Seguí el camino iluminado hasta lo que parecía nuestro punto de encuentro, al llegar al final, pude verlo.
Se encontraba de espaldas, daba vueltas de un lado al otro, pude ver que estaba igual o más nervioso de lo que yo estaba.
La brisa era refrescante y el ambiente era sereno, el punto de encuentro era realmente lindo, una hermosa fuente de agua se situaba justo enfrente de la mesa donde suponía cenaríamos esa noche, un ramo de flores la adornada junto a una vela radiante.
Se notaba la dedicación y el esfuerzo, él siempre había sido atento, aun cuando éramos dos niños lograba sacar la parte más sensible de mí, sus acciones solían derretir mi joven corazón y ahora no era la excepción.
Sus nervios eran tan intensos que parecía no haber notado mi presencia, decidí acercarme lentamente y asustarlo un poco, solo para aligerar sus nervios.
—¡Buuu!— solté cerca de su oído, haciéndolo saltar en su puesto, volteo a verme con aparente susto en su rostro; sin embargo, no tardo en sonreír, apenas me vio.
—¡Amor! Me asustaste, ¿En qué momento llegaste?— Me abrazo, saludándome y correspondí. Sintiéndome cómoda entre sus brazos, pude notar sus nervios aflorar nuevamente.
—Estás muy hermosa, haces que me sienta aún más nervioso— Sus palabras eran sinceras, porque note como sus mejillas se tornaba en un encantador tono carmesí.
—Muchas gracias, tú estás muy guapo; aunque siempre lo estás en realidad— sonrió radiante por unos segundos.
—Gracias amor, necesito decirte algo importante— Me invito a sentarme en una silla frente a la mesa de antes, él se mantuvo de pie y en silencio por unos segundos. Ante eso, empezaba a tener un leve presentimiento de lo que estaba por pasar, tanto que mi corazón empezó a latir como loco.
“”Te he amado desde hace mucho tiempo y he sido un tonto al ocultarlo. Pero, tenía miedo de perder esa confianza y amistad que manteníamos desde pequeños, sentía como con cada día que pasaba a tu lado me enamoraba aún más, pero en esos tiempos era un niño que no pensaba cuan serio eran esos sentimientos. Cuando nos separamos, me sentí desalentado y ansiaba el día de nuestro encuentro, Entonces, cuando al fin llegó volví a sentir esos sentimientos que resguardada dentro de mi corazón, pero ahora con más intensidad, me volví loco de la emoción al volverte a ver".
—He llegado a la conclusión de que quiero estar a tu lado para siempre, porque sin ti mi felicidad no sería completa. Entonces— Sus palabras se detuvieron y mi corazón también lo hizo al verlo arrodillarse y sacar una pequeña caja de su bolsillo, levanto la mirada y me dedico una sonrisa cálida, sus ojos brillaban de ilusión, y yo, no estaba ni lejos de sentirme de la misma manera.
—¿Te casarías conmigo?— Mi corazón empezó a palpitar con fuerza y las lágrimas amenazaban con salir muy pronto, tape con mis manos mi boca conteniendo la emoción.
Inesperadamente, fuegos artificiales adornaron el cielo y empecé a llorar, el sentimiento era abrumador, no solo para mí, para ambos, pude notar entre lágrimas como Santi también lloraba. No debía hacerlo esperar más, así que respondí sin dudar.
—Sí, acepto—
El novio se levantó para abrazar a su futura esposa, seco sus propias lágrimas e imito la acción con su novia, cualquier temor o inquietud fue eliminada, sentimos llegar al punto más alto de la felicidad.
Santiago sujeto con ternura el rostro de Leyla y se acercó con cautela, la beso, transmitiendo todo su sentir, un beso ansiado y cariñoso. Sabiendo que a partir de ese día, su vida cambiaria y no podía ser más feliz por ello, tenía al amor de su vida junto a él. Solo se separaron al sentir la falta de oxígeno, notando así que alguien estaba presenciado ese momento.
—¡Papá!— Se quejó Leyla al verlo tosiendo y conteniendo una risa.
—¿Interrumpo algo? ¡Lo siento!— Se río al final compartiendo una sonrisa cómplice con Santiago, sabiendo que el plan había sido exitoso en su totalidad.
—Papá ¿Qué haces? Y no, no interrumpiste nada—
—Yo no diría eso— El mayor se río burlón y recibió un suave empujón en su hombro, casi imperceptible.
—¿Estás seguro de casarte con mi hija? Solo mira qué violenta es, aún te puedes arrepentir, no te juzgaría, por eso— comento, dirigiéndose a su futuro yerno, mientras su hija fruncía el ceño, supuestamente indignada.
—¡Papá! No juegues así conmigo —se quejó meciéndose del brazo del mayor—. —¡Y tú! —señaló a su prometido—. —¡Di algo, por favor, o creeré que lo estás considerando!—
—Es que lo estoy pensando amor, ¿Qué haré?— dijo suspirando, tomando su barbilla en el aire. Al final, termino soltando una risita que no pudo contener.
—¡Ustedes dos se creen muy chistosos! ¿Verdad?— apretó las mejillas de ambos hombres, en modo de juego, sintiéndose dichosa de tenerlos en su vida, no podía pedir nada más para ser feliz. Sabía que ese día lo atesoraría como el más especial, un recuerdo junto a las personas que más amaba en el mundo.
—Es broma cariño, ¡Ni por un segundo dudaría de esto, de nosotros!, ni de lo mucho que te amo y que deseo compartir mi vida junto a ti— Termino abrazándola de la cintura y posando un delicado beso sobre su cabeza y frente, sintiéndose bastante tímido ante la mirada de su suegro.
—¡Vivan los novios!— Festejo más contento que nunca, y abrazo a la pareja, deseándoles desde el fondo de su corazón una vida plena y llena de gozo.
Fin.......
Editado: 03.02.2025