Nuestro Futuro. ¿embaraza? La Nerd

Capítulo 11: Firmas con las Manos Temblando

No sé en qué momento dejé de escuchar lo que me decían.

El médico, la enfermera, los papeles… todo se volvió un zumbido lejano.
Como si alguien hubiera apagado el sonido del mundo.
Como si mi cuerpo estuviera presente, pero mi mente… se hubiese quedado allá.
En esa habitación.
En esa última mirada.

Ni siquiera recuerdo si hablé.
Solo recuerdo a Anny.

Ella me sostuvo la mano.
Me guió cuando no podía ver, cuando no sabía moverme.
Firme. Silenciosa.
Con los ojos hinchados de tanto llorar, pero con una fuerza que me sostuvo cuando yo ya no tenía nada.

despues salimos de miles de papeles salimos.

No sé cómo llegamos afuera.
Solo sé que el sol era una burla. Brillante. Cruel.
Como si el mundo no tuviera idea de lo que acababa de pasar.

Intenté buscar las llaves. Pensé en manejar.
Pero Anny me detuvo.

—No vas a manejar —dijo suave, pero firme.

Asentí, porque no tenía fuerzas para discutir.
Ni para razonar.
Ni para nada.

Ella intentó pedir un taxi. Pero todo era un caos. Todo se sentía lejos.
Y justo cuando pensé que tendríamos que caminar…

Una camioneta negra se detuvo frente a nosotros.
Vidrios oscuros. Carrocería imponente. Silencio absoluto.

Dos hombres bajaron.
Uno mayor, con traje gris y expresión grave.
El otro más joven, con gafas oscuras, incluso con el cielo cubierto.

—Joven Montealva —dijeron al unísono, con una leve inclinación de cabeza.

Anny me miró confundida, como esperando que yo explicara algo.
Pero yo tampoco tenía palabras.
Solo caminé hacia ella, la rodeé por la cintura y apoyé la frente en su cuello.

—A casa —susurré.

Ellos abrieron la puerta sin preguntar.
Subimos.
Los hombres se sentaron adelante. Silenciosos. Eficientes.
Como si hubieran estado esperando exactamente este momento.

No dije nada más.

Solo cerré los ojos.
Y supe que no solo había perdido a mi padre…
Había heredado algo más.
Un legado.
Un peso.

Uno que venía con nombres que no conocía, teléfonos que no dejaban de sonar… y camionetas negras que sabían dónde encontrarme.

Cuando llegamos a casa, sentí que me quedaba sin aire.
La misma casa que papá me ayudó a comprar.
La que decoró con nosotros.
Donde se sentaba con Colyn en el sillón, riéndose de cualquier tontería.
La casa que ahora… me dolía mirar.

Las llaves se me cayeron de las manos al entrar.
No las recogí. Solo caminé al centro de la sala.
Y me dejé caer.

El suelo me recibió con más compasión que el mundo entero.
Me arrodillé. Me doblé sobre mí mismo.
Y rompí.

Sentí que me arrancaban algo desde el pecho.
El aire no alcanzaba.
Las lágrimas ya no ardían.
Solo dolían.

Pensé: ¿Por qué, papá?
¿Por qué me hiciste esto?
¿Por qué te fuiste?

Y entonces la sentí.

Anny.

Sus brazos alrededor de mí.
Su cuerpo contra mi espalda.
Su olor familiar, su calor, su forma de abrazarme como si con eso pudiera reconstruirme.

Me giré.

La abracé como nunca antes había abrazado a nadie.
Me aferré a ella como un niño. Como un hijo que acababa de perder a su padre.

—Estoy aquí… —susurró—. Estoy contigo.

Y lloré.

Lloré como no recuerdo haber llorado en años.
Hasta quedarme vacío.
Hasta que todo lo que quedaba era ella, sus manos en mi espalda, sus labios en mi frente.

Y ese dolor que ya no se iría.

Papá…

¿Quién va a malcriar a Colyn ahora?
¿Quién me va a decir cuándo estoy exagerando?
¿Quién va a esperarme en las gradas, incluso cuando dije que no era necesario?

Perdóname por no decirte todo lo que quería.
Por no decirte lo mucho que te admiraba.
Por no tener tiempo.
Por pensar que habría más.

Perdóname, papá.

Me quedé ahí, en el suelo, con Anny abrazándome, mientras la noche se instalaba en la casa…
y el silencio, en mi pecho.

Una parte de mí se fue contigo.
Y la que quedó…
no sé cómo se supone que siga adelante.

Nota de la autora:

Hola, volví 🥺 Perdón por la tardanza en actualizar…
Estoy trabajando en los nuevos capítulos y prometo traerles dos por fin de semana.
Este en particular me rompió un poquito por dentro. A veces escribir duele, pero también sana. Gracias por seguir aquí, por leer, por sentir conmigo. 💛
Si te tocó el corazón, no olvides comentarlo. Te leo.

Con cariño,
Nery
Este intento de escritora y soñadora.



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En el texto hay: humor, romance, adultos

Editado: 16.09.2025

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