—¿Cómo dices?— No esque no habia escuchado lo que le dijo, solo que le parecía insólito.
—Lo que escuchaste ¿Me ayudarás o no?— respondió con simpleza, su amigo exageraba en su reacción.
—¡Estás loco! ¿Razonas lo que me acabas de decir? Me parece que en estos dias solo dices tonterias—
—Di lo que quieras, lo único que necesito saber es si cuento contigo o no —suspiró y se lanzo a su cama, esperando por su amigo—. —Una vez más ¿Cuento contigo?— preguntó, manteniendo su mano estirada en dirección del otro.
—Sabes que siempre cuentas conmigo, pero esto no está bien— sostuvo la mano ajena y apesar del miedo que sintió al haber escuchado su plan, no pudo evitar sonreir al sentir como él sostenía con más fuerza su mano; para luego ser arrastrado a un lado en la misma cama.
—¡Lo sé! Pero me alegra tenerte a mi lado y saber que cuento contigo, aún cuando no estas de acuerdo. Gracias Oscár—
Ante esas palabras no supo que más decir, cerro sus ojos y se relajo en esa cómoda cama que le era tan familiar. Era consciente de la gravedad del asunto, pero ¿Cuántas veces no conto con él?
Siempre, desde que lo conoció, Carlos estuvo a su lado apoyándolo y cuidándolo de oportunistas y brabucones. ¿Qué más podia hacer él? Solo le tocaba corresponder por gratitud y sin duda por algo más allá de eso.
Repasando su actuar, se dio cuenta de que era capaz de hacer todo por él, incluso si eso lo ponia en riesgo.
Lo que pidiese lo haria, solo por él.
Y eso, lo aterrorizaba; porque no seria capaz de ponerle un alto, por más lejos que llegará.
Respiro cansino y se resignó a ese hecho, lo que sentia por él lo limitaba demasiado, aún, cuando comprendia que estaban a punto de sobrepasar los limites de lo correcto.
Editado: 16.11.2024