¿Es esto una broma?— lanzo su larga melena rizada hacia atrás y se levantó de la silla molesta por lo absurdo que le sonaba todo.
—¡Hija que son esos modales, por favor siéntate ahora mismo!— alzo la voz la Señora Tzes, molesta por la actitud grosera de su hija.
—¡Pero dime que es todo esto, no lo entiendo!—
—Mi niña, por favor cálmate y déjanos hablar— intervino esta vez el Señor Tzes, tratando de calmar a su hija.
—Bueno, creo que ya lo hemos dicho todo, no sé qué explicaciones necesita señoritaTzes, esto es únicamente en favor de su familia— acoto serena la Señora Sunday, su futura suegra.
—Concuerdo con mi esposa—dijo tomando la mano de su esposa, en señal de apoyo—. —Y tú, ¿Qué piensas, hijo?— preguntó al chico de catorce años, quien permanecía apacible en su asiento.
—Si para ustedes está bien, entonces no hay nada que discutir—
—¡Esto es una locura total y tú! —señalo a Carlos, sintiéndose indignada de su reaccionar— ¿Te da igual unir tú
vida a una persona que desconoces y la cual no amas? Me niego a acceder a este acuerdo, no cuenten conmigo.
—¡Por favor, señorita Tzes! Compórtese como la futura heredera de una gran familia y deje de ser terca, ¡Le haría un gran favor a su familia!—
—¡Como te atreves, eres un engreído!— se levantó de forma acelerada y cuando llego hasta él, alzo su mano, dispuesta a darle una bofetada.
—¡Hija, detente!— La Señora Tzes detiene su mano, estando cerca de tocar el rostro del chico, que ni siquiera pestañeaba, mostrando lo poco o nada que le importaba su accionar.
—Por favor disculpen lo ocurrido, considero que mi hija no está lista. ¿Podrían darnos un tiempo para hablar con ella?—pidió apenado el padre de la joven.
—Tranquilos, no pasa nada, creo que la noticia le ha sentado mal— calmo, la Señora Sunday, harta del escándalo que se había formado, por algo innecesario.
Editado: 16.11.2024