Narra (Dorian)
Y el tan esperado día había llegado tan pronto como pensé que vendría, el día que con tanto temor había esperado llegó en forma de tortura, sin Ellise a mí lado la angustia había crecido desesperadamente, no sabía si hoy podría defender a mi hija de tan desquiciada mujer, podrían pasar dos cosas; ganaría la custodia completa de Marina y viviría conmigo hasta que cumpla su mayoría de edad, o perdería su custodia resignado a no volver a verla más. Podrían imaginarse los múltiples miedos que mi mente formulaba y que posiblemente, se vieran reflejados en mi comportamiento de ese día.
No pensé que esto fuera tan difícil, pero es mi familia y la amo tanto para tomar el riesgo.
— Está bien sentir miedo, es una respuesta natural del cuerpo ¿Sabías? — comenta Richard observándome desde el portal de la puerta, el hombre había llegado desde tempranas horas de la mañana a mostrar su apoyo emocional, a duras penas puesto que él no poseía muchas.
— Nunca he perdido el control, llevo años de mi vida controlando situaciones que serían imposibles de lidiar. Ahora me desconozco, tal vez sea porque ella no está aquí — respondo mientras me arreglo los gemelos, poso la corbata por mi cuello y la ato de aquella forma tan peculiar.
Me miro en el espejo durante algunos instantes, solo para darme cuenta que ese hombre en el reflejo por primera vez en su vida experimenta la incertidumbre, el temor a no saber lo que le espera, finalmente he tocado firmemente tierra.
— Es por ella por quien debes tomar valor, tu hija estará en ese estrado esperando que su padre luche hasta el último segundo por ella. Eres el hombre más excéntrico que conozco, y ahora más que nunca necesitamos que lo seas Dorian — anima, y sonrío ladino ante aquella muestra de apoyo. Antes de verme interrumpido por el sonido de la puerta, en cuestión de minutos termino por arreglar los últimos detalles de mi vestimenta, xisoisyso dispuesto a recibir a los invitados.
Lucas por fortuna había sido dado de alta por órdenes de Richard, una vez este recuperara la sensibilidad de su brazo. Era un testigo principal, y su presencia era de vital importancia. Lizareth llegó a su lado y segundos después observé a Louis acercarse, todos aquellos extraños se habían convertido en parte de nuestra familia, mi familia, había dejado de permanecer aislado en medio esa frustrante soledad.
— Esto es el fin de una etapa Dorian, después de lo que pase hoy definirá el futuro de esa pequeña — agrega Liz, todos muestran esa empatia que sólo logra recordarme a Ellise, no podía creer la necesidad que imploraba mi cuerpo por verla, sentirla, besarla aunque sea un escaso segundo.
— Entonces para ello necesitamos valentía, esa arpía estará ahí sin querer bajar la guardia. Andrew me aviso de la concurrencia del lugar, al parecer es buena hora de irnos — propone Lucas, a lo que asiendo levemente. Aunque deseaba aparentar una fuerza común en mi persona, moría por dentro consumido en los nervios y los malos pensamientos
***
Apenas arribamos el lugar los reporteros yacían cubriendo la nota, deseando saber con lujo de detalles quién se quedaría con mi hija como si fuese un espectáculo, instintivamente el enfado me invadió y prontamente se vió interrumpido por los de seguridad, escoltaron a los cinco presentes en tribunal. La sala número cinco del edificio era el responsable de tomar tan importante decisión, apenas puse un pie en esa sala me dí cuenta de la valentía que me había faltado estos últimos años por alejar a mi hija de esa farsa, de esa mujer que ni siquiera mostraba gota alguna de amor hacia ella.
En la parte superior derecha yacían los testigos de Marilyn, todos acomodados en las secciones de gradería mientras ella yacía sentada en la parte más baja a un lado del estrado. En la parte superior izquierda, tomaron asiento mis testigos y mi abogado me esperaba puntual en el asiento correspondiente, con todos los documentos en orden y con una seguridad innata, aquella que imploraba floreceriera de nuevo en mí.
— Estamos a cinco minutos de comenzar, ¿Dónde diablos está Roger Taylor? — cuestiona Andrew al tomar asiento, dejo posar las manos sobre la mesa observando con detenimiento la silla del juez.
— Parece que tomó su decisión, no está aquí para ninguno de los dos — afirmo con certeza, y me sentía decepcionado de tan poco poder de voluntad, Roger había decidió huir con la intención de no hacer daño pero al contrario, si partida había dejado más daño del que pretendía causar.
— Es una pequeña desviación, todo concuerda con lo ensayado. Lo último que necesito que pierdas es la esperanza Dorian, estoy a punto de hacer lo imposible por ti — aprieta mi hombro con amabilidad, dejando ver la amistad que había nacido entre ambos. Pasó de ser el mensajero legal de mi padre, a administrador legal de mi nombre y de mi empresa.
Necesito fuerzas y aquí las tengo, esta es la última batalla para tener finalmente a mi princesa, sin preocupación alguna. Le hice una promesa a la mujer que amo, uniría a nuestra familia del modo que fuera, le ruego al cielo solamente que nuestro bebé esté sano, ese pequeño angelito había llegado a repartir mucho más amor y todavía le queda nacer.
— Gracias...
— Damas y caballeros de pie para recibir al juez, Marlon Sheppard — Uno de los agentes de seguridad anuncia la llegada del hombre más importante entre la sala, nos levantamos admirando al respetado juez del juzgado de familia.
— Buenas tardes, este es el caso número quince de la sala cinco del juzgado familiar. Hoy se disputa la custodia completa de la menor, Marina Hesseh Taylor — el juez Sheppard se sienta dándoles el lugar a los abogados de ambas contrapartes.
— Los abogados un paso al frente para hacer el juramento — el de seguridad les indica el paso, Andrew y Callaghan levantan la mano derecha mientras posan la izquierda sobre la Biblia como es debido.