiento en el brazo Richard — increíblemente aún con sus ojos cerrados había identificado mi voz, la habitación apenas yacía iluminada por una suave lámpara de noche.

— Es normal, has salido hace poco menos de dos horas del quirofano, no tienes movimiento debido al nervio que resultó herido — abre sus ojos de golpe para mirarme con pánico, inmediatamente me encargo de tranquilizarlo puesto que se empezaba a alterar al presenciar mi silencio.

— Recuperarás el movimiento en algunas horas, puedes tranquilizarte Lucas — añado, posterior a ello el hombre suelta un suspiro dejando caer su cabeza sobre la almohada, un poco más aliviado.

— Señorita, le digo que no puede pasar — grita una de las enfermeras cerca del pasillo, unos tacones resuenan sobre la planta haciendo que me levantara hacia la puerta con la intensión de saber lo que pasaba. Tan pronto como me asomo el rostro de Liz aparece a escasos metros de la habitación, tan preocupada como desesperada por encontrar a su novio.




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