—Hijo, ¿A dónde vas?—
—No tengo tiempo, ya me voy papá— dijo sin dar más explicaciones, aunque el mayor pudo notar en esa brevedad de segundos como sus manos presentaban un leve temblor.
—Cariño, ¿Qué le pasa a nuestro hijo?— su esposa se acercó al ver la situación.
—Tal vez le surgió algo importante y por eso salió sin explicar, dejémoslo ser— explicó, intentando restarle importancia.
—Así que ¿Solo se fue así sin más?— preguntó el Señor Pedro al terminar de escucharlo. Esta vez estaban en su oficina, lo habia citado al día siguiente y para su sorpresa termino revelando mucho más que el día anterior.
—Sí, solo eso—
—¿Y después?, cuando llego a casa, ¿Qué paso?—
—Ahí fue aún más extraño—
—Buenas noches papá—
—¿Qué era lo importante que tenías que hacer? Ya que saliste sin responder, supongo que fue algo urgente— interrogó su padre, girando la cabeza en dirección del recién llegado.
—Sí, tienes razón padre, era algo muy importante— comentó casi aliviado, en un par de horas había cambiado su actuar, sus manos ya no temblaban y lucia bastante tranquilo.
—¿Y como te fue?— preguntó curioso por el cambio de actitud.
—¡Muy bien, estoy tan feliz! Por fin vuelvo a tener paz después de tanto tiempo— El joven sonrió de forma sincera mientras revolvía su cabello. No entendía que pudo haberle pasado en un par de horas.
—¿Será que te reconciliaste con Leyla?— comentó de forma pícara su madre, emocionada ante la posibilidad. Habia estado escuchando la conversación desde la cocina.
—Solo puedo decirte que pronto volverás a llamarla hija—
—¿Acaso no estaba con alguien más?— Todavia recordaba cuando su hijo, con lágrimas y coraje reflejado en el rostro le conto que la muchacha salía con alguien más.
—Ya no más— respondió con simpleza y se alejó de buen ánimo.
—¿Cuándo se fue? ¿Cómo pasó?—
—Los días siguientes casi no salía de su cuarto y en un par de días salió de la casa, dijo que iría con unos amigos—
—Entiendo, agradezco mucho su colaboración y si sabe algo más no dude en llamar— Extendió su tarjeta de contacto y se despidio respetuosamente. El padre del sospechoso extrañamente habia decidio ayudar en la investigación, pero sentia que sus intenciones no eran del todo sinceras.
—Ya te dije, deberías irte cuanto antes, no puedes confiarte, solo porque en las noticias no salga nada nuevo del caso—
—¿De qué hablas?— Carlos palideció ante la idea de ser descubierto y prontamente atrapado.
—Sí, parece que Leyla te reconoció en una grabación y aseguro que estuviste ahí, que chocaste con ella— Insistió Óscar igual o más nervioso que su amigo.
—¡Maldición! ¿Por qué paso esto? Pensé que lo iba a lograr—
—Pues no, dejaste muchas pruebas, amigo y ya empezaron a buscarte—
—¿Y crees que vendrán a buscarme acá?—
—Es probable, intentarán buscarte con amigos cercanos y gente conocida—
—Tengo que irme de aquí— En ese momento se encontraba en la casa de un amigo cercano de Óscar, no había ido a la casa de él porque sería más evidente y así lo habían decidido ambos; pero debido a las actuales circunstancias, ese lugar tampoco era seguro.
—¿Realmente vas a huir?—
—¿Pretendes que me entregue?—
—Buscaré una casa en alguna zona alejada y poco transitada, talvez algo fuera de la ciudad, tengo una idea y te contactaré apenas lo consiga—
—Ok, y sabes algo de ellos ¿Qué hay entre los dos?— Desde que se enteró de que Santiago había sobrevivido a su ataque, sabía bien que volvería a estar junto a Leyla, aun así necesitaba que alguien se lo confirmara, así de masoquista era.
—Ellos ya son pareja, estan muy unidos y son felices—
—Deberían disfrutar de estos momentos, porque no durarán mucho— aseguro, molesto y decidido.
—¿De qué hablas? Es que no piensas dejarlos—
—Claro que no, los separaré como sea, así tenga que volverme un asesino—
—Estás loco, deberías parar— colgó dando fin a la llamada, prefería no seguir escuchándolo, no cuando seguía con tal convicción.
—¿Cómo van?— el señor Pedro, principal encargado del caso, preguntó a sus compañeros que trabajaban en conjunto con él.
—Buscamos en el instituto y ni siquiera estaba asistiendo, después del último ataque al joven Sunday habia empezado a faltar— respondió el mayor de ellos.
—Ya veo ¿Qué hay de la casa de sus padres?—
—El señor Leigh salió hace poco de su casa, mis compañeros que se encontraban en vigilancia aseguraron verlo en una actitud extraña, lo siguieron; pero no fue al trabajo y al girar en una curva lo perdieron— dijo otro de los compañeros
—Su esposa dice que fue a la casa de un tío; pero creemos que pudo ir a ver a su hijo, talvez sabe donde está o logró localizarlo— acotó el mismo hombre.
—¿Han intentado contactarlo?—
—Sí, pero no contesta las llamadas, parece que tiene el celular apagado— contestó otro muchacho con su celular en mano, marcando incontables veces al señor Leigh.
—Hemos transferido sus llamadas y tiene números no registrados que lo han contactado—. —Creemos que un amigo cercano del joven Leigh está ayudándolo; pero estamos intentando descrubir quién es— acotó el mismo que intentaba contactar al padre de Carlos.
A pesar de la actitud colaborativa del mayor, seguía siendo un padre y dado el hecho de que se trataba de su hijo, jamás lo abandonaría totalmente, podría ayudar con las investigaciones, con lo que él sabía; pero no lo lanzaría directo a ellos, esperaba poder hablar con él y convencerlo de hacer lo correcto.
Editado: 16.11.2024