No paraba de pensar en lo ocurrido el fin de semana, y su madre no ayudaba para nada.
—¡Espero que llegues temprano a casa, no tienes permiso para irte a ningún otro lado que no sea el colegio! —indicó con seriedad, estando frente a su hijo—. No me he olvidado de lo que hiciste con tu novia, asi que sigues castigado.
—¡Mamá, si no hice nada!— Se quejó, a punto de hacer una rabieta; solo para molestarla, ya que le causaba gracia verla enojada de vez en cuando.
—¡Este muchachito! Sal de aquí ahora mismo, no me hagas enojar—
—Yo también te amo Mamá, hasta luego— deposito un beso en la mejilla de la mayor y se marchó corriendo, con una sonrisa triunfante en su rostro.
Algo más invadía su mente al recordar el momento tan íntimo que compartió con su novia, su rostro estaba afligido y denotaba preocupación; tanto así, que no era capaz de tomarle atención a la película, que ella mismo habia elegido.
No podia dejarlo así, aunque en el momento ignoró esos detalles, no lo olvidó del todo e hizo lo que debia.
Ella no queria contarle de sus preocupaciones, tendría sus razones, asi que no la agobiaria preguntándole que le pasa. Pero si investigaría por su cuenta.
—¿Qué has descubierto?— preguntó con simpleza a su amigo mas leal.
—¡Es Anna!, está obsesionada contigo y la castiga por estar contigo —confesó Oscar, quién siempre averiguaba cualquier cosa que Carlos le pidiese—. Esparce rumores sobre Leyla y los demás le creen.
—¿Anna? Asi que era esa mujer —Estaba cansado de esa chica, cansado de tener consideraciones por ella, solo por ser la amiga de su novia—. ¿Qué tipo de rumores?
—Les cuenta que tú y ella estaban enamorados y a punto de ser novios, pero Leyla intervinó y acepto esa alianza, aún sabiendo sobre sus sentimientos—
—¿Algo más que haya inventado?— Sentía la cabeza arder, no queria perder los estribos; pero lo que escucho termino con lo poco de calma que le restaba.
—Expuso la situación económica de la familia Tzes y todos creen que ella se aprovecha de ti y tu familia, para salir de la bancarrota— contó haciendo algunas pausas, temia por su reacción, considerando que seguian en el colegio y no queria que causara problemas allí.
Por otro lado a Carlos, eso lo tenia sin cuidado, en el colegio o fuera, seria lo mismo. No iba a permitir que nadie difamara a su novia y mucho menos que expongan asuntos familiares, ellos no entendían nada y no tenian el derecho de comentar tonterias.
Después de pocos minutos buscando por todos lados, localizo a la muchacha cerca del patio trasero donde pocos estudiantes estaban reunidos.
Ella conversaba y reia sin preocupaciones, mientras que Leyla se escondia y agachaba la cabeza en público. ¡No iba a permitir una cosa como esa!
—¡Anna! ¿Qué demonios te pasa?— gritó dando grandes zancadas para acercarsele, y el público se conmocionó.
—¡Espera Carlos! —Un agitado chico corria en dirección de la escena, cuando Carlos estaba a punto de sujetar el brazo de la joven que estaba perdida, no entendia nada— Por favor Anna, acompañamos, hay algo de lo que queremos hablarte.
—¿Qué te pasa a ti?— pregunto molesta por la acción de Oscár, este la habia jalado del brazo hasta un pasillo solitario sin siquiera haberle avisado.
—Eso te deberia preguntar yo a ti —salio en defensa de su amigo, quien solo trataba de que no se hiciera un escándalo—. Él no tiene nada que ver, no lo molestes. Mas bien dime ¿Cuándo tú y yo hemos estado enamorados y a punto de ser novios?
—¿De qué estás hablando?—
—¿Cuándo esque Leyla se ha aprovechado de mi familia aceptando nuestra unión solo por su situación económica?—
—Eso, te lo puedo explicar...— dijo con un tono bajo, en evidente preocupación.
—¿Por qué esparces rumores de mi novia? ¿No son amigas?— Esta vez la pregunta habia salido casi como un grito, su ceño estaba fruncido y sus puños luchaban por no cerrarse.
—¡Escuchame Carlos! No es como crees, te lo juro—
—¡Anna! Deberia matarte ahora mismo... —Y una vez más su amigo intervino, colocándole las palmas sobre sus hombros en señal de que se relaje—. Me vuelvo a enterar de que sigues en esto y no respondo, no me importará que Leyla te considere su amiga ¡Traidora!
—Eres una tonta, más te vale mantener la boca cerrada y seguir haciéndote la tonta —susurró Oscar al oido de la joven, quien ahora lucia furiosa por ser descubierta y tratada de esa forma—. Soluciona tus problemas sin arrastrarme contigo, como sea él confia en mi y no creerá en ninguna de tus palabras.
Editado: 16.11.2024