Nuestro Futuro. ¿embaraza? La Nerd

Capítulo 3: Pasta, caos y Taylor Swift

Cuando abrí la puerta de casa, lo primero que me recibió fue el sonido de Zoe cantando a todo pulmón desde la cocina.

—¡¿Otra vez Taylor Swift?! —grité desde la entrada, dejando la mochila en el perchero y soltando los zapatos.

—¡Siempre Taylor Swift! —me respondió ella, sin dejar de bailar mientras revolvía algo en la sartén.

Olía a pasta.
Por supuesto.
Pasta: la comida oficial de estudiantes universitarios y padres jóvenes con poco tiempo.

De fondo, escuché el correteo de Colyn, con su risa inconfundible llenando el departamento.

—¡Mamiiiiiii!

Me agaché justo a tiempo para atraparlo en un abrazo antes de que me embistiera como un pequeño torbellino.

—Hola, mi amor —le dije, llenándolo de besos mientras él se retorcía riendo.

—¡Mi dino veeeelo! —gritó, señalando su dinosaurio de peluche desde el sofá.

—Sí, sí, ya lo vi —dije riendo.

Zoe se asomó desde la cocina con una cuchara en la mano.

—Hoy me tocó recogerlo de la guardería. Cody me llamó diciendo que se le alargó una junta... otra vez.

Rodé los ojos. Aunque ya no me sorprendía.

Cody estaba haciendo malabares entre la empresa de su padre y la universidad, y aunque siempre intentaba llegar temprano, últimamente las reuniones de última hora eran más frecuentes.

A veces le decía en broma que su papá lo estaba castigando con tanto trabajo... aunque, en el fondo, no estaba segura de que fuera broma.

—Gracias por recogerlo —le dije a Zoe, mientras me dejaba caer en el sofá con Colyn sobre mí.

—De nada, hermana postiza —dijo, sonriendo mientras volvía a su pasta.

Colyn se acomodó en mi regazo con su dinosaurio favorito, repitiendo palabras entrecortadas, inventadas, mitad español mitad idioma propio.
Mi bebé estaba creciendo... pero aún era mi bebé.

Suspiré.

El día había sido largo.
Las clases agotadoras.
Y la idea de que mañana todo volvería a empezar...

Bueno.
Un día a la vez.

Escuché el sonido de la llave girando en la puerta y supe, sin mirar, que era Cody.

—¡Llegué!

Colyn saltó de mi regazo y corrió hacia él como un rayo.

—¡Papáaaa!

Vi a Cody agacharse para atraparlo, levantarlo en el aire y girar con él, ambos riendo como si no existiera el cansancio ni las juntas interminables.

Y en ese momento, mientras Zoe cantaba en la cocina, Colyn gritaba y Cody me miraba con esa sonrisa cansada pero feliz...

Pensé que tal vez, solo tal vez... este caos era exactamente lo que siempre había querido.

—¿Qué hay de cenar? —preguntó Cody, entrando a la cocina con Colyn a cuestas.

—¡Pasta! —gritamos Zoe y yo al mismo tiempo.

Y todos nos echamos a reír.



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En el texto hay: humor, romance, adultos

Editado: 11.07.2025

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