El patio de la escuela estaba tranquilo, los sonidos habituales de los estudiantes se habían disipado a medida que la tarde avanzaba. ZhanYu estaba sentado en una banca, mirando distraídamente el suelo. Su expresión, normalmente sería, parecía más relajada, aunque su mente estaba lejos de estar en calma.
—¿Por qué lo invité a tomar un helado? —murmuró para sí mismo, suspirando. Sabía que debería estar estudiando para su examen del año entrante, pero la sonrisa de Hendery cuando le hizo la invitación seguía apareciendo en su cabeza. Ese simple recuerdo le hizo curvar los labios en una pequeña sonrisa, aunque no se dio cuenta.
El ruido de pasos apresurados lo sacó de su ensimismamiento. Hendery llegó corriendo, con su cabello rubio desordenado y su aliento entrecortado. Su rostro estaba levemente sonrojado por el esfuerzo.
—¡Gege! ¡Lamento la demora! —exclamó, inclinándose ligeramente hacia adelante mientras apoyaba las manos en sus rodillas—. Qiang Hao no quería soltarme —añadió con un suspiro cansado.
ZhanYu lo observó con calma y negó suavemente con la cabeza.
—No te preocupes, acabo de llegar —mintió, levantándose de la banca con su habitual serenidad.
Hendery sonrió con alivio.
—Entonces, ¿a dónde dijiste que íbamos?
—Es una heladería no muy lejos —respondió ZhanYu, comenzando a caminar junto a él—. Su helado de chocolate es delicioso. ¿Es tu favorito, verdad?
Hendery lo miró sorprendido, su corazón saltando un poco en su pecho. «Solo lo mencioné una vez… pero lo recuerda», pensó, sintiendo cómo el calor subía hasta sus mejillas.
—Sí, gracias por recordarlo —dijo con una sonrisa tímida, tratando de no parecer demasiado emocionado.
ZhanYu simplemente asintió, metiendo las manos en los bolsillos mientras caminaban. Hendery hablaba animadamente de cosas triviales, mientras que ZhanYu escuchaba en silencio, interviniendo de vez en cuando con comentarios breves. Aunque no lo decía, disfrutaba de la compañía del omega, incluso si eso significaba sacrificar la siesta que había planeado.
Llegaron a la heladería poco después. El aroma dulce y fresco del lugar los envolvió al entrar. ZhanYu se acercó al mostrador y pidió sin vacilar.
—Uno de chocolate y otro de… fresa.
Hendery lo miró, ladeando la cabeza con curiosidad.
—Pensé que no te gustaban los sabores dulces.
ZhanYu alzó una ceja, como si estuviera considerando sus palabras.
—No me gustan —admitió—, pero últimamente se me hacen agradables.
El heladero les entregó los helados, y Hendery comenzó a buscar en su mochila para pagar.
—¿Cuánto es?
—Yo te invité, yo pago —respondió ZhanYu con firmeza.
Hendery dejó de buscar, algo avergonzado, y bajó la mirada.
—Gracias —dijo en un susurro, sosteniendo su helado con ambas manos.
ZhanYu pagó mientras calculaba mentalmente el dinero que le quedaba. Otra semana tomando el bus sería inevitable, pero al mirar a Hendery, que probaba su helado con una sonrisa de pura felicidad, pensó: «Vale la pena».
Salieron de la heladería y caminaron hasta unas bancas cercanas. Hendery se sentó primero, girándose ligeramente hacia ZhanYu.
—Gege, últimamente has sido muy amable conmigo. Me gustaría poder hacer algo por ti también.
ZhanYu sintió un leve cosquilleo en el pecho, pero mantuvo su expresión neutral.
—Lo hago porque quiero —respondió, algo rígido—. Solo… me gusta ser amable.
Hendery soltó una risa ligera, inclinando la cabeza hacia un lado.
—Me haces sentir como si fuera alguien especial.
ZhanYu desvió la mirada, incomodado por lo que esas palabras le hacían sentir.
—Bueno, lo eres. Eres especial.
El rostro de Hendery se calentó aún más, y un torbellino de emociones se apoderó de él. «Debería confesarme… si soy especial para él, entonces…»
Se decidió a hablar, pero antes de que pudiera decir algo, ZhanYu lo interrumpió.
Llevó una mano firme y cuidadosa al rostro de Hendery, pasando su pulgar por su mejilla. La cercanía entre ambos era innegable; Hendery cerró los ojos nerviosamente, ZhanYu podía ver claramente las largas pestañas de Hendery temblando, se sentía como si el tiempo se había detenido.
Por un momento, ZhanYu quedó fascinado por lo suave que era la piel del omega, pero pronto se apartó, limpiándose el pulgar en su pantalón.
—Tenías helado —dijo con calma, como si no hubiera pasado nada.
Hendery abrió los ojos y deseó que la tierra lo tragara. Había creído por un instante que ZhanYu se acercaba por otra razón. Su corazón latía tan rápido que temía que el alfa pudiera oírlo.
—O-oh, claro. Gracias, jejeje —respondió con una risa nerviosa, intentando disimular su vergüenza.
El resto del helado lo comieron en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Hendery intentaba calmar su corazón, mientras que ZhanYu se preguntaba por qué aquella cercanía le había parecido tan natural.
Cuando terminaron, retomaron el camino hacia la casa de Hendery.
—Tu casa queda algo lejos caminando desde aquí —comentó ZhanYu con tono casual.
—S-sí, es algo lejos… aunque casi llegamos —respondió Hendery, mirando de reojo al alfa.
El omega sintió cómo sus pasos comenzaban a pesarle más. Cada latido en su pecho le gritaba que debía decirlo, que no podía quedarse callado más tiempo. Inspiró profundamente, intentando reunir su valor.
—Gege, yo… —comenzó, su voz temblando, deteniéndose en seco.
ZhanYu se giró hacia él, levantando una ceja.
—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? —preguntó, preocupado, al notar el nerviosismo en el rostro de Hendery.
—No, yo… estoy bien —dijo Hendery rápidamente, pero su tono lo traicionó. Trató de aclarar su garganta y levantó la mirada hacia los ojos oscuros del alfa. —Es solo que… tú… me gustas mucho.
El tiempo pareció detenerse. Hendery sintió que el aire a su alrededor se volvía denso, casi irrespirable. ZhanYu lo miró fijamente, sus ojos entrecerrándose ligeramente, como si estuviera intentando procesar esas palabras. Hendery desvió la mirada, arrepintiéndose de inmediato.
Editado: 22.02.2025