Narra (Ellise)
1 año después...
Una próspera mañana más, los rayos de sol golpean suavemente mis piernas mientras me aferro a la almohada, es gratificante dormir boca abajo después del embarazo y agradecía aún más la comodidad de nuestra cama matrimonial. Giro hacia mi costado con la intensión de abrazar a mi esposo por la espalda pero este no se encuentra en su lado de la cama, me siento sobre esta y me estiro tanto como sea posible y admiro durante algunos instantes la hermosa mañana, como se ha hecho costumbre en mi rutina diaria agradezco a la vida por la maravillosa familia que poseo y adoro charlar un rato con mis padres, quienes sé que me escuchan donde quiera que estén.
Me levanto de la cama y camino de manera consciente hasta la cuna de Adam, él no se encuentra ahí por lo que bajo hasta la planta principal, busco en la biblioteca y en la cocina pero no hay rastro de mis hijos o de Dorian. Como último recurso camino hasta la sala de estar donde de manera impredecible me llevaría una enorme sorpresa, mi esposo se encontraba en el sofá más grande mientras nuestro hijo yace acostado sobre su pecho, mi hermosa Marina está a su lado tomando la manita de su hermano, y yo observo con ternura la escena.
Los ojos de Dorian poseen un destello particular el día de hoy.
— Buenos días, mis amores — saludo acercándome al sofá, dejo un beso sobre la cabeza de Marina y seguidamente el pequeño Adam requiere mis brazos como es costumbre. Nuestro hijo es tan hermoso como su hermana, de cabello castaño como el mío pero con esos inigualables ojos azules de su padre, su rostro es tan fino y adorable que no poseo palabras para describir el amor que le tengo.
— Buen día, mi amor — Dorian deja un suave beso sobre mis labios, disfruto de su gesto antes de proceder a darle pecho a mi bebé. Encuentro esta actividad realmente satisfactoria, observar ese instante donde yace sobre mi cuerpo con su manita apretando mi dedo mientras se alimenta es una ternura, realmente salía a relucir esa faceta maternal que mi madre tanto me decía.
— ¿Recuerdas qué día es hoy mamá? — cuestiona mi hija, me detengo algunos instantes con la intensión de recordar, me desespera no poder hacerlo realmente no lo recuerdo.
— No princesa, realmente no lo recuerdo — respondo apenada, la niña me repara una linda sonrisa y gira hacia su papá, mi esposo me observa desde el portal de la sala de estar.
— Lo sabrás pronto, no te preocupes — anuncia y procede a desaparecer en la cocina, me desconcierta su repentina seguridad pero más me hace sentir mal no recordar que día es hoy.
Debería tomarme unas vacaciones pronto, creo que realmente las necesito.
Como ninguno de los dos quiso decirme qué se festajaba tuve que quedarme con la duda, continué con mi día al lado de Adam quien aún era mi compañero de oficina, después de su nacimiento adapté mi oficina para que pudiese convivir conmigo hasta que tuviera la edad suficiente. Hoy vestía un adorable overol blanco, se veía hermoso y aquello era notorio a millas de aquí, puesto que varias chicas de la empresa lo elogiaron al llegar y realmente me sentía algo celosa, tiene siete meses y ya posee admiradoras detrás suyo, ¡Dios mío, no me quiero imaginar cuando sea grande!
— Buenos días por la mañana, te ves preciosa Ellise — saluda Liz entrando a la oficina, encuentro sospechoso la actitud entusiasta de todos el día de hoy. No era mi cumpleaños, ni el de Dorian mucho menos el de Mar, ¿Qué fecha era hoy?
— Y tú también te ves hermoso, Adam — prosigue y se sienta junto a mi hijo al lado de su alfombra, le sigo con la mirada mientras teclea un par de cosas en su teléfono y procede a sonreírme.
— Me están asustando el día de hoy, ¿Qué está ocurriendo? — inquiero inquieta, decido revisar el cronograma de hoy y me percato de un pequeño detalle que llama mi atención, estaba casi segura que hoy tenía dos reuniones en la tarde y ahora parece que se cancelaron acortando mi estancia en la empresa.
— Lo sabrás pronto...
— ¡Que graciosa! ¿Qué clase de broma están conspirando en mi contra tú y Dorian? — enarco una ceja divertida, mi amiga decide seguirme el juego soltando un dato interesante.
— Oh, no solo soy yo, hay más personas involucradas en esto — aclara y con aquello se despide, se levanta y sale por la puerta dejándome aún más confundida.
¿Qué les pasa?
Mientras los pendientes pasan volando con el paso de la mañana recuerdo que he quedado con mi hermano y Roger para almorzar, me levanto de mi asiento sintiendo el trasero adolorido mientras consigo estirarme. Camino hasta la sección de juegos de Adam para alzarlo y colocarlo en su carriola, hasta él parece ser complice del misterio que se han esmerado por ocultarme pero hago caso omiso a ello, debo conducir hasta el restaurante antes de que se vuelva tarde, aún así aquella actividad se ve interrumpida por un mensaje de Dorian que resuena dentro de mi bolso.
"Ponto radiante esta noche, estoy seguro que dejarás a las estrellas sin trabajo"
— Dios mío — mi corazón se acelera, muerdo mis labios con alegría puesto que comenzaba a sospechar de qué iba todo esto, Dorian es una verdadera caja llena de sorpresas.
***
— Hasta que llegas, pensamos que nos habías dejado plantados — expresa Roger a nuestro encuentro, les sonrío avergonzada puesto que si se me había hecho tarde.
— Lo siento, el tráfico.
— ¿Ya lo sabes? — cuestiona Richard, saludo a mi sobrina que se encuentra en sus piernas y decido sentarme.
— No, no sé qué están tratando de hacer pero tampoco quiero saberlo todavía.
— Oh vamos, te divertirás cuando lo sepas pero yo deseaba decirte otra cosa — interrumpe Roger quién muestra una mueca sobre su rostro, espero que no sea el asunto de las citas, aún tenía un par de candidatas espectaculares.