Nuestro Destino |abo|

Capitulo 10: ¿Era una cita?

Al bajar del tren, ZhanYu notó que la estación estaba más concurrida de lo habitual. La gente se movía en todas direcciones, creando un ambiente caótico que no había previsto. Si lo hubiera sabido, habría optado por regresar a Hendery en taxi.

—Hay mucha gente —advirtió, girando ligeramente la cabeza hacia el omega—. Cuidado, no te vayas a perder.

—Sí… —respondió Hendery, su tono reflejaba su incomodidad. Desde que había llegado a China, estaba acostumbrado a moverse en taxi o en el auto de su papá, evitando este tipo de multitudes. Estar rodeado por tantas personas le resultaba abrumador, y ahora mismo no lo estaba pasando nada bien.

ZhanYu lo miró de reojo mientras avanzaban entre el gentío. Notó cómo el omega mantenía los hombros tensos y su mirada evitaba encontrarse con la de cualquiera. Su incomodidad era evidente.

El alfa apretó los labios. Sería mejor salir de ahí lo antes posible.

—Vamos —dijo con decisión, alargando su mano y tomando la de Hendery para guiarlo a través del mar de gente.

El contacto fue repentino, pero no tosco. Hendery sintió cómo los dedos de ZhanYu rodeaban los suyos con firmeza, sin apretarlos demasiado, solo lo suficiente para que no se separaran. Su corazón, que ya estaba algo acelerado por la multitud, pareció desbocarse. El calor subió a su rostro, tiñendo sus mejillas de un sonrojo que no pudo ocultar.

Bajó ligeramente la cabeza, intentando disimular su expresión avergonzada, mientras se dejaba guiar por el alfa. “¿Por qué me siento así? Es solo una mano… pero su mano es tan cálida…” pensó, aferrándose un poco más al tacto reconfortante.

ZhanYu, por su parte, no dijo nada. Estaba concentrado en abrirse paso entre la multitud, asegurándose de que Hendery lo siguiera sin tropezar. Sin embargo, no pudo evitar notar lo pequeña y suave que era la mano del omega en comparación con la suya. Algo en ese contacto, aunque simple, le resultaba extrañamente reconfortante.

Finalmente, salieron del subterráneo al aire libre. El ruido disminuyó, y con ello, la tensión en los hombros de Hendery.

—Lo siento —dijo ZhanYu, soltando un leve suspiro—. No sabía que habría tanta gente.

—No te preocupes, gege. Fue… divertido —respondió Hendery, sonriendo tímidamente mientras evitaba mirarlo directamente.

ZhanYu arqueó una ceja, un poco incrédulo, pero dejó pasar el comentario.

—Dijiste que tu casa estaba cerca de aquí, ¿verdad? Te llevaré.

—N-no es necesario. No quiero quitarte más tiempo —respondió Hendery, intentando sonar convincente, aunque en el fondo no quería que ZhanYu se fuera tan pronto.

—Claro que lo es. Te invité a salir hoy, así que lo correcto es dejarte en casa.

Las palabras del alfa hicieron eco en la mente de Hendery. “Entonces… ¿sí era una cita?” pensó, sintiendo una pequeña ola de felicidad que lo hacía olvidar el caos de la estación.

—Está bien. Vivo a unas calles de aquí.

—Perfecto, vamos —dijo ZhanYu, dando un paso hacia adelante.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que, en todo ese tiempo, seguía sosteniendo la mano de Hendery. Sus ojos se dirigieron rápidamente al contacto, y por un instante, se quedó inmóvil.

—Oh… lamento haberte tomado de la mano sin tu permiso —dijo, soltándola de inmediato. Su voz tenía un matiz de nerviosismo poco habitual en él.

Hendery negó con la cabeza, riéndose nervioso.

—No importa… —respondió, aunque en su interior deseaba que no la hubiera soltado.

El camino hacia la casa de Hendery fue silencioso, pero no era el tipo de silencio que ambos solían disfrutar. Esta vez, estaba cargado de pensamientos y emociones que ninguno se atrevía a expresar.

“Su mano era muy suave… Olvidé soltarla porque me sentí tan cómodo…” pensó ZhanYu, distraído. Sus ojos vagaron por el suelo, y una leve sonrisa asomó en sus labios. “¿Será que todos los omegas son así de cálidos?”

Por su parte, Hendery apenas podía contener la sonrisa que amenazaba con asomarse. Su corazón todavía latía más rápido de lo normal, y no podía dejar de revivir ese momento en su mente. “Hoy fue tan bonito. La mano de gege es cálida y grande… Me pregunto si se habrá sentido igual de feliz que yo.”

Ambos caminaban lado a lado, inmersos en sus pensamientos, sin darse cuenta de que compartían un sentimiento similar.

Luego de varios minutos llegaron a la casa de Hendery. Las luces cálidas que iluminaban el jardín resaltaban la elegancia del lugar. Hendery se detuvo frente a la puerta, girándose hacia ZhanYu con una sonrisa suave, aunque algo tímida.

—Es aquí. —Su voz fue casi un susurro.

ZhanYu observó la casa con atención, notando los detalles del jardín y la fachada impecable. No era difícil adivinar que Hendery venía de un entorno acomodado, pero a él no le importaban esas diferencias. Lo que realmente le interesaba era ver al omega sonreír así, relajado y feliz.

—Gracias por hoy, ZhanYu gege. —Hendery entrelazó las manos frente a él, con una expresión sincera y cálida—. Me divertí mucho.

—Me alegra escucharlo. —La voz de ZhanYu era tranquila, pero algo en su pecho latía con más fuerza de lo habitual—. Espero que esta salida te haya ayudado a conocer un poco más las calles de la ciudad.

Ambos se miraron por unos segundos, como si algo más quisiera ser dicho, pero ninguno encontraba las palabras adecuadas. Hendery bajó la mirada, sus mejillas teñidas de un suave rojo. ZhanYu, por su parte, respiró hondo, cuestionándose por qué esa sensación de inquietud lo envolvía cuando estaban juntos.

—Hendery… —murmuró, rompiendo el silencio.

—¿Sí?

—Ya deberías entrar, se está haciendo tarde.

Hendery asintió, pero su mirada parecía reacia a despedirse.

—Oh, sí… claro. —Rió, algo nervioso—. Bueno… gracias otra vez, gege.

ZhanYu no pudo evitar mirarlo con cierta ternura. A pesar de su habitual compostura, sentía un impulso que no lograba contener.

—Cuando tenga tiempo libre, tal vez podamos salir de nuevo… recorrer otros lugares, si quieres.




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