El fin de semana y el inicio de las vacaciones de medio año habían llegado. ZhanYu se preparó para ese día más de lo normal. La sensación le recordaba a cuando esperaba los resultados de sus exámenes: estaba seguro de que todo saldría bien, pero aun así sentía cierta ansiedad y nerviosismo, nada que no pudiera controlar.
—Hola, te ves bien sin el uniforme. Recién llegué, ¿ya almorzaste? ¿Y si comemos primero? —El alfa hablaba frente a su reflejo en el espejo, practicando para cuando se encontrara con Hendery. No era porque quisiera dar una buena impresión, se decía a sí mismo, sino porque le gustaba tener todo bajo control.
Era un hábito que siempre había tenido: planificar mentalmente cada interacción importante para evitar sorpresas. Sin embargo, esta vez era diferente. La espontaneidad de Hendery siempre lograba descolocarlo un poco, pero, de algún modo, también lo hacía sentir vivo.
Miró hacia la ventana. El día era claro y soleado, con un cielo limpio que prometía un clima cálido. “¿Debería llevar chaqueta?” Se preguntó, sabiendo que Hendery probablemente no llevaría nada para abrigarse. Aunque pensó que no tardarían tanto como para necesitarla, finalmente tomó una, por si acaso.
Echó un último vistazo al reloj de su teléfono. Faltaban veinte minutos para la hora acordada. Con un movimiento decidido, se colocó la chaqueta sobre el brazo y salió de su casa. El leve crujir de las hojas bajo sus zapatos y el aire fresco que lo recibió lo llenaron de una extraña mezcla de calma y expectativa.
Mientras caminaba hacia la parada de autobús, su mente no dejaba de divagar. Se preguntaba si Hendery recordaría lo que habían planeado o si llegaría tarde, como solía hacer. A pesar de ello, no podía evitar sonreír. Había algo en la manera relajada y despreocupada del omega que lo hacía querer cuidarlo, aunque Hendery insistiera en que podía hacerlo todo solo.
***
Hendery, mientras tanto, estaba frente al espejo de su habitación, revisando su cabello por quinta vez en la última hora. Ya estaba listo desde hacía rato, pero quería lucir perfecto. Hoy no era un día cualquiera.
—¿Esto es demasiado? —se preguntó en voz alta, alisando su camisa. Había optado por algo sencillo, pero sentía que incluso eso debía estar en el punto exacto.
“¿Debería llegar un poco tarde? Aunque creo que aquí eso es irrespetuoso... pero ZhanYu gege nunca se molesta conmigo,” pensó Hendery, mordiéndose el labio mientras una pequeña sonrisa asomaba en su rostro.
Cuando finalmente decidió que era hora de irse, tomó su teléfono y salió al pasillo, solo para encontrarse con su madre, quien lo observó con una mezcla de curiosidad y sospecha.
—Heny, ¿a dónde vas tan arreglado? —preguntó la señora Lu, mirándolo con curiosidad mientras secaba sus manos con un trapo de cocina.
El omega tragó saliva y sonrió nerviosamente.
—Qiang Hao me pidió que lo acompañara a un museo —dijo, improvisando la primera excusa que se le ocurrió.
—¿Hao te invitó a salir? —preguntó su madre, entusiasmada—. ¡Qué bien! ¿Por qué no lo invitas a cenar después de que terminen su cita?
Hendery sintió un nudo en el estómago. Sabía que a su madre le agradaba mucho Hao, y que probablemente no estaba tan lejos de desear que algo surgiera entre ellos.
—No es una cita, mamá, solo es mi amigo.
—¿Qué cita? —intervino su padre, apareciendo desde el otro extremo del pasillo.
—Hao invitó a Heny a salir —respondió su madre, claramente encantada.
—¿Están saliendo? —preguntó su padre con una mezcla de curiosidad y aprobación.
"Aquí vamos de nuevo con eso" Pensó Hendery frustrado.
—Ya les dije que Qiang Hao es solo mi amigo… nada más.
—Es un chico agradable —comentó su padre con una sonrisa—. Deberías invitarlo a cenar.
—Eso le dije —añadió su madre, riendo suavemente.
Hendery apretó los labios. Sus padres siempre mencionaban a Hao, como si fuera su mejor opción solo por ser un beta. Aunque no lo decían abiertamente, el omega sentía que ellos preferían que no se involucrara con alfas.
—Se me hace tarde, ya me voy —dijo rápidamente, deseando escapar de esa conversación.
—Claro, claro, no hagas esperar a Hao —dijo su madre, divertida.
—Salúdalo de nuestra parte —añadió su padre, con una sonrisa tranquila.
Hendery no respondió y salió de la casa apresuradamente. Una vez en la calle, respiró hondo, intentando calmar la mezcla de frustración y nerviosismo que sentía. Revisó su teléfono y vio que ya estaba retrasado. Maldiciendo en voz baja, caminó rápidamente hasta la carretera y detuvo un taxi.
Editado: 21.01.2025